Por el aspecto de sus tumbas, por las inscripciones de sus lápidas o por algunos de los personajes que yacen en ellas, el paseo por el Cementerio Inglés depara siempre sorpresas. Construido en 1834 para protestantes y sufragado por los residentes ingleses en Las Palmas y el gobierno británico, este recinto, una referencia histórica de primer orden en la ciudad, está inserto actualmente en el barrio de San José, construido tiempo después. En unos pocos pasos, el paseante puede desfilar ante un sepulcro cuya inscripción concluye en inglés con un "hasta luego" y ante el de un señor escocés del que se pregona, en castellano, que era "aficionado de España". Hay una tumba con resonancias arcaicas que simula mediante talla en piedra estar construida con troncos, y otra cubierta de boliches, de los que su morador era coleccionista. Pero, sin duda, una de las más llamativas es la que guarda los restos de Rotha Berly Lintorn Lintorn-Orman, fundadora de los Fascistas Británicos.
La lápida de esta mujer, que tuvo notoriedad en la Inglaterra de finales de los veinte y principios de los treinta, tiene la cruz rota, una gran grieta y otros signos que desvelan que hace tiempo que nadie se ocupa de ella. Su inscripción reza como sigue: "En recuerdo afectuoso de Rotha Berly Lintorn Lintorn-Orman, hija única del fallecido mayor Charles Lintorn-Orman, del Regimiento de Essex, y nieta del fallecido mariscal de campo Sir Lintorn Simmons, Gran Cruz de San Miguel y San Jorge. Conductora de ambulancias en Serbia, 1916-17. Comandante del Departamento de Ambulancias de la Cruz Roja, Devonshire House, Londres, 1917-18. Fundadora de los Fascistas Británicos. Nacida el 7 de febrero de 1895- Muerta el 10 de marzo de 1935".
Extraño destino el de esta mujer que aspiraba a regir los destinos de Gran Bretaña para acabar sepultada en un cementerio de una ciudad de la ultraperiferia española, inserto hoy en un barrio también periférico. En el paisaje en torno a su tumba, lo fúnebre se mezcla además, sin solemnidad alguna, con la ropa tendida en el edificio contiguo a la tapia junto a la que está su sepulcro. Unas cuantas pesquisas en páginas colgadas en internet, que hay que leer, naturalmente con precauciones -las mismas que hay que observar con tantos libros de historia-, dibujan una figura verdaderamente desconcertante.
Rotha Berly Lintorn Lintorn-Orman nació en Kensington, en el seno de una familia de militares acaudalados, y a los quince años, merced a una artimaña de su madre, consiguió junto a otras chicas entrar en los recién creados Boy Scouts. Todas ellas rellenaron el formulario con sus apellidos, pero indicaron su nombre sólo con la letra inicial. Sir Baden-Powell, fundador de los jóvenes exploradores, vino a descubrir estupefacto el ardid cuando los primeros "scouts", incluidas las chicas, desfilaron ante el Palacio de Cristal de Londres, lo que le obligó a fundar las Girl Scouts. Así comenzó la formación paramilitar de Rotha y su pasión por los uniformes. Como cuenta su lápida, después se desempeñaría en Serbia como conductora de ambulancias durante la I Guerra Mundial y, según dice algún texto, no sólo rescató heridos muy cerca de las líneas de fuego, sino que, sin permiso de sus superiores, llegó incluso a entrar en combate con los austriacos. Por su comportamiento en el frente fue condecorada con dos "Croix de Charité".
Enferma de paludismo, Rotha tuvo que regresar a Gran Bretaña antes de que la guerra concluyese y, tras recuperar la salud, fue nombrada comandante del Departamento de Ambulancias de la Cruz Roja británica. En este tiempo habría tomado contacto con rusos blancos exiliados, lo que, junto a viajes a Italia y Polonia, le despertaron un sentimiento anticomunista, que mezcló con el furor nacionalista y militarista que ya había adquirido durante la Gran Guerra. En 1922, la marcha sobre Roma de Mussolini y sus Camisas Negras le impresionó tanto que al año siguiente, alarmada por la creciente simpatía de parte de sus compatriotas hacia el laborismo, la lucha de clases y el internacionalismo proletario, fundó, con respaldo financiero de su madre, los British Fascisti, llamados más tarde British Fascists. Esta formación, según algunas voces apologéticas, fue el primer partido de la historia creado por una mujer. Las mismas voces añaden al respecto que "¡la primera victoria feminista de la historia de Occidente fue una victoria fascista!"
En el mismo año en que creó Fascistas Británicos, que no quiso dirigir -aunque se reservó para sí la responsabilidad de las Unidades Femeninas-, Rotha lanzó el periódico Patriot, que propagaba su ideario y que, con el lema "a la búsqueda de anticomunistas", consiguió 200.000 suscriptores en pocas semanas.
La mayoría de los militantes de los British Fascists fueron mujeres, casi todas solteras. Entre ellas había aristócratas, como la condesa de Eglinton y la marquesa de Ailesburgy, aunque hubo también hombres significados, como William Joyce y Arnold Leese. Todos estaban sujetos a la disciplina militar, vestían uniforme y obedecían en última instancia al Gran Consejo, organizado según el modelo fascista italiano.
Los British Fascists fundaron hogares para huérfanos de guerra, organizaron rifas y bailes para recaudar fondos para la lucha de los rusos blancos contra el comunismo y congregaron en noviembre de 1924 a diez mil personas en Trafalgar Square, en su inmensa mayoría mujeres. Por lo demás Rotha, que vestía siempre ropa de aire masculino, fue arrestada en varias ocasiones por llevar armas de fuego en lugares públicos y por sus peleas callejeras con izquierdistas. A partir de 1932 su discurso adquirió tintes marcadamente antisemitas.
Bisexual declarada, Rotha Berly Lintorn Lintorn-Orman no se casó nunca e introdujo en los British Fascists la idea de que el sexo en grupo servía para que cada miembro de un comando sintiese que hacía el amor con el comando entero y reforzar de este modo la identidad fascista colectiva. Por esta razón la prensa la acusó de organizar orgías en las sedes del partido, en tanto que grupos fascistas homosexuales actuales que simpatizan con ella, como la francesa Hermandad Aryenne, la veneran como "una de las figuras tutelares de la Vaginocracia".
En sus apenas trece años de existencia, los British Fascists tuvieron varias escisiones, entre ellas el National Fascisti y la Imperial Fascist League. Pero la más importante, con diferencia, fue la British Union of Fascist, fundada en 1932 por el ex ministro laborista Oswald Mosley, que sería ilegalizada durante la Segunda Guerra Mundial. El odio entre ambos partidos fue tal que provocó tiroteos callejeros entre sus miembros. Rotha Beryl Lintorn Lintorn-Orman llamaba a Mosley petimetre, incompetente y, lo peor de todo, comunista.
Finalmente, la British Union of Fascist captó a la mayor parte de los militantes de los British Fascist, que entró en declive. Y Rotha Beryl Lintorn Lintorn-Orman, metida en una espiral de drogas y alcohol, enfermó de tuberculosis. En algún momento viajó a Las Palmas y se instaló en el Hotel Santa Brígida, quizá con ánimo de recuperarse. Sea como fuere, el caso es que el 10 marzo de 1935 la encontraron muerta en su habitación por una sobredosis de barbitúricos. Su partido le sobrevivió unos meses. Hoy su tumba, abandonada en el Cementerio Inglés de Las Palmas, tiene entre sus vecinos más próximos a un judío y a Henry Joseph Horatio, séptimo conde de Nelson.
