Hace mucho tiempo que quienes hablan de movilidad sostenible en las ciudades ya no son únicamente los hippies que claman por el amor a la Madre Tierra desde su bondadoso retiro espiritual. La cuestión sobre la movilidad urbana sostenible ya ha abandonado la ingenuidad inicial, ha tomado fundamento científico y se filtra por los poros de las prioridades en las sociedades urbanas de vanguardia. Aquí, en Las Palmas de Gran Canaria, tenemos el ejemplo. El debate inmaduro entre el uso del transporte público en contraposición al coche particular ya parece superado. Los beneficios y ventajas del transporte público son sobradamente conocidos y, sobre todo, ampliamente compartidos por la ciudadanía. El concepto de intermodalidad, que aboga por el uso racional y combinado de las diferentes maneras de transportarse -ya sea a pie, bicicleta, moto, taxi, coche o guagua-, se impone con vigencia.

Nuestro proyecto de la MetroGuagua, la línea de alta capacidad de Guaguas Municipales, empieza a madurar. Ya estamos dando pasos firmes y enérgicos. La semana pasada presentamos su identidad y, como era previsible, se han reavivado diferentes foros de debate público. En todos ellos, para nuestra satisfacción, no se pone en duda la idoneidad de repensar la movilidad en la ciudad ni tampoco que ese avance hacía lo sostenible tenga como hilo conductor la potenciación del transporte público. Estas corrientes de opinión, por sí mismas, ya representan un triunfo. Son una victoria para la optimización del espacio público, para la seguridad, para la salud, para el medioambiente, para la eficiencia de los recursos económicos, en definitiva, para la sociedad. Hemos pasado del lema radical 'No sin mi coche', aunque sea para recorrer 700 metros, a tener presente que existen otras alternativas de movilidad; aunque, en muchos casos, todavía no nos atrevamos a explorarlas.

Cada vez hay menos dudas sobre los beneficios del transporte público, pero todavía tenemos que derribar mitos para focalizar las ventajas de la MetroGuagua. El primer mito: ¿por qué un sistema de guaguas de alta capacidad si parecen mejores un metro o un tranvía? Si nos moviéramos por cánones puramente de belleza, un metro o un tren ligero probablemente llevarían las de ganar, pero la elección del modo no ha sido un capricho estético. La elección no obedece a una idea iluminada, a una moda ni tampoco a un interés comercial por una determinada marca, como he llegado a leer. A continuación les señalo algunos de nuestros argumentos.

Los estudios en movilidad urbana en nuestra ciudad, realizados por técnicos en la materia, señalan que se proyecta que utilicen la MetroGuagua como promedio unos 2.500 viajeros por hora y sentido, con valores en horas punta de entre 4.500 y 5.000 viajeros por hora y sentido. En contraste, las recomendaciones de los expertos en movilidad para establecer un tranvía o tren ligero se sitúan en valores medios próximos a los 10.000 viajeros hora y sentido; mientras que para la construcción de un metro se elevan a un mínimo de 25.000 viajeros por hora y sentido. Con estos datos, que usted puede encontrar en nuestro Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), hemos empezado a tomar decisiones.

Además, en nuestro caso, la implantación de un tranvía sin elevados costes adicionales sería complicada dadas las limitaciones que presenta nuestra ciudad, como la estrechez de algunas calles y las especiales características que determinan la instalación de catenarias. En relación con este argumento, convinimos que debíamos buscar soluciones de movilidad que pudieran ser ejecutables en un periodo de tiempo razonable, a la vez que esa solución tuviera una sencilla tramitación urbanística. Todos conocemos episodios de expropiaciones eternas. En nuestro caso simplemente no existirán.

Un sistema de guaguas de alta capacidad responde a una relación costo-beneficio muy favorable, debido a que las infraestructuras del carril segregado cuestan de cuatro a diez veces menos que un sistema tranviario o tren ligero. Además, se trata de un modo de transporte rápido que puede combinar la calidad del transporte ferroviario con la flexibilidad y ligereza de las guaguas. Imaginemos que tenemos un gran evento en la ciudad, como hace unos años el concierto de Bruce Springsteen o un partido importante de la UD Las Palmas, y tenemos una importante demanda de movilidad. En un momento dado, nada nos impide que las guaguas con capacidad para más de 200 personas se puedan destinar a estos acontecimientos. Es obvio que en el caso de un tranvía sería imposible.

En un informe de ATUC, la asociación estatal de empresas de transporte urbano, se concluye que inicialmente un tranvía ofrece una serie de ventajas respecto al sistema de transporte en guaguas, como pueden ser capacidad, velocidad, imagen o menor impacto ambiental, pero la inversión en una línea de alta capacidad -tal y como pretendemos- permite alcanzar resultados similares al tranvía a la vez que se mantienen las ventajas de la guagua (más flexible en la prestación y adaptable a las exigencias de la demanda).

