Las Palmas de Gran Canaria está corriendo. Sí, ahora mismo y también lo hará luego, mañana y pasado. De madrugada, al amanecer, por la tarde, cuando cae el sol, de noche y hasta al mediodía con el solajero en pleno apogeo. No importa cuál sea la hora ni tampoco el día, porque la capital siempre está en movimiento gracias a las personas que se calzan las playeras para recorrerla en grandes zancadas. La fiebre del running aterrizó en la ciudad hace tiempo, si bien no ha parado de ganar adeptos entre los vecinos que no dudan en aprovechar el clima y los miles de metros que dispone el municipio para realizar la más antigua de las prácticas deportivas.
Hace mucho tiempo que los corredores forman del paisaje capitalino. Y aunque salir a correr en sí ya no entraña ninguna novedad, sí que ha tenido consecuencias en el devenir de la propia localidad, por ejemplo, en lo que al uso de algunas zonas se refiere. Basta con echar un vistazo en lugares como la Avenida Marítima o el Paseo de Las Canteras para observar que son como tierra sagrada para numerosos runners. El parque Romano es también otro de los puntos de encuentro en los que, dependiendo del momento, el entrenamiento se puede convertir en una carrera de obstáculos que consiste en esquivar a los otros.
Pero por suerte, Las Palmas de Gran Canaria cuenta con muchos más espacios en los que poder practicar este deporte. Los riscos, el parque de Las Rehoyas, el Confital, o la zona portuaria son algunos de los que tiene recogidos Francisco Quevedo en su blog Corriendo tan Pancho en el que comparte al detalle sus siete rutas favoritas para entrenar en la ciudad, reproducidas en estas páginas. A este listado se le podrá añadir también el parque de La Ballena, tal y como le sugieren alguno de sus lectores, cuando "acaben de arreglarlo", puntualiza este corredor de 41 años, medido en el mundillo desde hace seis. "Variar, tanto en horario como en recorrido, es muy bueno", asegura. Y de la suma de todas sus experiencias se extrae como resultado que la capital cuenta con más de 54 kilómetros para hacer running repartidos entre sus cinco distritos.
A esta cifra se le puede añadir la del número de carreras que, a consecuencia del boom de hace unos años, actualmente se celebran en la ciudad. Tan solo el calendario de 2016 contaba con 26 fechas señaladas en rojo para los maratonianos. De ellas, todavía hay algunas que no se han tachado ya que antes de que acabe el año todavía quedan por delante la 10K La Minilla (29 de octubre), la Carrera de El Corte Inglés (que, aunque está fijada para el 20 de noviembre, está sin confirmar), La Isleta Extreme Canarias 50 (27 de noviembre) y la San Silvestre Solidaria (31 de diciembre). Muy pronto, el día 5 del mes que está a punto de empezar, también tendrá lugar uno de las maratones más esperadas: la LPA Night Run. La prueba, que celebra este año su cuarta edición, congregó en 2015 a 5.000 corredores. El pasado viernes, a apenas dos semanas para volver a calzarse las playeras, ya había 3.896 inscritos, según la página web del evento en cuya organización también colabora el Ayuntamiento capitalino.
Este tipo de iniciativas deportivas también son el reflejo de una tendencia que sigue en alza en las que se pueden ver la evolución de esta práctica. Correr se ha convertido en un estilo de vida para muchas personas del que se contagian otras. Si se bucea en Internet se encuentran anuncios en los que se solicitan los servicios de entrenadores personales para perfilar la disciplina necesaria que hace falta para algunas competiciones. También se da el caso contrario, como en el Club del Corredor, donde se ofrece una formación y preparación adecuada. De la pasión por el running también han nacido grupos y clubes, muchos de ellos, como el de las Guerreras canarias, exclusivamente femeninos. Así como se ha retomado y consolidado como una manera sana de desconectar y mantenerse en forma para aquellos que tan solo quieren correr por correr.
