La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista

"Hay que exigir un reparto más justo de la riqueza"

Irene Bello participó en las II Jornadas de Participación y Solidaridad

Irene Bello, durante la lectura de su conferencia en las jornadas Particípolis. QUIQUE CURBELO

¿Cuáles son sus experiencias en participación ciudadana?

Llevamos varios años participando con el Ayuntamiento de Las Palmas en varios talleres y jornadas y seguimos intentando trabajar en la línea de hacer un convenio o una relación más continuada para estar más presentes en los diferentes espacios de participación ciudadana de Canarias, no sólo en jornadas puntuales. Para nosotros es fundamental trabajar con la ciudadanía. Creemos que la herramienta y los espacios que se dan dentro de la participación ciudadana son no sólo muy válidos sino necesarios para llegar al mayor número y tipo de sectores de la sociedad canaria. Uno de nuestros objetivos es sensibilizar y dar a conocer las realidades que se viven en otros países, con el fin de concienciar y conseguir una ciudadanía más justa, solidaria e igualitaria. Y conseguir también crear concienciación para la incidencia política. No basta sólo con que la población esté concienciada y sea solidaria. Es necesario que participe y se involucre en exigir a nuestros gobiernos que aporten y participen de la cooperación al desarrollo, para conseguir un mundo más justo e igualitario entre todos.

Vemos a diario el trato indecente que damos a los refugiados sirios y otros inmigrantes que llegan huyendo a Europa, ¿qué se puede hacer para combatir ese aumento de la xenofobia?

Seguimos encontrando respuestas solidarias con esos millones de personas, pero también es verdad que, muchas veces, la información que se da en los medios de comunicación, con titulares que dicen que nos invaden, generan un rechazo. Vuelve otra vez el miedo y ese discurso de que vienen a quitarnos los trabajos y nuestro bienestar. Es verdad que este tipo de realidades y catástrofes humanitarias, como el tema de los refugiados sirios, hace que demos pasos atrás en cuanto a la solidaridad y gane espacio el racismo y la xenofobia. Hay que seguir trabajando en la concienciación y educación en valores y en la solidaridad. Esta población se ha visto metida en una guerra, de la noche a la mañana. Y hoy son ellos y mañana podemos ser nosotros.

¿Ese aumento de la xenofobia y el racismo se nota en Canarias?

En el caso de los refugiados no lo he notado tanto. En mi entorno y en el mundo de la ONG no he visto ningún miedo a esa denominada llegada masiva de refugiados, entre otras cosas, porque no ha habido tal llegada, pero sí he notado como ha pesado la crisis económica en la reducción de la implicación de la gente. Gente solidaria que te entiende y a los que les da pena la situación que sufren las personas de otros países, pero no pueden colaborar.

¿Qué responsabilidad tienen los medios de comunicación en ese aumento del racismo?

Los medios de comunicación tienen hoy en día una cuota de poder muy grande y, según como difundan las noticias, generan una determinada opinión. En temas, como la llegada de pateras hace años y ahora con los refugiados, tendrían que dar un enfoque más humano a la información. No se puede vincular estos temas ni a la sensación de amenaza, ni tratarlos como llegadas masivas o invasiones. Tendrían que ayudarnos más a buscar la apertura de mente de la gente y no a cerrarlas en banda. Al final, es verdad que mucha gente lo poco o mucho que sabe sobre esta realidad es lo que ve en la televisión, oye en la radio o lee en un periódico. Y eso influye en la visión de la gente.

Usted decía antes que no basta con ser solidario y que es necesario forzar a los gobiernos para que se impliquen en la lucha contra la pobreza en esos países. ¿Cómo se puede ir más allá de dar una ayuda?

Cuando doy charlas, la gente pregunta como puede ayudar. Hoy en día, hay veces que se puede hacer muchísimo con cosas que a uno le puede parecer que no, como la recogida de firmas a nivel digital. Esas acciones han conseguido cambiar muchas cosas. El primer paso es abrir las orejas a lo que te están contando y no hacer como que si no existiera. Por lo menos, ser consciente de que existe esa realidad y enterarte de lo que está haciendo tu ayuntamiento o tu gobierno por resolver esa situación. Y participar en todos aquellos espacios en los que puedas, incluso hacer de agente de sensibilización; contar lo que pasa a tu familia y al resto de la gente. Hay que mirar tu entorno, claro, pero también hay que mirar mucho más allá de tu barrio, de tu isla y de tu país. Mi entorno es el planeta, porque para mí el problema no es la pobreza, sino la desigualdad y el mal reparto de la riqueza. Hay riqueza en el mundo suficiente para todos, el problema es que está muy mal repartida.

