¿Qué relación guarda usted con las fiestas del Rosario y con el barrio de Vegueta?
Nací en 1949 en Vegueta y vivo en la misma plaza de Santo Domingo desde 1988. Formé parte de la primera asociación de vecinos que se organizó hace 25 años aunque luego me salí del equipo. Cuando se creó la asociación no existían las fiestas del Rosario como se conocen hoy; solo eran religiosas, pero a partir de entonces se puso en marcha un calendario de actividades que, con los años, se ha consolidado, aunque los festejos los organiza el distrito.
¿Qué contará en su pregón?
Recordaré aquella Vegueta que viví cuando era niño. Yo no soy un erudito ni historiador así que voy a hablar de la gente que vivía aquí, de sus olores, sonidos, imágenes. Y luego contaré algunas cosas de la Vegueta actual. Será un pregón muy cercano, muy de personas concretas, porque este barrio no es solo un sitio administrativo y judicial sino que tiene vida. Vive en él mucha gente.
¿Cree que ha mejorado la romería desde que se celebra por el día en vez de por la noche?
Se ha convertido en una romería que nada tiene que ver con sus orígenes, de gente más mayor y en la que a la una de la tarde ya no queda nadie en la calle. La romería quizá murió de éxito. Creció tan rápidamente y se hizo tan grande que no se previeron las consecuencias y, en vez de colaborar para que las personas siguieran divirtiéndose con más seguridad, decidieron cambiar el horario.
¿Qué le parece el programa de este año; el Festival Folclórico de las comunidades que hay?
Muy bien. La plaza de Santo Domingo tiene muy buena acústica y ayuda mucho a celebrar conciertos. Es tan recogidita que se llena enseguida porque, a veces, la plaza de Santa Ana se queda muy fría, incluso si cantan Los Gofiones y no se llena.
Le acompañarán en el Pregón, ¿qué opina de la compañía?
Me encantan, soy amigo de ellos e incluso colaboré como actor en El crimen de la perra Chona. Cerrarán el acto así que voy a beneficiarme del público que traigan.
¿Por qué creen que le han elegido como pregonero?
Porque he sido un vecino abierto a los demás; llevo treinta años en Santo Domingo, nací aquí. Seguro que hay vecinos que se lo merecen más, por eso voy a hacer un pregón compartido con todos. Nunca he pregonado y lo he pasado muy mal. El sábado vi el partido de la UD, me tomé un té verde y me salió de un tirón.
La Unión Deportiva le motivó.
Sí (ríe), aunque sufrí mucho. Pero ese estado me debió venir bien, la verdad.
¿Qué le falta a Vegueta para ser Patrimonio de la Humanidad?
No tengo una opinión muy clara de ello, pero a los vecinos nos gustaría que el casco tuviera protección, pero que no se convirtiera en un parque temático. Hay que tener cuidado con eso porque aquí viven muchas familias. No queremos que solo sea una cáscara, sino que tenga vida. Firmaría si consiguiesen convertirlo en un sitio más familiar y menos de oficinas.
¿Qué opina del nuevo Plan de Protección de Vegueta?
Creo que a veces se dejan hacer muchas obras de adaptación en los inmuebles que son oficiales para que estén a la altura de los tiempos y, sin embargo, los particulares tienen más dificultades para conseguirlo.
