"La compañía Emalsa tendrá que cumplir", aseveró ayer el alcalde Augusto Hidalgo, que anunció la modificación del contrato de saneamiento de 1998 para establecer "medidas de control y sanciones a Emalsa en el caso de incumplimientos del servicio" por parte de la empresa mixta. Según Hidalgo, se están negociando las cláusulas con la empresa que luego tiene que cumplirlas. "Algunos aspectos los tendremos que negociar con Emalsa, como las sanciones. Tiene que ser un proceso negociador para introducir en el pliego de elementos sancionadores y de control. Llevamos varios meses negociando, se ha avanzado bastante y espero que lleguemos a un acuerdo en breve. Vamos a mantener la defensa del interés general, eso es innegociable", resaltó Hidalgo, quien añadió que espera que salga a concurso "lo antes posible" y "con condiciones de máxima transparencia". El consejo de administración de Emalsa acordó el pasado año no prorrogar el servicio de mantenimiento del alcantarillado a Sercanarias, la empresa de los socios privados, pero un año después el saneamiento sigue en sus manos.

Además de los 500.000 euros que se destinarán a sufragar las bonificaciones a unas 5.000 familias sin recursos, los ingresos extra de la subida de las tarifas se destinará a un plan de inversiones, dotado con 1,5 millones cada año, para mejorar las infraestructuras de depuración y saneamiento, que "están al límite" según Hidalgo. También se crearán nuevos equipos de limpieza de la red de alcantarillado y unidades de inspección, apoyadas con robots para conocer con exactitud en qué estado se encuentran los colectores y galerías y hacer trabajo preventivo en lugar de los "parcheos", que se hacen ahora, según el alcalde, que habló de la incorporación de 30 nuevos operarios para realizar estas actuaciones. Además se incorporará al parque de vehículos nuevas unidades de emergencias, las conocidas como chuponas, que en la actualidad son pocas y obsoletas. Según los trabajadores, la mayoría no funcionan. Por último, se pondrán en marcha sistemas de telecontrol para monitorizar el alcantarillado.

Augusto Hidalgo criticó la falta de inversiones que ha tenido el ciclo integral del agua durante "los últimos siete años" y "no hay previsión presupuestaria para que esto cambie en los próximos años", lo que está dando lugar a un escenario "límite" en la depuración y en el saneamiento. No habló el alcalde de los más de 20 millones de euros que se ha embolsado la empresa por un servicio de depuración que no se realizó, según los informes de la intervención. Sí se refirió a que en 1998 se depuraban siete millones de metros cúbicos y ahora "hay 15,2 millones de metros cúbicos por depurar. La red ronda ahora los 1.000 kilómetros, frente a los algo más de 300 que había en 1998".

La última subida del agua se produjo en 2010, durante el mandato del socialista Jerónimo Saavedra.