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El kiosco de San Telmo abre con cafés y tapas

El establecimiento se inaugura siete meses después de que Cayemar se hiciese con la concesión

El kiosco de San Telmo abre con cafés y tapas

Después de permanecer casi dos años cerrado, el kiosco del parque de San Telmo volverá abrir sus puertas mañana. La inauguración tiene lugar siete meses después de que se hiciera con la concesión Cayemar Hostelería SL, ya que la empresa ha tenido algunos problemas con las instalaciones de la luz, según explicó su propietario, José Manuel Rodríguez Morera. Después de someterse a una puesta a punto, el establecimiento, que ha permanecido sin actividad desde febrero de 2015 después del abandono del anterior adjudicatario, acogerá de nuevo a la clientela que podrá disfrutar de lunes a domingos de una carta en la que no faltarán el café de la mañana y las tapas al mediodía.

Las seis de la tarde es la hora prevista para la apertura que contará con un acto especial en el que se servirán cócteles a los invitados entre los que se encuentra el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, tal y como contó Rodríguez Morera. Para ello, entre ayer y hoy se cuidan los últimos detalles en lo que al mobiliario y productos se refiere, si bien el pequeño local ya cuenta con todo lo necesario para su puesta en marcha a finales de la semana.

A partir de su inauguración, el kiosco de San Telmo comenzará con su actividad de lunes a domingos en un horario que, inicialmente, será de 8.00 a 21.00 horas. En esta franja, los clientes tendrá a su disposición la treintena de mesas de la terraza, acorde al pliego de condiciones del Ayuntamiento capitalino. Un total de cinco camareros serán los que se encarguen de prestar el servicio de cafetería en el que estarán presentes también los bocadillos o la bollería. "Para el mediodía habrá otros platos como croquetas, ensaladas o quesos", apuntó el propietario.

Limpieza y reformas

La empresa se hizo con la concesión del kiosco del parque de San Telmo el pasado mes de marzo tras desbancar las propuestas de otras 16 compañías. De este modo, Cayemar Hostelería SL tendrá que pagar un canon anual de 21.500 euros, una cifra que supera en 9.500 euros al precio de licitación. La adjudicataria comenzó con los trabajos de limpieza y reformas a principios de este verano, si bien "los problemas con la luz" son los que han dilatado en el tiempo la apertura que estaba prevista para septiembre, tal y como anunciaron en junio fuentes municipales.

El establecimiento fue rehabilitado en 2005 por el concesionario que se hizo con el servicio ese mismo año. Las obras consistieron en la restauración de la cúpula exterior, que presentaba un deterioro de sus plaquetas y bases, así como de los capiteles de sus ocho columnas. Para ello, se pidió a un grupo de artesanos de Manises, Valencia, que se trasladasen a la capital para elaborar e instalar los azulejos en la parte superior del inmueble que, por aquel entonces, llevaba dos décadas sin ser reformado. Los valencianos pertenecían a Gimeno y Ríos, la misma empresa que se encargó del alicatado cuando se construyó a principios del pasado siglo la estructura modernista que se remonta hasta nuestros días.

Antes de ser conocido con su aspecto actual, en el mismo solar del parque San Telmo hubo otro kiosco de madera, levantado en 1906. Hubo que esperar 1923 para que el arquitecto Rafael Massanet y Faus diseñase la nueva estructura a petición del entonces adjudicatario Pablo Castellano, quien hizo hincapié en el carácter comercial del inmueble. De ahí que tenga cuatro fachadas similares, quedando la esencia modernista quedó reflejada en las vidrieras y el mosaico que también componen el local, a pesar de que el resultado final de la cimentación no llegó a quedar como el trazado original.

No obstante, esta creación arquitectónica tuvo tal éxito en la ciudad que Castellano volvió a contratar a Massanet y Faus de nuevo para ejecutar otros proyectos como el del kiosco de la música, donde en un principio se podía disfrutar de bebidas y refresco durante las veladas musicales. El arquitecto también es autor del Hotel Madrid y de otros kioscos como el de la plaza de Las Ranas y el de la plaza de la Feria, este último ya desaparecido.

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