La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El orín de los perros y el uso de jabones para diluirlo acaban con 40 árboles

Parques y Jardines tala diversas especies en distintos puntos de la ciudad

El orín de los perros y el uso de jabones para diluirlo acaban con 40 árboles

Cerca de 40 árboles de la ciudad han tenido que ser talados o retirados de la vía pública por su podredumbre a causa de los orines de los perros y del agua mezclada con detergente, jabón o lejía que utilizan sus dueños para diluir la deyección del animal. La cifra ha sido cuantificada por el departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento, quien recuerda a los responsables de mascotas que está prohibido echar este tipo de productos tóxicos en la vía pública cuando es suficiente con esparcir un poco de agua. Lo mismo da que el perro orine o defeque en árboles, parterres, alcorques y jardines.

A la reglamentaria bolsa de plástico atada a la correa se ha sumado el perceptivo spray como kit entre los dueños de perros para disipar el mal olor que la orina origina en las calles, y con la que los animales también marcan su territorio. La acción resulta higiénica, pero, sin embargo, está causando graves problemas a los árboles de la ciudad. Así lo ha constatado el Servicio de Parques y Jardines municipal, que da cuenta de la muerte de varios ejemplares en diferentes puntos de la ciudad.

Nadie sabe cómo se han colado la lejía, el jabón o los detergentes, otros echan también vinagre, entre los dueños de canes, que tienen la obligación de recoger los excrementos de sus mascotas de la calle. Pero lo cierto es que es muy fácil cruzarse con personas que pasean a su mascota y esparcen después una rociada de spray tras haber orinado o defecado en la vía pública.

La concejala de Fomento, Servicios Públicos y Aguas, Inmaculada Medina, lo ha manifestado en más de una ocasión, desde que el pasado mes de julio se cayeran dos ejemplares de laureles de Indias de la calle San Bernardo y hubiera que talar otro par de ellos por estar podridos -posteriormente ocurrió lo mismo con otros ejemplares emblemáticos de la ciudad como las dos palmeras de la autovía del centro frente al Rectorado de la Universidad - y la alarma social sobre el estado de los árboles de la ciudad se desatara hasta llegar a una recogida de firmas popular vía Internet para exigir al Ayuntamiento que elaborase un catálogo de los ejemplares emblemáticos como tienen otras grandes poblaciones para su protección y conservación.

Las zonas de la ciudad donde han caído estos ejemplares son en Alcaravaneras - en las calles Luis Antúnez y perpendiculares como General Mas de Gaminde-; Ciudad del Mar -calle Luis Doreste Silva, Canalejas y vías perpendiculares-; Centro - calle Venegas y pasaje Mercedes Miranda Dasca-; Triana -calle Rafael Cabrera-; Santa Catalina - calles Isla de Cuba, Veintinueve de Abril, Gofiones, Torres Quevedo- y La Isleta - calles Juan Rejón y coronel Rocha-.

Ordenanza

"Dañan considerablemente las raíces y al tronco; eso hace que se enfermen tantos árboles y se pudran", insistía esta semana la concejala durante una muestra de control demográfico de aves en la plaza de Santo Domingo. En el acto, el técnico de Jardines del Ayuntamiento, Miguel Padrón, indicaba que la podredumbre se observa a "simple vista" en los ejemplares. La acidez de la urea origina la quema de las plantas, igual que el uso de productos químicos.

La ordenanza municipal sobre protección y tenencia de animales de 2013 prohíbe que los animales orinen en la acera y contra la fachada de inmuebles, mobiliario urbano o vehículos. De igual modo, dejar las defecaciones. "Si es inevitable que el animal ejecute sus deyecciones en los espacios públicos la persona que lo conduce lo llevará a la calzada, junto al bordillo y lo más próximo a los sumideros del alcantarillado".

Asimismo, hace referencia a que la persona "llevará siempre envoltorios de cierre hermético para las heces y líquido para aclarar la orina". No habla nada de detergentes, lejía, jabón u otro mejunje de tipo casero para diluir la urea.

En la normativa se especifica, además, que los excrementos deben depositarse "en los contenedores de residuos domésticos, envueltos herméticamente" y no en las papeleras como suele hacerse. El incumplimiento de la normativa conlleva multas que pueden ir de los 150,26 a los 1.500 euros, ya que se trata de una infracción grave.

Compartir el artículo

stats