Las aguas de la playa de Las Alcaravaneras están al completo. Decenas de embarcaciones de recreo fondean frente a la arena amarilla a la espera de la salida, el próximo 20 de noviembre, de la regata ARC. Son algunos de los damnificados del overbooking que sufre el Muelle Deportivo todos los años debido a los casi 300 cascos participantes en la competición. Algunos de los afectados han estallado. "Llevo siete años sacando el barco por esta fechas y no hay manera de que esto no ocurra", alega Raúl Rivero, que pide alguna solución porque se ven obligados a llevar los veleros a la bahía o trasladarlos a alguno de los muelles privados de la Isla. Fuentes portuarias precisaron que esta decisión es inevitable y que quienes deben abandonar las instalaciones saben desde que firman el contrato que en estas fechas no podrán atracar.
Rivero es el único que da la cara para contar esta problemática mientras que otros perjudicados prefieren mantener el anonimato. "La gente tiene miedo porque si hablan después para entrar lo dejan para el último", dice una de estas personas acogiéndose al anonimato. Rivero, por su parte, reconoce estar "harto" por una situación que se repite año tras año. En esta ocasión, decidió anclar su barco frente a Las Alcaravaneras, pero otros prefieren amarrarlo en muelles del sur de Gran Canaria, donde el coste asciende a unos 400 euros al mes -el doble que en el Muelle Deportivo-, o en Fuerteventura, donde el precio es inferior.
Para Rivero, la Autoridad Portuaria tendría que buscar soluciones para que no se repita la situación que afecta, según sus cálculos, a unas 150 embarcaciones. "En vez de sacarnos fuera por qué no instalan unos diques flotantes o que sean los propios participantes los que fondeen fuera y les pongan un servicio de barco-taxi en lugar de sacarnos a nosotros", comenta. Otro de los afectados quiso recalcar: "No estamos en contra de la ARC, pero no tiene que afectar a los residentes del Muelle".
Fuentes portuarias aseguraron ayer que para celebrar un evento de este tipo "no encontramos otra forma" de acoger a tantos participantes. Asimismo, precisó que la cifra de 150 afectados "está exagerada, muy exagerada", aunque no quisieron determinar cuántas embarcaciones tienen que abandonar el muelle por la regata. Sobre las quejas, apuntaron que los propietarios de los barcos que hoy se encuentran fuera de la Dársena de Embarcaciones Menores "saben, desde que firman el contrato, que por estas fechas tienen que abandonar el pantalán" para así dar cobertura a los inscritos.
Y es que, como precisan, este tipo de competiciones tiene una contraprestación muy importante para la capital grancanaria. "Supone un atractivo para la ciudad e incluso un impulso para el turismo náutico deportivo", indicaron estas fuentes, que a su vez dejaron claro que la problemática continuará en las siguientes ediciones. "Esto no va a tener fácil solución", dijeron, a pesar que para el próximo año el Muelle Deportivo contará con 90 atraques nuevos. Además, el Puerto busca que la inversión privada se haga cargo de una ampliación de 1.000 puestos más que estaría lista para 2020.
Estas instalaciones serán el epicentro de varias competiciones a lo largo de 2017. A la tradicional ARC, que tiene ya 71 inscritos, se unen en mayo la Rendez-Vous 2017 Tall Ships Regatta con 8 veleros y en septiembre la Mini Transat, una prueba bianual en la que está previsto que participen 80 aventureros que cruzarán el Atlántico en solitario a bordo de embarcaciones de seis metros de eslora.
