El presidente de la República Popular China, Xi Jinping, y su esposa aterrizarán en Gran Canaria el próximo 23 de noviembre por la noche, en una visita extraoficial, en la que tiene previsto recorrer las instalaciones del Puerto capitalino. Xi Jinping, que llega acompañado de 180 personas, abandonará la Isla en la tarde del día 24. Toda la comitiva china se alojará en el Hotel Santa Catalina.

El mandatario ocupa la Presidencia desde el 14 de marzo de 2013, cuando sustituyó en el cargo a Hu Jintao, cuya estancia en Canarias en noviembre de 2004 despertó expectación en la comunidad china del Archipiélago, que está integrada por unas 3.000 personas.

Xi, que también es secretario general del Partido Comunista Chino y presidente de la Comisión Militar Central, fue vicepresidente de Hu durante su mandato, justo después de que se le encargara la organización de los exitosos Juegos Olímpicos de Pekín. Estudió ingeniería química en la Universidad de Tsinghua, en la capital china, donde también se doctoró en teoría marxista. Su padre fue un destacado líder del Partido en la época de Mao Zedong. Aunque viene acompañado de un aura de lucha contra la corrupción, sus detractores hablan del enriquecimiento de su clan desde que ocupa altos cargos, así como de su talante autoritario.

El presidente del gigante asiático conocerá una tierra que no es ajena a sus compatriotas, sobre todo desde mediados de los años ochenta del pasado siglo. Una vez más, la posición geoestratégica de Canarias, con la consabida y bendita tricontinentalidad, atrajo sus intereses, sobre todo, en lo referente al sector pesquero. Así, China fue aumentando su presencia en el Puerto de La Luz desde 1985, fecha en la que su principal empresa pesquera, la China National Fisher Corporation (CNFC), tomó el espacio capitalino como base logística. Sus barcos han faenado en caladeros de Mauritania, Marruecos, Senegal, Guinea Bissau, Ghana y otros países del África occidental.

Y es que, precisamente, el interés de los asiáticos en Gran Canaria tiene que ver con su intención de introducir sus productos en África, así como de comprar materias primas en el vecino continente, sobre todo, petróleo y gas. La balanza comercial canaria con China está claramente inclinada a las importaciones. Según datos de 2015, Canarias exportó, por tráfico marítimo, productos por valor de 89.608.000 euros, mientras que importó por un montante que alcanzó los 3.929.850.000 millones .

Las Islas mandan a China, sobre todo, pescados y crustáceos (un 80%), además de plantas y flores. De allí llegan, sobre todo, manufacturas de consumo como textiles, prendas y complementos de vestir, aparatos eléctricos y electrónicos, calzado, juguetes y artículos de recreo y deporte, manufacturas de cuero, instrumentos y aparatos de óptica y fotografía.

En los años en los que China comenzó a despuntar como uno de los llamados países emergentes, junto a Brasil o La India, se registró un aumento del interés de los chinos por el Archipiélago. La visita de Hu Jintao, procedente de una gira por Latinoamérica, fue la máxima expresión de estas inclinaciones. Desembarcó en la Isla con un enorme séquito y realizó múltiples contactos políticos, económicos y culturales.

A juzgar por las informaciones publicadas, China se sentía "como en casa" en la Isla y apostaba por el Puerto de La Luz, que dirigía José Manuel Arnáiz, como "el gran trampolín" hacia América y Europa. Se habló de que la CNFC iba a ocupar 20.000 metros cuadrados en la Zona Franca y que, con ello, La Luz se convertiría en uno de los "grandes referentes del Atlántico Sur". Aquellos proyectos no llegaron a materializarse del todo. Ya en enero de 2011, durante el mandato en la Autoridad Portuaria de Javier Sánchez Simón, el Puerto recibió la visita de otro alto cargo del Gobierno chino, el viceprimer ministro del Consejo de Estado de China, Hui Liangyu, que también alabó las ventajas del recinto capitalino como plataforma para África.

La visita del actual presidente del país asiático, Xi Jinping, llega cuando las últimas estadísticas reflejan, precisamente, el decrecimiento de las economías china y brasileña, lo que ha marcado un descenso en el tráfico de contenedores.