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La harina de la vida

Juan Agustín Sánchez Bolaños abre el programa de las Fiestas de San Francisco con una charla sobre la historia del sector harinero

La harina de la vida

"Mi padre estaba siempre trabajando, lo recuerdo haciendo números cuando llegaba a casa tras la jornada en la fábrica... Y luego, todos a rezar el rosario". Son palabras de Juan Agustín Sánchez Bolaños sobre su progenitor, Juan Sánchez Pérez, pionero en el sector industrial en Canarias y creador de Haricana, una empresa dedicada a la harina que ha ido creciendo desde que instalara su primera fábrica, denominada El Pilar, en Guanarteme, en los años 40 del pasado siglo. Esta tarde, a las 19.30 horas, el actual presidente de la compañía impartirá una conferencia titulada Panorama histórico de la industria harinera en Gran Canaria, en la Real Sociedad Económica de Amigos del País, con la que se inicia el programa de actos de las Fiestas de San Francisco de Asís.

La intervención de Juan Agustín Sánchez Bolaños quiere ser, por lo que se deduce de sus palabras, un homenaje a su padre y al esfuerzo titánico de sacar adelante un negocio que ha superado numerosas dificultades en el camino. "En los años 40, en Canarias no había grandes fábricas, sino pequeños molinos, hasta que el Mando Económico de García Escámez ordena la fusión de todos ellos durante la dictadura", relata. Como consecuencia de esta medida, Juan Pérez y otros socios montan su primera fábrica, la de Guanarteme. Luego, con nuevos socios, pusieron en marcha Haricana, en la calle Palafox, instalación que en 1962 sería ampliada y modernizada con un "sistema suizo y una capacidad de 240 toneladas al día de trigo". En aquellos momentos, en los que también fundan Piensos Z, en el Rincón, la firma era considerada puntera en el panorama nacional.

"En el sector había una enorme competencia entre las pequeñas fábricas y mi padre inicia el proceso de integración de todas en Haricana", explica Sánchez Bolaños, que aclara que entre 1970 y 1990 se fueron incorporando, con personal y socios, el resto de negocios con distas ampliaciones de capital. "Mi padre nunca quiso cerrar, sino incorporar para producir más", señala. El mercado era complicado para los canarios, porque las harineras peninsulares tenían desgravación fiscal a la exportación y eso falseaba los precios a la baja. "Negociamos que había que compensarlo y se logró la subvención al transporte de trigo a Canarias", agrega.

En los 70, sólo se podía comprar el cereal a un organismo del Estado, el Senpa (Servicio Nacional de Productos Agrarios), que enviaba el producto muy deficiente, y los canarios lucharon mucho por poder elegir el grano, hecho que llegaría años más tarde. "En esta época también se monta primera Asociación Regional de Fabricantes con Juan Tophan, en Tenerife; Juan Betancor, en Lanzarote; Manuel Rodríguez, en La Palma; Juan Suárez en Tamaraceite; y en Tenerife también Adán Martín", padre del que fuera presidente de Canarias, desgraciadamente fallecido. Con la llegada del REF, en 1972, se abrieron nuevas posibilidades en el sector productivo e industrial, con la aplicación de una tarifa especial para proteger la industria en Canarias y que se aplicaría en 1979.

En 1978 fundó Asinca (Asociación Industrial de Canarias), junto con Adán Martín y otros empresarios. Precisamente, Sánchez Bolaños y el propio Martín se desplazaron a Madrid para negociar con Adolfo Suárez que se aplicara la tarifa a la que tenían derecho. Allí recibieron a la ayuda de Lorenzo Olarte, que trabajaba con el presidente como asesor.

El patriarca, que en los años 80 sería nombrado presidente de honor de Haricana, siempre aplicó una política económica muy austera, con solidez financiera, alta tecnología y mucha producción. En estos años, llegaron a tener 60 trabajadores. Entre 1985 y 2002 se abrió una nueva etapa, en la que Juan Pérez es nombrado Molinero de Honor de España y el país se integra en la CCE. Esto favorece que Haricana pueda comprar trigo a otras regiones, sobre todo a Andalucía, y usar grandes barcos para abaratar.

Es este un periodo de expansión, con la construcción y adquisición de silos, pero también con la negociación para lograr el derecho regulador a la importación, siempre para compensar el hecho insular y periférico. Finalmente, con la mejora del llamado Protocolo 2, que era la fórmula de adhesión de Canarias a Europa, se liberalizó el sector y pudieron adquirir cereales en todo el continente.

En 1998 inauguraron la nueva fábrica en Agüimes. Desgraciadamente, el padre de Juan Agustín fallece en junio de ese año y su madre quince días después.

En la última etapa que enumerará esta tarde el conferenciante, entre 2002 y 2016, la familia Monzón vende sus acciones, que pasan a los Sánchez Bolaños, y se afianza un proyecto de crecimiento y desarrollo con pastelería, levaduras, mejorantes y recubrimientos de moldes y bandejas. Crean las empresas SSP y CSR. "En estos quince años hemos pasado de 45.000 toneladas de trigo a 75.000 toneladas trigo y otros cereales", comenta Juan Agustín, orgulloso de la trayectoria familiar y empresarial y siempre agradecido por el compromiso de sus clientes, que, en muchos casos, se han convertido en amigos.

En estos momentos, el presidente de Haricana entiende que es hora de defender la calidad frente a productos congelados y de dudosa procedencia. Quizá por eso habla con pasión de la Escuela de Panadería y Pastelería Juan Sánchez Pérez, homenaje a su padre que, sin duda, supo poner en valor la harina de la vida.

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