Mauritania exige a los componentes del proyecto Macapel que presenten con documentos la inversión de 97 millones que se realizaría para desarrollar la zona franca del puerto de Nuadibú a cambio de permitir la descarga de pesca pelágica en el Puerto de La Luz. La actuación se llevaría a cabo mediante fondos europeos y tendría una duración de entre cinco y siete años, periodo en el que se podría desembarcar capturas en la capital grancanaria. Así lo confirmó ayer Miguel Rodríguez, representante sindical de los estibadores, que indicó que en principio los negociadores africanos aceptaron la propuesta realizada, aunque aún están a expensas de su rúbrica durante la comisión mixta formada por Bruselas y Mauritania que se celebra en Nuakchot.
Rodríguez participó junto a Bernardino Santana, consejero delegado de La Luz Market, y representantes de la empresa pública Proexca, en varios encuentros para afinar el acuerdo. Por un lado, los mauritanos dieron a conocer su posición: "Dígame que tiene el dinero para hacer la obra y empiecen con la obra", afirmó Miguel Rodríguez que es una de las condiciones que imponen los negociadores mauritanos. "Nosotros decimos que cuando quede acreditada debidamente la garantía del inicio de la obra, se empiece con la descarga en el Puerto", añadió.
Para ello habrá que esperar al próximo 9 de diciembre, cuando está prevista la celebración de un encuentro con la Dirección del Mar en Europa donde los agentes portuarios esperan que se certifiquen los avales que exige Mauritania. Y es que la actuación en el puerto de Nuadibú pasa por la aprobación de unos fondos europeos destinados a países en fase de desarrollo que financiarían su construcción. "Nos consta que el ministerio de Economía y Finanzas ha hecho varias gestiones para conseguir los fondos y que están muy avanzadas", por lo que "casi me atrevería a decir que existen posibilidades de éxito total".
En este punto también entrarían empresas canarias, que participarían en el proyecto a través de inversiones para crear una red de manipulación de la pesca pelágica, en la que además estarían los estibadores mediante la formación de profesionales mauritanos. Con este programa se quiere aplicar un periodo de transición que duraría entre cinco y siete años. Durante este periodo, parte de las capturas realizadas en caladeros mauritanos se descargarían en los muelles de la capital grancanaria. Sin embargo, Rodríguez precisó que aún se desconoce cuántas toneladas se podrían manipular en el Puerto, aunque puntualizó que se baraja que se reduzca de forma progresiva: "Que en un principio se dije una cantidad máxima, el siguiente año haya menos, el otro menos; que vaya decreciendo a medida que se va terminando la obra".
Todo ello queda a expensas de que se firme el acuerdo en la comisión mixta que se celebró ayer entre la Unión Europea y Mauritania. Rodríguez esperaba a última hora una respuesta por parte de los negociadores. "Es sumamente importante que durante la comisión mixta se acepte el desembarque en el Puerto a cambio de las condiciones que ellos propongan", declaró vía telefónica el representante de los estibadores, que sigue las evoluciones de unas reuniones que han sido como "vital" para dar un primer paso para recuperar la descarga de pesca pelágica. Después tendrán que ser las empresas quienes atraigan a los armadores.
