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Cuando La Luz parlaba italiano

Un centenar de pesqueros transalpinos utilizaron el Puerto como base para sus campañas en el Atlántico

El pesquero 'Vittorio Marchegiani', uno de los que utilizaron el Puerto como base durante sus campañas. PESCA OCEÁNICA

Hubo un tiempo en que por el Puerto se parlaba italiano. Los pesqueros transalpinos llegaban a la ciudad para transbordar las capturas, aprovisionarse de víveres, reparar y cargar combustible antes de volver a partir en el denominado, por entonces, banco canario-sahariano. Corría la década de los 60, 70 y 80 del siglo pasado, una vez concluida la II Guerra Mundial que supuso un impasse en el arribo de los buques europeos a la Isla. Fueron casi un centenar de barcos que utilizaron los muelles capitalinos como base para sus trabajos. Ahora, el cónsul de Italia en Las Palmas de Gran Canaria, Carlos de Blasio, recopila la historia de esta flota en Canarias al cumplirse 80 años de la llegada del primer pesquero.

Si bien el primer navío de este tipo que hizo acto de presencia por la bocana de La Luz se produjo justo un mes antes del inicio de la Guerra Civil Española, los sucesivos conflictos bélicos hicieron que la pesca quedara "totalmente paralizada, sobre todo por la grave situación en la que quedó Italia", indica De Blasio. No fue hasta 1957 cuando volvieron a aparecer los barcos, aún construidos con cascos de madera porque se dedicaban a la pesca local en el Mediterráneo. Fueron, como apunta el cónsul, La fanciulla di Anzio (La señorita de Ansio), el Domenico Giordani, el San Benedetto Martiro y el Vittorio Marchegiani.

Entonces también comenzaron a ser atendida por diversas consignatarias. Primero por Agmar, situada en la calle Padre Cueto, y después con la Agencia Marítima Italiana en Pedro del Castillo, propiedad de Giuseppe De Blasio, padre del cónsul. Asimismo, los pesqueros se aprovisionaban de tres víveres de la capital grancanaria: Díaz Casanova, Torres y, más tarde, Fransari.

Estos precursores estaban provistos con todo el aparataje necesario para salvaguardar la pesca. "Estos barcos hacían su campaña de pesca y regresaban a Italia a descargar ya que venían con cajas de madera donde mantenían el pescado con hielo", apunta.

Con el paso del tiempo, el banco canario-sahariano empezó a ganar potencial entre las empresas pesqueras italianas. Esto hizo que se construyeran embarcaciones frigorífico dedicadas exclusivamente a la pesca. Entonces, ya en la década de los 60 y 70 del siglo pasado, se iniciaron los transbordos en el Puerto. "Aquí había días en los que se realizaban 2 y 3 transbordos de pescado congelado para el mercado italiano" a través de buques consignados por Ecopesa, Mavacasa y Frucasa.

Hasta 1985, un total de 99 pesqueros con bandera italiana utilizaron La Luz como base, según se recoge en el libro Pesca Oceánica escrito por el capitán marítimo Pier Cesare Gobbi. A estos hay que añadir otros 28 que faenaban por Senegal, que atracaban con frecuencia en la capital grancanaria. De Blasio destaca que la mayoría de los buques procedían de las localidades de San Benedetto del Tronto, Ansio, Palermo y Mazzara del Vallo, mientras que las tripulaciones eran originarias de ciudades como la nombrada San Benedetto y Martinsicuro -con la que Las Palmas de Gran Canaria está hermanada-.

"En las embarcaciones que llegaban de Palermo, casi la totalidad de los marineros eran de la isla de Lampedusa", conocida recientemente por ser uno de los puntos de llegada de los inmigrantes que salen de África en frágiles barcazas. "Más de 500 estuvieron en nuestra ciudad", añade el cónsul, para recalcar que en mucha casas de estas dos poblaciones mantienen recuerdos en forma de souvenir de su paso por la ciudad. A mitad de los setenta y sobre todo durante los ochenta, la flota fue abandonando el Archipiélago. Se produjo por problemas en los límites de la pesca, los costes de las licencias, el crecimiento de las aguas de los países africanos y porque se primó el desguace de los barcos. Todo ello hizo que el italiano dejara de sonar por el Puerto.

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