El grupo Protesta Las Palmas GC ha denunciado a través de su perfil de Facebook la "tala indiscriminada" de palmeras que se ha producido durante la tarde de este lunes en la calle Juan XXIII de la capital grancanaria.

La organización ciudadana lamenta que los operarios de la compañía Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), que prestan el servicio de manteniminento de parques y jardines para el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, hayan llevado a cabo la tala "con nocturnidad" y aprovechando las fechas navideñas. El caso es que lo que en principio parecía una poda de los árboles, ha terminado eliminándolos. Solo quedan los alcorques con restos de las palmeras y los mecanismos del riego por goteo que las alimentaban de agua.

Para Protesta Las Palmas GC se trata de un hecho abominable. Sin embargo, las palmeras retiradas por el servicio municipal son de una especie de vida efímera denominada Caryota urens. Esta palmera muere a los pocos años de florecer, ya en su vida madura. Las palmeras de Juan XXIII habían sido plantadas en 1995 y hace años que florecieron, por lo que la suya ha podido ser una muerte natural.

La asociación Adapa Canarias - Defensa del Arbol y Paisaje de Gran Canaria reaccionó a lo ocurrido reclamando información a la administración municipal. "Puede ser que estas palmeras estuvieran enfermas y no hubiera otra salida que retirarlas, pero muchas veces no es así, sino que se talan porque molestan a vecinos que se quejan al Ayuntamiento", expuso el presidente de Adapa, Rafael Molina Petit.

"Tal vez la palmera no sea el mejor árbol urbano, pero lo que no se puede es eliminar las que hay a la mínima", consideró Molina Petit. A su vez, llamó la atención sobre el hecho de que muchas de las enfermedades que padecen estos árboles provienen de un mal cuidado y de que no reciben la sufiente agua para subsistir.

Molina Petit lamentó que en Las Palmas de Gran Canaria no exista la cultura del árbol que hay en Santa Cruz de Tenerife, donde se plantan árboles de gran porte y se les cuida adecuadamente. "Es comprensible que hace 20, 30 o 40 años, cuando en esta ciudad no había agua, no se plantaran grandes árboles, pero ahora que sobra y echamos miles de litros de agua depurada y sin depurar al mar, no tiene sentido que sigamos sin plantar árboles que den sombra y no cuidemos bien los que tenemos", resaltó.

Asimismo, aprovechó para amimar a las autoridades municipales a hacer el esfuerzo de plantar árboles de envergadura y dotar a la ciudad de un gran parque como el García Sanabria, en lugar de seguir plantando pequeños arbustos, como en los parques de Miller Bajo y el Estadio Insular.