Después de la crisis se produjo un recorte brutal por parte de los gobiernos en la cooperación al desarrollo, ¿Sigue igual?

Desde 2011 a 2015, el Gobierno canario estaba a cero en cooperación al desarrollo, después de haber llegado a 2,8 millones en 2010. Llevamos todo este tiempo luchando por recuperar esas ayudas y en 2016 , se comprometió a recuperar algo. Este año salió una convocatoria de 250.000 euros y en 2017 habrá otros 250.000 euros.

¿Cual ha sido la repercusión de ese recorte?

Efectos importantísimos en las miles de personas de Senegal, Marruecos y Mauritania, con los que llevábamos años trabajando en proyectos que, de la noche a la mañana, desaparecieron. También se ha visto reflejado en las ONG que trabajamos desde Canarias, en su nivel de precariedad. Las que seguimos, somos auténticas supervivientes. Muchas han tenido que cerrar.

¿La erradicación de la pobreza es cosa de todos?

Sí. No es sólo que el pobre se quite un poquito para ayudar a otro que está peor. La base de la erradicación de la pobreza está en la redistribución de la riqueza y ahí sí que tenemos todos que exigir a nuestros gobiernos que pongan empeño en erradicar los paraísos fiscales y mil y unas fórmulas que impiden un reparto justo. La mayoría de países de África tienen el índice de desarrollo más bajo, pese a que es el continente más rico del mundo en recursos naturales. El problema es que nosotros vamos a robarles esos recursos naturales. Y estamos haciendo prácticas terribles de acaparamiento de tierras, de aguas, de materias primas, por no hablar de la falta de respeto al medio ambiente y el ecosistema. Es muy fácil decir desde aquí que es el problema de África, pero estamos robando sus recursos y somos responsables de ello. El que lo hace, por supuesto, pero los que lo permitimos, también tenemos nuestro grado de responsabilidad.

¿Y qué podemos hacer para no ser cómplices?

La clave está en la incidencia política. Hay que seguir haciendo incidencia política y hay que promover que la ciudadanía sea consciente y reivindique que no quiere que sus gobiernos se comporten de esa manera; que participen. A lo mejor hay que volver a salir a la calle, no sólo manifestándose, sino creando conciencia en tu entorno. Los espacios de participación son necesarios, por eso son importantes jornadas como ésta. Yo estaría encantada que viniera la ciudadanía y me dijera que quieren ser voluntarios en campañas de incidencia política y de concienciación política. Las organizaciones es tamos abiertas y encantadas de recibir a gente, porque no damos abasto.

Hubo un momento de gran participación y ahora estamos en el extremos contrario, ¿Cómo se puede invertir esa tendencia?

En los años 80 hubo un momento álgido de la solidaridad. Sí somos solidarios, pero trabajamos de una manera más individualista. Con el 15-M se recuperaron un poco los espacios públicos, como espacios de reunión y de participación, algo que se quiso erradicar con medidas como la ley mordaza, etc. A los gobiernos no les interesa que la ciudadanía piense, opine y sea solidaria. Les da miedo. Ese tipo de leyes responden al miedo de que se generen procesos de participación que les compliquen la vida. El día que nos demos cuenta el 95% de la población de que el problema no somos nosotros, sino que está en que el 5% de la población más rica maneja casi el 80% de los recursos del planeta, ese día tendremos el poder en nuestras manos. Lo que ocurre es que intentan enfrentarnos entre nosotros. El problema no es que mañana vengan 100 refugiados sirios a Canarias, el problema es que le hagan creer a la gente que no llega a final de mes que esa gente les viene a robar la casa y el trabajo. El problema es que no somos capaces de ver el problema real. La causa por la que esas familias se han visto obligadas a abandonar su país. A los poderes públicos les viene bien nuestra ignorancia y el divide y vencerás, porque mientras nos peleemos entre nosotros no vemos el problema real que está mucho más arriba. Es más, se fomenta, porque no les interesa una rebelión de la ciudadanía. Nos creemos que el problema es el inmigrante que va al centro de salud. No podemos seguir permitiendo vulneraciones de derechos humanos descaradas que se están haciendo. Se nos olvida que Canarias y África están tan cerca. Y que nuestra mejor situación es fruto del azar, de haber nacido un poquito más allá.

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