Encima de una mesa, decorado con una manta y una sábana, Lorenzo Rodríguez Suárez montaba sus primeros belenes durante la infancia. Ahora, a los casi 74 años, lo sigue haciendo, pero más a lo grande. Grande como no lo había sido nunca, pero con el mismo cariño y cuidado de los detalles de siempre, este jubilado ha vuelto a convertir parte de su casa en un Jerusalén en miniatura en el que cada vez se recrean más momentos acontecidos en torno al nacimiento de Cristo, según relata la Biblia de la que él mismo saca la inspiración para encargar nuevas figuras. Y es que son casi 90 metros cuadrados de historia en los que el más esperado es, precisamente, el niño Jesús, a quien no se le verá en su pesebre hasta el próximo 25 de diciembre. "Como siempre ha sido tradición".
Tal y como está indicado en el cartel que señaliza una de las cuestas que salen al paso en la carretera, la vivienda de Rodríguez Suárez se encuentra en el número 5 de la calle Fuente del Grillo del barrio de La Milagrosa. Por si acaso y para evitar cualquier tipo de pérdida, él espera en la puerta del garaje, donde la Navidad llegó literalmente el pasado fin de semana. Árbol cargado de bolas en tonos rojos y dorados, mantelería navideña, Papá Noel, adornos y hasta un "loro malcriado" que desea unas felices fiestas cuando se encuentra en confianza. Al espacio no le falta de nada gracias al buen hacer decorativo de uno de sus sobrinos, "que lo monta todo". No obstante, y a pesar de lo bonito que está todo, el verdadero motivo de su orgullo se encuentra tan solo unos pasos más adelante.
"Este año es más grande que nunca", advierte antes de confesar que si por él fuera, el belén llegaría hasta la calle. "Pero mi mujer me mata", apunta divertido mientras su hija Macarena lo confirma con la mirada. Y es que según cuenta la joven, "lo que empezó en una habitación ya va por tres", ya que para ganar espacio este año Rodríguez tiró abajo el tabique de un cuarto de baño que tenía en la cochera. La obra se tradujo en casi 90 metros cuadrados de superficie en los que el pasado 21 de marzo el jubilado comenzó a montar el nacimiento que acoge unas 600 figuras de las cuales 50 son nuevas.
Es el caso de los romanos armados con lanzas y cuchillos que persiguen a las mujeres cargadas con bebés que representan la matanza de los inocentes recogida en el Nuevo Testamento, pero también es el del ángel que anuncia a los pastores la llegada del Mesías o la escena de la visitación en laque se ve a la Virgen y su prima Isabel embarazadas. Si bien de las nuevas adquisiciones, su favorita, es la de una burra que aparece dando a luz. Esta última ha sido un regalo, como lo son tantas otras que hay repartidas por las montañas que ha creado con más de mil sacos de papa y casi 50 de escayola sobre decenas de cajas de frutas amontonadas a lo largo del habitáculo. No obstante, la mayor parte la ha ido adquiriendo él desde hace nueve años, cuando decidió retomar su afición después de haber vendido todas las que tenía antes tras haber pasado por el quirófano para que le pusieran un marcapasos.
Las estatuillas proceden de distintos partes del mundo como Turquía, Croacia; pero también tienen sello nacional y hasta insular. En cualquier caso, la mayoría de ellas proceden del mismo lugar: la fábrica Griñán Col, en Murcia, en cuyo barrio de Puente Tocinos Lorenzo Rodríguez se persona cada año para realizar encargos personales que se inspiran en la propia Biblia. De este modo, a lo largo del belén se puede encontrar desde el tradicional "cagón", a una orquesta de hebreos. También están los tradicionales tenderos, las lavanderas, los pastores y un sinfín de animales como cabras, ovejas, vacas, camellos, pájaros o burros que por tener, tienen hasta pelo. Por supuesto, también están los personajes principales del misterio, aunque para ver al Niño Jesús en el pesebre habrá que esperar al 25 de diciembre.
El nacimiento también cuenta con algunos seres vivos como son 16 pollitos y algunos peces naranjas que nadan a sus anchas en el estanque en el que desemboca el agua de una enorme cascada. Esta es uno de los mayores atractivos ya que otorga al nacimiento de realismo a pequeña escala. Pero esto no es lo único que se pone en movimiento cuando el belenista da al interruptor. Además de la música de fondo, el belén cuenta con una iluminación especial que hace que en apenas minutos atardezca, anochezca y vuelva a amanecer. Con cada variación exprés de horario también cambia la actividad en la recreación navideña en la que Rodríguez Suárez ha conseguido que se enciendan las luces en el interior de las casas cuando "llega la noche".
Todo ello es lo que hace que la casa de La Milagrosa que comparte con su mujer Luisa Santana sea una de las más transitadas durante la Navidad. Tan solo las pasadas fiestas unas 3.167 personas visitaron el nacimiento. "Para este año esperamos más", afirma el belenista que, para la ocasión, ha creado un sistema de entrada y salida que evite que la gente choque y se acumule gracias a un cordón de seguridad que divide en dos el acceso "a la cueva".
Desde hoy, el garaje volverá a estar abierto para todos aquellos que quieran disfrutar de la pasión este septuagenario. El horario para poder hacerlo será de lunes a viernes, de 15.30 a 21.00 horas. Mientras que los fines de semana y demás festivos abrirá de 10.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 21.00 horas. El último día de visita será el 15 de enero, ya que después Lorenzo Rodríguez lo desmontará por completo hasta el año que viene. "Ya tengo la idea de lo que voy a hacer, es que si no lo cambio la gente deja de venir".
