La altura de las olas y la fuerte corriente del mar obligó ayer a los organizadores de la popular Travesía a Nado La Laja-San Cristóbal, en la que participaron 186 nadadores, a invertir el sentido de la salida para que los participantes de esta cuarta edición no corrieran ningún riesgo. Pese a ello, la prueba no fue nada fácil como reconocieron los propios bañistas, incluidos los vencedores Abian Reino y Verónica Navarro -clasificación general-, por las olas, que impedían la visibilidad de la meta, y por el arrastre que hacia el mar hacía la orilla en algunos tramos.

El dispositivo de seguridad y emergencia tuvo que auxiliar a unos cuantos nadadores que se salieron del trayecto, señalizado con boyas, y que se encontraron de repente en las rocas que hay frente a la torre vigía de la playa de La Laja y recoger en brazos a una joven que llegó a meta exhausta y sin fuerzas.

Los jóvenes Abian Reino, del Club Natación Metropole, con un tiempo de 23 minutos y 20 segundos, y Verónica Navarro, del HPS Triatlon, con 26 minutos y 14 segundos, fueron los primeros clasificados de la prueba, en la que participaron nadadores entre 16 y 79 años y en la que hubo que sortear 1.800 metros de distancia en mar abierto.

Verónica Navarro, que se ha alzado con las cuatro ediciones de la prueba, reconoció que la llegada a meta había sido muy dura porque la marea la revolcaba y no la dejaba salir al llegar a La Laja. "Tenía que pararme para que no me tirara. A las personas mayores les va a costar mucho salir", advertía minutos después de alcanzar meta con una sonrisa.

La joven, que tiene 18 años y que desde los ocho practica este deporte aunque ahora dirige sus pasos hacia el triatlón pero compitiendo por el placer de disfrutar del deporte y no con las "ataduras" que imponen dedicarse de lleno a él, reconoció que las malas condiciones del mar hacían que no pudiera mantener la misma velocidad durante todo el tiempo por lo que la prueba le resultó "muy difícil" en comparación con las anteriores ediciones. "No controlaba la velocidad a la que podía ir porque no sabía cómo venían las olas; unas veces venía una grande, otras, una pequeña. Estabas aflojo, aprieto", explicaba la futura profesora de Infantil, estudiante aún de segundo de Bachillerato.

Abian Reino, que por primera vez participaba en la prueba animado por su primo Ciro Ascanio, director general de Universidades del Gobierno de Canaria y nadador que también participaba en la competición; explicó que tuvo la suerte de salir de los primeros y poder seguir a uno de los cuatro piragüistas que abrían la travesía porque en algunas zonas no veía donde estaba la meta. "Las olas impedían verla; había que alzarse mucho para ello. Normalmente te vas guiando por los otros deportistas pero, en este caso, ha sido gracias al piragüista".

"Ha sido una prueba muy bonita, se me quedó corta", dijo el joven, de 39 años, funcionario, padre de familia y que desde hace cinco años compite en travesías más largas que las de La Laja-San Cristóbal. "Vengo de ganar en Mogán, en Gando; el pasado sábado quedé segundo en Arinaga", señaló con un constipado importante que le había hecho incluso vomitar al salir del agua y pese a que lleva una semana sin entrenar en Fuerteventura porque todas las piscinas más cercanas a su residencia están cerradas o en obras. Su próximo objetivo: Maspalomas.

Luchar contra el coco

Patricia Rodríguez, otra de los titanes de la travesía, admitió que la aventura marítima había sido "movidita". "He ido en zig-zag todo el tiempo. Tu te metías mar adentro y éste te echaba para la orilla", narraba esta aficionada tras su experiencia, mientras consideraba que el cambio de sentido que había hecho la concejalía de Ciudad del Mar, organizadora del evento, había sido para "ayudar a los nadadores" al estar la corriente en contra.

"No solo tienes que luchar contra el mar, sino también contra tu cabeza. Porque en aguas turbulentas, donde no ves nada, hay que tener el coco muy bien puesto para no agobiarse", apuntaba Jaime Planells, amigo de Patricia, ambos con más de 45 años.

"Es incómodo nadar en estas condiciones. Por el oleaje, porque nos ves las boyas, tienen que ir en zig-zag y no ves además cuántos metros te quedan para el final", puntualizaba Patricia.

La prueba, que fue organizada por el Ayuntamiento en colaboraron con diversas entidades y empresas como la Asociación de Restauradores de San Cristóbal Sabor a Mar y la Asociación de Estibadores Portuarios, la Federación de Vela Latina, Mercalaspalmas; entre otras, también contó con nadadores más veteranos como José Quintana Ramírez, camino de los 76 años y participante también en las tres ediciones anteriores de la Travesía a Nado La Laja-San Cristóbal. "El agua está bien pero un poco dura", admitió comiéndose un plátano de los que repartieron a los participantes nada más llegar a meta.

Quintana, que desde que cumplió los 50 años comenzó a na- dar, era uno de los pocos nadadores que iba enfundado en un neopreno para sortear con ánimo la fría temperatura del agua que, sin embargo, no amilanó a ninguno de los participantes ya que todos se echaron rápidamente al agua en cuanto se oyó el bocinazo de salida en el puertillo del barrio pesquero de San Cristóbal a las 11.30 horas.

"Mañana [por hoy] voy para Sardina de Gáldar y el próximo domingo a Maspalomas. Después al Hierro y a La Graciosa", señaló respecto a sus nuevas citas deportivas. "Es que el médico me ha dicho que me queda poco y tengo que aprovechar", añadió de broma el ex cocinero.

"Cuando trabajaba hacia algo de gimnasia, algo de mantenimiento. Pero no como ahora, que estoy jubilado y entreno a diario en la piscina. Como mínimo me hago 2.000 metros al día; algunos más, si no podría haber venido hoy a hacer esto", aclaró.

A la hora de la salida, familiares y amigos de los nadadores les animaban y les hacían posar para sus móviles con la señal de la victoria antes de adentrarse al agua. Los primeros en salir, los varones. Minutos después lo hacían las féminas. Entre los que acudieron a la cita deportiva, la edil de la oposición en el Ayuntamiento Mimi González, bajo cuyo mandato en la concejalía de Ciudad del Mar se inició esta travesía, y el concejal de Unidos por Gran Canaria, David Suárez.

Los asistentes pudieron disfrutar también de un concierto de los Salvapantallas, de actividades para los niños y de la oferta gastronómica del barrio marinero de San Cristóbal tras la prueba, ya que la travesía forma parte de la dinamización de esta parte de la ciudad.

El concejal de Deportes, Aridany Romero, fue el encargado de otorgar los galardones a los vencedores. A Abian Reino le siguió en la clasificación general - categoría masculina- Airam Carretero, del Club Natación Carucagua y vencedor de la pasada edición, con un tiempo de 23 minutos y 45 segundos. El tercero fue David Romera, del Club Deportivo Nonadamos, que llegó un minuto más tarde. Su crono: 24:15.

En la misma clasificación pero categoría femenina y tras la victoria de Verónica Navarro, Luz Divina Méndez, del HPS Triatlón, con un tiempo de 29 minutos y 57 segundos. En tercer lugar: Ana Argones, del Salinas, con un tiempo de media hora y 8 segundos.

El nadador de más edad fue Ricardo Armas, de 79 años, que hizo un crono de 46 minutos y 19 segundos. El más joven, Álvaro Munguía, de 16 años, que pisó la playa de La Laja a los 28 minutos y 48 segundos de su partida de San Cristóbal.