El consejero de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento, Pedro Ortega, aclaró ayer que no se instalará ninguna industria de biomasa en Canarias e insistió que el Gobierno de Canarias apuesta por la implantación de las energías renovables en las Islas.

Ortega hizo estas declaraciones dentro de la comisión parlamentaria, a donde asistió también para hablar de este asunto y de los proyectos de parques eólicos aprobados en 2015.

El asunto viene coleando desde 2014 cuando la multinacional Ence Energía y Celulosa solicitó al Puerto de Las Palmas 48.000 metros cuadrados para levantar la que será la mayor planta de biomasa de España. Un complejo diseñado para la producción de energía eléctrica a partir de residuos forestales o agrícolas, con una capacidad de 70 megavatios.

El proyecto, sin embargo, se suspendió hace unos meses después de que la Consejería de Sanidad advirtiese de que la contaminación que podría generar en el entorno de la ciudad más poblada del Archipiélago podría ser perjudicial para los vecinos. En junio de este mismo año la empresa retiró su solicitud por considerar que no era viable económicamente; entre otros motivos porque las plantas de generación eléctrica con biomasa no estén incluidas entre las instalaciones que pueden beneficiarse de un régimen retributivo en Canarias.

Alegría

La noticia fue recibida por alegría por los diputados. La diputada de Podemos, María Concepción Monzón, dijo que si bien se considera que se trata de energía renovable no es el modelo que su formación quiere para las islas porque no es limpia. "Evidentemente el futuro energético de Canarias está en el sol, el viento y el mar" y reclamó que a medida que aumente la introducción de energía renovable se cambie el modo de transportar esa energía.

El portavoz de Nueva Canarias, Román Rodríguez, indicó, por su parte, que el proyecto hubiera dado lugar a una importación "masiva" de biomasa de otros continentes y se alegró de que los controles del Gobierno canario pusiesen en evidencia que estaba en peligro la salud de los ciudadanos.

Gustavo Matos, del grupo socialista, también consideró una buena noticia que no se instala esa planta, y recordó que esa empresa tiene una similar en Pontevedra y que ampliar su concesión ha supuesto que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, haya sido declarado persona no grata en su municipio natal.

El diputado socialista puso en cuestión que la biomasa sea un sistema de producción de energía renovable, excepto si la materia prima está a una distancia "razonable", y no era el caso.