Los representantes del pequeño y mediano comercio han expresado su incredulidad e indignación ante el rechazo del Ayuntamiento de la capital grancanaria al pronunciamiento unánime de las asociaciones comerciales, la mayoría de los ayuntamientos de la Isla y el Cabildo de Gran Canaria en contra de la apertura dominical de Las Arenas y El Corte Inglés, un acuerdo que se adoptó durante la reunión de la Mesa del Comercio de Gran Canaria, que convocó la institución insular. El gobierno tripartito bendijo en septiembre la continuidad de la liberalización horaria de estas grandes superficies, pese a las promesas del PSOE, Nueva Canarias y Las Palmas Puede durante la campaña electoral de que eliminarían estas dos nuevas zonas de gran afluencia turística, que se implantaron en 2015 a petición del anterior alcalde Juan José Cardona. La Mesa del Comercio ha reclamado la revisión de estas zonas y ha advertido del daño que le está haciendo al pequeño comercio de la capital y también a la restauración de los municipios.
Los representantes de Fedeco y Cecapyme aseguraron que se sienten traicionados y estafados por el alcalde socialista Augusto Hidalgo y el concejal de Turismo y Comercio, el nacionalista Pedro Quevedo y han pedido la dimisión de este último, que esta semana aseguró que su único interlocutor es la Consejería insular de Comercio y no los comerciantes. "Ahora no somos interlocutores, pero cuando le interesaba tener nuestro apoyo en la campaña electoral sí que éramos válidos. Durante la campaña electoral estaban con nosotros detrás de la pancarta delante del Ayuntamiento y en la actualidad el único partido del tripartito que mantiene su posición es Podemos ", resaltó Eugenio Sánchez, presidente de la Federación de Comercio de Las Palmas (Fedeco).
Por su parte, José Juan Socas, presidente de Cecapyme, consideró un "disparate" la forma en que Quevedo intenta justificar su cambio de posición en torno a la apertura dominical y su afirmación de que "la regulación de los horarios comerciales y de las zona de gran afluencia turística es una competencia reservada única y exclusivamente al Gobierno de Canarias". "Debería dimitir", consideró Socas, que añadió: "Me parece una tomadura de pelo que después de sentarse infinidad de veces con nosotros ahora renuncie a defender al pequeño comercio pese al daño que nos está causando la apertura dominical de estas grandes superficies, sólo por mantener su silla". Hidalgo, por su parte, aseguró el pasado martes, en la línea de Quevedo, que el Ayuntamiento no tiene competencias sobre la apertura dominical, algo que según él solo incumbe a los gobiernos central y autonómico.
Tanto Sánchez como Socas aclararon que lo que afirman Hidalgo y Quevedo es "una verdad a medias", porque "es el Ayuntamiento el que decide qué zonas comerciales son de gran afluencia turística. Es el Ayuntamiento el que propone o no y luego el Gobierno canario el que ratifica esas zonas propuestas. Si el Ayuntamiento no propone Las Arenas o Mesa y López, el Gobierno no las va a imponer. Nosotros no nos oponemos a las zonas de gran afluencia turística. De hecho, en la capital ya hay otras dos, la de Triana y la de Puerto-Canteras. Es la apertura de las grandes superficies lo que nos hace daño", aclaró Sánchez, saliendo al paso de las declaraciones de Quevedo e Hidalgo en torno a la existencia en la isla de 51 zonas comerciales de gran afluencia turística.
Hidalgo negó que exista un enfrentamiento con el Cabildo, pese a la diferencia de posturas de ambas instituciones en torno al asunto. Y la consejera insular de Comercio, Minerva Alonso, lo confirmó al intentar quitarle hierro al posicionamiento de la Mesa del Comercio de Gran Canaria. "La Mesa pidió un análisis de la situación y que se tenga en cuenta su impacto en toda la Isla. El Cabildo", añadió, "no es competente y no puede pedirle al Ayuntamiento que reconsidere la situación porque es autónomo". A juicio de Lorenzo el análisis sobre el impacto de la apertura dominical de las grandes superficies durante la temporada de cruceros debería hacerlo el Gobierno canario.
