Seis responsables de tres empresas del Puerto de la Luz irán a juicio la próxima semana por un accidente laboral ocurrido en 2011 que le costó la vida a un soldador. Acoidán Santana García murió cuando trabajaba en la reparación del Volcán del Teide al caerle encima el portón del buque.
El juicio está previsto que comience el lunes en el Juzgado de lo Penal número 4 de Las Palmas de Gran Canaria. El fiscal delegado de Siniestralidad Laboral, Pedro Gimeno, solicita una pena de tres años y nueve meses de prisión para cada uno de los acusados por un delito contra el derecho de los trabajadores en concurso con homicidio imprudente y lesiones imprudentes. En el accidente falleció Acoidán, de 27 años, vecino del barrio teldense de Caserones, y resultó herido en la cabeza otro operario que trabajaba en el portón de la naviera Armas, según las conclusiones provisionales de la Fiscalía de Las Palmas.
El ministerio público dirige la acusación contra los administradores de la empresa especializada en reparaciones navales Feroher, Felipe del Rosario Montenegro y Eva María del Rosario Santana; contra el encargado de esa compañía, Juan Antonio Márquez González; contra el administrador de Contratas Navales Atlánticas, José Manuel Vega Santana, y contra el director técnico de Naviera Armas y del inspector del buque, Julián Ramón Torremocha Gil y Manuel Jesús García Hernández, respectivamente.
El fiscal también reclama a las aseguradoras de las compañías implicadas una indemnización de 70.000 euros para el padre del fallecido y de 160.000 euros para su pareja sentimental, con la que Acoidán Santana tenía un hijo en común. Las empresas deberán afrontar dicha reclamación en la vista oral como responsables civiles subsidiarios.
El accidente se produjo en la madrugada del 19 de abril de 2011. Armas encargó a Feroher la colocación de un tacón suplementario en los portones de acceso al buque Volcán del Teide, y esta entidad, a su vez, subcontrató a Contratas Navales Atlánticas, con quien comparte instalaciones e intereses comerciales en el Puerto, explica la Fiscalía en su escrito de acusación.
Una rampa de 65 toneladas
Los trabajos se realizaron en tres días no consecutivos debido al mal tiempo y al servicio diario que presta el barco. La reparación debía culminarse esa madrugada en el muelle León y Castillo, pero los dos puntales colocados debajo del portón cedieron y la rampa, de 65 toneladas de peso, cayó sobre Acoidán y golpeó en la cabeza al otro empleado de Contratas Navales Atlánticas, que cayó al mar. Había un tercer operario que no resultó afectado.
Los pilares o pivotes eran metálicos, tenían una altura de 1,60 metros, un diámetro de 16,5 centímetros, se fabricaron de manera "artesanal" en las instalaciones de Feroher y "carecían" de cualquier dato sobre su "resistencia", añade el ministerio público, que apunta a la inestabilidad de los pilares o una mala colocación como posibles causas de la desgracia. El tacón se había puesto los días anteriores y esa madrugada había que rematar el trabajo. Estaba sujeto con un "pequeño cordón de soldadura" y la rampa se había dejado "en flotación", sin que su sistema hidráulico de izado ejerciera fuerza alguna.
La reparación, a pesar de la peligrosidad implícita, se realizó sin evaluación de riegos, control y supervisión por parte de los acusados. Ninguno, agrega el fiscal, ha explicado de forma clara por qué no se hizo en tierra para mejorar la seguridad.
