El concejal de Turismo y socio del gobierno tripartito de la capital grancanaria, Pedro Quevedo, expresó ayer sus reparos a la instalación del hotel que impulsa la familia Kiessling junto al Acuario, un proyecto del que se enteró por los medios de comunicación, según ha asegurado. Quevedo planteó la necesidad de que se evalúen en profundidad los efectos que va a tener el hotel en el tráfico de la zona, porque podría colapsar aún más el tráfico de la ya saturada zona del istmo. Se mostró contrario, además, a "poner más obstáculos" entre el mar y la ciudad. Consideró muy respetable la postura del alcalde Augusto Hidalgo y del concejal de Urbanismo Javier Doreste -que ven bien el hotel siempre y cuando cumpla la norma urbanística, no supere las 20 plantas y su promotor traslade las naves de ayuda humanitaria-, pero apostó por sacar del cajón e impulsar el viejo proyecto de un hotel en El Rincón, una zona que a su juicio "necesita una infraestructura de ese tipo".
Todas sus reservas en torno al impacto del nuevo hotel, se apresuró a aclarar el concejal de Nueva Canarias, no implican un rechazo de plano al proyecto de Kiessling, entre otras cosas, porque no lo conoce. Y también hizo hincapié en que el hotel de El Rincón y el del Acuario "no son excluyentes".
"Yo simplemente estoy diciendo, que hay que evaluar muy detenidamente todos los impactos que puede suponer un hotel en el Puerto para la zona" del istmo, sostuvo Quevedo, que restó importancia al hecho de que sus socios Hidalgo y el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, no le informaran del proyecto, una circunstancia que a su juicio se debe a que se trata sólo de una idea.
Lo que sí tiene claro, advirtió, es que cuando se debata el proyecto definitivo y "llegue la hora de la verdad" para darle el visto bueno, o no, al hotel, tendrán que opinar todos los socios del pacto."Tendremos que estar todos en la mesa, con todos los estudios y evaluaciones sobre su impacto, que sean necesarios, para adoptar entre todos un acuerdo", afirmó. "Ya habíamos advertido cuando se hizo el pleno en el mandato pasado para aprobar el Acuario -con lo que estuvimos de acuerdo-, que era muy importante que no se desarrollase la voracidad urbanística característica, porque hay que tener mucho cuidado en seguir colmatando la zona del istmo, que es el solomillo de esta ciudad", señaló.
El concejal de Turismo teme que "pueda generarse un problema mayor de conectividad que el que ya tenemos. Cuando incrementas las infraestructuras, y el Acuario es una de ellas, se produce un aumento de la afluencia de ciudadanos y eso hay que evaluarlo. Si además de eso, se construye un hotel hay que evaluar, primero que nada, si eso va a traer consigo problemas serios de movilidad".
Otro tema que, a juicio de Quevedo, hay que estudiar es si el hotel va a producir "un efecto pantalla en la relación entre la ciudad y el mar . Durante muchos años hemos estado luchando para evitar que este efecto se produzca. Hay que evaluar las consecuencias que tendría el hotel en relación con eso. Ahora no estamos en condiciones de pronunciarnos, porque no conocemos el proyecto, aunque nos parecen muy preocupantes todas las intervenciones en el istmo porque pueden suponer un problema grave de movilidad para la ciudad. Además, estamos en contra de poner obstáculos entre la ciudad y el mar. Otra cosa es que ese proyecto" de Kiessling "esté bien y tenga todo eso previsto, pero eso hay que verlo".
Según el responsable de Turismo, "si hay un espacio donde tendría un gran sentido un hotel es en el Auditorio, que necesita una infraestructura de ese tipo". El edil se refería a la parcela hotelera situada al lado del Auditorio que el exalcalde Juan José Cardona sacó a concurso y quedó desierta en el mandato anterior. " A lo mejor", consideró, "hay que volver ahora a pensar en levantar un hotel, porque eso sí que podría ayudar a la recuperación de la zona del Rincón" , aprovechando la recuperación del turismo en el municipio. "No digo que ambos proyectos sean excluyentes", aclaró, "pero el hotel de El Rincón es una necesidad de la ciudad y el del istmo está por evaluar y por ver, debido a los efectos negativos que puede tener". Quevedo reconoció que también se enteró por la prensa del proyecto de teléferico entre el Puerto y la montaña de El Vigía, una idea cuyos efectos hay que estudiar también, aseguró. "¿Alguien ha analizado cual es el impacto sobre los vecinos de La Isleta de un artilugio subiendo y bajando? ¿Alguien ha pensado en esto? Esa no es una prioridad desde el punto de vista del Plan Estratégico de Turismo que estamos haciendo, aunque yo no tengo más conocimiento sobre el tema. Bueno sí, que los militares dijeron que es una zona de exclusión militar. Con estas cosas hay que tener mucho cuidado. A mí me preocupa que se pongan por delante las ideas sobre las reflexiones serias en torno a las consecuencias de los proyectos, porque al final se acaba armando un lío. No podemos decir a todo que no, pero tampoco se puede decir a todo que sí", concluyó.
