"Tiene la suerte", se puede leer en la parte superior del rótulo de la entrada del Bazar Eloisa. Y desde luego ayer sí que la tuvo ya que este establecimiento ubicado en el número 82 de la calle Mesa y López repartió casi medio millón de euros de la Bonoloto. "Estamos muy felices por poder haber hecho feliz a otra persona", asegura Antonio Fleitas, propietario del local en el que se vendió el único boleto agraciado en todo el país en la primera de las seis categorías que tiene este sorteo. En la segunda fueron dos los afortunados que se llevaron 52. 827,60 euros que recalaron en Oviedo y Valencia.

Fue a las siete de la mañana cuando el dueño del Bazar Eloisa y su mujer, María del Carmen Ruiz, se enteraron por la radio de que se había vendido en su negocio la combinación afortunada. En esta ocasión fueron los números 6-10-11-17-23-27, con el complementario en 39 y el reintegro en 1, los que han dejado tras de sí 487.654,98 euros de premio en el bolsillo de alguien que se jugó un boleto de un euro, con dos apuestas y que cuya identidad ayer desconocía el matrimonio. "Creemos que será algún vecino o alguna vecina del barrio", explicó Fleitas, quien no espera que aparezca la persona agraciada.

En cualquier caso, la noticia fue motivo de celebración en el establecimiento receptor 43.160 donde por primera vez se ha dado un premio "tan grande". Y es que el bazar que regenta Fleitas lleva abierto desde septiembre de 2013, fecha desde la que han vendido algún que otro boleto afortunado como el del año pasado que repartió 51.000 euros. "Que también es un buen pellizco, pero el de hoy [por ayer] es el mayor premio que hemos dado", explicó. De ahí que no ocultase su satisfacción y felicidad ni mucho menos descartase seguir con esta racha de suerte que espera mantener hasta Navidad donde no ve imposible que puedan dar algún premio en condiciones en el sorteo que tendrá lugar el próximo día 22 de diciembre, dentro de apenas dos semanas.

Por supuesto, todo puede pasar ya que Mesa y López es una de las zonas afortunadas de Las Palmas de Gran Canaria donde en mayor o menor medida algo suele caer. De hecho, hace dos años el sorteo navideño dejó varios segundos premios en la capital y esta transitada calle fue uno de los puntos en los que se vendieron las papeletas bendecidas con la suerte del bombo y el azar.