Segundo mito a derribar: un sistema de guaguas es muy contaminante. El tranvía es el modo más ecológico porque prácticamente elimina las emisiones en circulación (no en origen). Sin embargo, todos los modos de transporte colectivo tienen un impacto medioambiental positivo cuando consiguen captar viajes del vehículo privado, que es uno de nuestros principales objetivos. En relación a la ecología, considero que están desenfocados quienes establecen un debate entre tranvía o línea de guaguas de alta capacidad como si fuera una batalla a librar. El potencial del transporte colectivo reside en captar viajeros al vehículo privado, que es el auténtico enemigo de la calidad de vida en las ciudades (causante de 2/3 de las emisiones contaminantes). Sólo tenemos que mirar al caso paradigmático de Madrid, donde en los últimos tiempos abundan las restricciones a los vehículos particulares.

Además, los sistemas de guaguas de alta capacidad introducen tecnologías limpias a la red convencional: hidrógeno e híbridos, entre otros. Y nosotros hemos planeado adquirir los 17 vehículos de la MetroGuagua en la última fase del proyecto (año 2020) para que dispongan de la tecnología más avanzada del momento. Consideramos que dentro de tres o cuatro años habrá una notable evolución en los estándares de eficiencia, calidad y precio de los vehículos eléctricos o híbridos. Estaremos a la última.

Y un último mito a derribar: los barrios no se beneficiarán de la MetroGuagua. El 75% de los desplazamientos en el municipio tienen como origen o destino el eje entre la plaza Manuel Becerra y Hoya de la Plata. Uno de cada tres viajeros de Guaguas Municipales se mueve por esa franja. Ahí es donde están los núcleos más atractivos para la movilidad de la ciudad. Este dato justifica de manera suficiente la instalación de la línea de alta capacidad a lo largo de este trazado. Como saben, Guaguas Municipales, dada la demanda existente, utiliza muchos recursos para cubrir este eje de transporte. Sólo la Línea 12 dispone de 13 guaguas y 26 conductores. Y esos mismos recursos, una vez puesta en marcha la MetroGuagua, se redistribuirán al resto de la red de líneas, que será modificada para que adquiera una nueva dimensión, con mejores frecuencias y líneas más rápidas de conexión con los barrios. Otro dato importante, 12 de las 20 paradas de la MetroGuagua dispondrán de enlace directo con el resto de los servicios.

Hemos hecho un ejercicio que creo interesante y divulgativo para comprobar la eficiencia del nuevo proyecto. Algunos nos preguntan por qué esos 100 millones de euros de inversión de la MetroGuagua no los destinamos a mejorar la actual red. Y hemos realizado un exhaustivo estudio económico donde se explica que para igualar los efectos beneficiosos del sistema de guaguas de alta capacidad sobre la red de transporte de pasajeros, la compañía tendría un empeoramiento de resultados -según las previsiones medias- de unos ocho millones de euros cada año, al margen de que tampoco se incluirían mejoras urbanísticas asociadas al proyecto y otras que reverterían en el propio sistema de transporte -como el aumento de la velocidad-.

Lo aclaro más, en cifras globales, según plantea el informe, si Guaguas Municipales intentara asemejar con recursos tradicionales -es decir, más vehículos, más trayectos y más personal- las frecuencias y recorridos de sus líneas a las planteadas por la MetroGuagua tendría un gasto adicional de unos tres millones de euros anuales, derivados del incremento de unos 70 servicios diarios, al tiempo que dejaría de percibir otros cinco millones de euros al año por el incremento previsto en el número de pasajeros.

En este sentido, los estudios más conservadores proyectan que la cifra de clientes aumentará un 21% el primer año de la puesta en marcha del sistema de alta capacidad para la ciudad, mientras que establece el tope de un 5% anual si opta por mantener la red de transporte sin el sistema de la MetroGuagua, aún aplicando las mejoras tradicionales a sus líneas.

La MetroGuagua no sólo será una palanca para revolucionar la movilidad en la ciudad, sino que también pretendemos que sirva para que los vecinos redescubran las joyas de la capital, que expriman las posibilidades de su ciudad. Con una nueva reorganización del transporte colectivo, con más recursos y más eficiente, se facilitará la bidireccionalidad en la movilidad entre las plataformas alta y baja del municipio. ¿Por qué una familia que vive en León Castillo no va a querer disfrutar de una apacible jornada en el Parque Juan Pablo II? ¿O por qué alguien que viva en Arenales no puede hacer sus compras en las zonas comerciales abiertas de Pedro Infinito o Siete Palmas? La mejor conectividad generará nuevos y atractivos flujos de movilidad.

Invitamos a todos los ciudadanos a consultar el proyecto de la MetroGuagua en la página web de Guaguas Municipales (www.guaguas.com). Allí encontrarán información detallada en texto y vídeo del recorrido, características, preguntas frecuentes o la financiación de cada tramo del sistema de alta capacidad, entre otros asuntos de interés. En ese espacio iremos volcando toda la información a medida de que se vaya desarrollando el proyecto. Queremos contar con sus comentarios e inquietudes. Queremos ir sumando prescriptores, ciudadanos informados que puedan a su vez informar e ilusionar a sus familiares, compañeros de trabajo o amigos. Necesitamos esta gran cadena para transformar nuestra movilidad.