Un policía local de la capital grancanaria irá a juicio por cobrarle diferentes cantidades de dinero a varios ciudadanos a cambio de eliminar las sanciones de tráfico que previamente les había impuesto en el barrio de Guanarteme.

La vista oral contra el agente Juan Miguel Cabrera López está pendiente de señalamiento en la Audiencia de Las Palmas, pero la Fiscalía Provincial ya ha solicitado la apertura de juicio oral ante un jurado popular y ha formulado acusación contra el funcionario. Cabrera, que está adscrito a la unidad de Policía de Barrio, se juega una pena máxima de cinco años de cárcel como presunto autor de un delito de cohecho.

El castigo solicitado por el ministerio público en su escrito de acusación es tan sólo un año inferior a la pena mayor prevista en el Código Penal para el delito de cohecho, que va de los dos a los seis años de cárcel, pues el fiscal Pedro Gimeno atribuye al policía municipal un comportamiento delictivo continuado.

En cuatro meses, entre octubre de 2014 y febrero de 2015, Cabrera se aprovechó de su cargo para darle pequeñas mordidas al bolsillo de cuatro vecinos. En total, según la Fiscalía, se apropió de 240 euros a cambio de no tramitar o de romper los boletines de denuncia con las sanciones propuestas, una cantidad que deberá devolver a los afectados en concepto de responsabilidad civil si resulta condenado por los supuestos sobornos. Asimismo se enfrenta a un multa de 5.400 euros (20 meses a razón de nueve euros diarios) y diez años de inhabilitación especial para trabajar como policía local o en cualquier otro cuerpo de seguridad estatal, incluso en órganos o entidades relacionadas con la seguridad vial, añade la acusación pública en su escrito de conclusiones provisionales.

Con la grúa en camino

La primera mordida que el fiscal atribuye al agente se remonta al 13 de octubre de 2014. Minutos antes de las 18.45 horas, M. R. C. estacionó su coche en la zona de carga y descarga de la calle Diderot. Al volver a recogerlo se encontró con la sanción y la grúa a punto de trasladar el turismo al depósito municipal, pero le pidió al policía que dejara sin efecto la multa y éste "accedió" a cambio de 100 euros que "guardó en su bolsillo".

El siguiente incidente se produjo el día 1 de diciembre de 2014. Entre las tres y las cuatro de la tarde, mientras Cabrera hacía su ronda de barrio en el distrito de Guanarteme, multó a un vehículo que estaba mal estacionado en la calle Venezuela. Su propietario, E. H. O. H., interpeló al agente por los motivos de la sanción y éste "le solicitó 50 euros para dejar sin efecto la misma", agrega el fiscal en su escrito de acusación. Ambos negociaron hasta "ajustar" la cuantía del "acuerdo" en 40 euros, pero el dueño del coche tendió una especie de trampa al agente: le entregó 20 euros y le dijo que iba a buscar el resto a su casa, con la finalidad de hacer una xerocopia del otro billete que iba a entregar al policía. Finalmente le dio los otros 20 euros en la calle Olof Palme y el funcionario policial accedió a romper el boletín de denuncia.

El tercer episodio sucedió el 12 de diciembre de 2014 en la Plaza de Farray. Sobre las 19.00 horas, Cabrera comenzaba a rellenar una infracción por aparcar en una zona de carga y descarga, pero llegó el dueño del coche y preguntó qué ocurría. El agente finalmente se embolsó 50 euros entregados por A. M. S. a cambio de romper el boletín de denuncia.

El último caso objeto de acusación ocurrió el 4 de febrero de 2015. El policía, mientras hacía su ronda en Guanarteme, paró un turismo sobre las 11.00 horas e informó al conductor que iba a multarle con 300 euros porque el copiloto no llevaba puesto el cinturón de seguridad. Finalmente quedaron en un cafetería de Olof Palme y G. M. le dio 50 euros, concluye la Fiscalía de Las Palmas.