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Entrevista

Enrique Caro: "La rabia por el asesinato de mi abuelo en Toledo nos hace luchar contra el olvido"

"Lograr el certificado de defunción de mi abuelo fue importante para la dignidad de la familia", afirma el miembro del consejo asesor de Memoria Histórica del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria

Enrique Caro, nieto de Andrés Zamora, uno de los homenajeados. JUAN CARLOS CASTRO

¿Qué ocurrió exactamente a estas diez personas que embarcaron en el Domine, entre las que se encontraba su abuelo?

Mi abuelo, Andrés Zamora, era el presidente de la agrupación local del PSOE en Las Palmas, militante de UGT y había sido candidato en las listas al Parlamento del Frente Popular, entre otras cosas. Este es un acontecimiento significativo que tuvo lugar tras el golpe militar de Franco. A estos diez dirigentes republicanos, de distintas áreas políticas, los meten en el Domine, un barco que trasladaba mercancías a la Península, y los convierten en rehenes. En realidad, el barco también trasladaba armas, soldados y una brigada de jóvenes falangistas para apoyar al ejército golpista.

¿Y cuando llegan a Talavera?

Una vez allí, no sabían qué hacer con los diez rehenes. Por testimonios orales, mi madre logró documentar que se jugaron a las cartas quiénes daban los tiros en la nuca a cada uno de ellos. Tras dispararles, los tiraron al río.

¿Y qué sucede con los cuerpos?

Desaparecidos, completamente. La cosa es que mi madre consiguió, en el año 80, para sorpresa de todos, el certificado de defunción de mi abuelo, algo muy difícil de conseguir debido a lo irregular del procedimiento. Esto le permitió a mi madre y a mis dos tías, las tres hijas de Andrés Zamora, que al menos reconocieran su muerte, algo muy importante para la dignidad familiar y demás.

¿Cómo lo ha vivido la familia durante todo este tiempo?

En total eran siete hijos, cuatro de ellos varones que se fueron al exilio porque de una manera o de otra habían estado comprometidos con la República. El acontecimiento marcó a nuestra familia y ha sido una gran tristeza permanente. Pero yo estoy muy contento y orgulloso en estos momentos de lo que hemos logrado. Para la familia, la persecución no acabó ahí. Los nietos de mi abuelo, como yo, mi hermano y otros más, hemos estado vinculados a la lucha contra el Franquismo y la clandestinidad. Han sido detenidos varios de ellos. Es una huella de compromiso social, republicano, laico? de la que estoy muy satisfecho. Es la herencia de mi abuelo. La rabia que nos produjo nos ha ayudado a luchar contra el olvido. Y en especial destaco el esfuerzo que hicieron las tres hijas de mi abuelo para recuperar esa historia, y estuvieron siempre comprometidas.

¿Los restos son irrecuperables?

Sí. Es imposible porque no se sabe exactamente el sitio. Técnicamente es inviable.

¿A ustedes les ha faltado poder enterrar a su abuelo?

Sí, habría sido mejor. Pero desde hace mucho tiempo tenemos asumido que no va a ser posible.

El homenaje se antojaba necesario, ¿no?

Sí; ya el año pasado se instaló allí una placa. Estamos muy agradecidos al Foro de la Memoria de Castilla La Mancha por organizarlo, y nosotros estamos invitados como familiares. Nos han contado que hay un hombre que cuando ocurrió esto tenía unos 12 años y se acuerda del grupo de los rehenes canarios.

¿Qué supone para su familia?

Estamos todos muy contentos.

¿De qué manera considera que se podría hacer justicia?

Es un proceso complejo. Hay una frase de un historiador a la que me gusta hacer referencia: la historia es importante en tanto que memoria colectiva del pasado, conciencia crítica del presente y premisa operativa para el futuro. La importancia de esto es que construyamos entre todos y de manera justa qué fuimos antes, y seamos conscientes críticamente de lo que hicimos y de lo que somos hoy, para avanzar hacia el futuro mejorando y sin repetir los errores del pasado.

¿Qué opinión le merece la Ley de Memoria Histórica?

Es muy suficiente. La Ley de Zapatero fue un avance, sin duda, pero con esa timidez lo que pensamos algunos es que avanzas poco. Esa Ley es una expresión todavía de muchos miedos a los poderes fácticos y al poder que tiene la Iglesia y sus distintas ramificaciones. Ha sido un avance, pero creo que hay condiciones ya culturales y generacionales para afrontar la cuestión, pero como tenemos una derecha tan afianzada todavía? Y luego que en el PSOE no han sido lo suficientemente valientes, porque ellos tuvieron muchas víctimas y tendrían que haber sido un poco más osados. Porque si en la política del cambio no hay osadía, nos quedamos en lo mismo.

Queda mucho trabajo por hacer, ¿no?

Sí.

¿Y las instituciones canarias en particular? ¿Entiende que implican lo suficiente?

Haría falta un esfuerzo mayor, y que las fuerzas políticas canarias subieran un poco el nivel de exigencia con este tema. Tenemos que compartir una memoria colectiva del pasado.

¿Cómo valora el reciente caso del estudio de la fosa común del cementerio de Vegueta?

Los técnicos dicen que es irresoluble, porque dicen que puede haber más de mil individuos allí amontonados. El esfuerzo técnico que habría que hacer para identificar hueso por hueso hace que sea imposible. Como alternativa, me parece bien la propuesta de hacerles allí un homenaje y que quede registrado que allí están. Yo creo que no hay otra solución.

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