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Navidad Feria de artesanía en la capital

San Telmo, epicentro artesano

El parque acoge hasta el jueves la XXII Feria de Artesanía de Gran Canaria donde conviven 40 oficios entre más de un centenar de puestos

A media mañana el parque de San Telmo es un hervidero de gente que camina entre las numerosas carpas blancas que se reparten sobre el espacio. Algunos, los menos, van de paso y transitan la zona con rumbo hacia su destino sin pararse demasiado. No obstante, la inmensa mayoría no puede evitar detenerse ante alguna de las maravillas manufacturadas que se ofrecen en los 109 puestos que este año componen la Feria de Artesanía de Gran Canaria organizada por el Cabildo insular. Alfarería, joyería, ebanistería, reciclado de materiales, forja, carpintería, marroquinería, encuadernación, juguetería, vidriería, cestería, tejeduría o cuchillería son tan solo algunos de los 40 oficios que muestran sus mejores creaciones de cara a las compras navideñas. Y es que originalidad y tradición se dan la mano en la que ya es la vigésimo segunda edición de la muestra que permanecerá abierta hasta el este jueves 5 de enero, día en el que prolongará su horario habitual de 10.00 a 21.00 horas, hasta la medianoche. Así que si todavía queda algún regalo en el aire, es el lugar idóneo para hacer los últimos encargos a los Reyes Magos en los stands de los artesanos de la Fedac.

Francisco Socorro

Hojalatería y forja

"La hojalatería ya no se aprecia en Canarias"

Francisco Socorro Ravelo tiene el carné de artesano "desde que murió Franco", si bien es desde mucho antes cuando aprendió a trabajar con las manos el cobre, la hojalata, el latón, el hierro, así como la chapa galvanizada o el acero inoxidable. Lo hizo "como un hobby", a la par en la que se formaba en el taller en el que le metió su padre cuando era apenas un muchacho. "Yo soy oficial de primera en soldadura y calderería", cuenta antes de revelar que esto último se debió a que el padre de su novia era también calderero. No obstante, Socorro Ravelo lleva dos décadas jubilado, si bien todavía mantiene su pasión por una artesanía que cree que "ya no se aprecia en Canarias". Entre los objetos que le acompaña en la feria hay faroles, cerraduras, foniles, cubos, palmatorias, candiles, palas, cazuelas, ruecas para recoger tunos o aguadores para regar las plantas. También hay un enorme espejo de forja y cafeteras como las de antaño. Entre los objetos más singulares se encuentran las palas que antes usaban los comerciantes para medir la cantidad que iban a vender, los vasos terminados en puntas que encargaban los tomateros para que los jornaleros no chuparan todos el mismo al beber, o el brasero cuyo modelo copió del que usaba su abuela para prepararles la comida a él y a sus 11 hermanos cuando eran niños. "Muchas de estas cosas no las han conocido los jóvenes, a quienes les llaman mucho la atención", asegura. "Ahora nada de esto se comprar para consumo, sino como recuerdo", apostilla quien, convertido a sus 85 años en uno de los últimos hojalateros, considera que los artesanos "están muy desaprovechados".

José Manuel Suárez

Encuadernación

"Todos los objetos tienen una segunda vida"

Las tapas de los cuadernos que elabora José Manuel Suárez Pérez cuentan historias. Así mismo lo comenta él mientras sostiene una de las numerosas libretas que ha creado a base de papel reciclado y collages hechos con imágenes de una colección de revistas National Geographic que se encontró tirada. En ellas también emplea todo tipo de objetos como pueden ser plásticos de garrafas de agua, cartón, hojas de eucalipto o telas, entre otros, dando lugar a creaciones en las que se mima cada detalle durante la confección, desde la decoración al acabado de las páginas cuyos filos están cortados en pequeños picos. Y es que Suárez Pérez tiene el "concepto de encuadernación del siglo XIX, cuando las libretas se usaban como medios para el descubrimiento", explica. Desde su punto de vista, ahora han quedado relegadas a un segundo plano en lo que a su utilidad se refiere, si bien esto no le ha impedido mantener el oficio al que se dedica profesionalmente desde 1994. Además, su creatividad no conoce los límites ya que para él todos los materiales pueden tener una segunda vida hasta el punto de que unas semillas o unos tapones de perfumes pueden transformarse en unos pendientes o unas páginas de cualquier publicación en originales lapiceros. "Se trata de una labor de rescate y de respeto por la naturaleza", asevera quien también es capaz de crear muebles con algo tan sencillo como son cajas de cartón.

Hector Fuenzalida

Joyería

"Trabajo un concepto de artesanía contemporánea"

Héctor Fuenzalida nació "en un taller". Y es que tanto su abuelo como su padre se dedicaban a crear calzados de cuero en su Chile natal, de donde llegó hace diez años a España y tres a Gran Canaria. Afincado desde entonces en el sureste de la Isla, tiene en Vecindario un taller en el que se dedica "al I+d en artesanía", diseñando pequeñas esculturas para regalos personalizados, así como para trofeos; además de dar vida a joyas, todo ello hecho, nada más y nada menos, que con cubertería. Un concepto de "artesanía contemporánea" que le lleva a crear auténticas maravillas con cubiertos de plata o bañados en ella, así como de acero y alpaca que no dejan indiferentes a quienes se acercan por su stand de la Feria de Artesanía montada en San Telmo. "Las posibilidades son muy amplias y la verdad es que tienen muy buena aceptación", asegura el fundador de la marca Yo fui tenedor que adquiere las piezas en mercadillos, subastas por internet e intercambios. El resultado, tras pasar por sus manos, es realmente sorprendente: cuchillos para comer pescado que se convierten en brazaletes, mangos de cucharas que se engarzan para formar pulseras, tenedores que se retuercen hasta dar forma a anillos o colgantes que también se adornan con piedras, piezas de relojes antiguos o con cápsulas de café. Las estatuillas no son menos llamativas y en ellas se puede ver a la cubertería convertida en deportes como la pesca, el baloncesto, el kárate, el surf, o el golf, entre otros muchos.

Ángeles Mesa

Trabajo con material reciclado

"Esta es la mejor feria, así que confiamos en las buenas ventas"

Son muchos los que se paran delante del puesto de Ara Ura, la marca creada por Ángeles Mesa hace diez años. Los llamativos colores y divertidos diseños de sus bolsos llaman la atención dentro de una de las carpas cubiertas colocadas en la muestra en las que conviven varios stands. "Todos están hechos con lonas de publicidad", explica su marido, Óscar Saturno, a uno de los clientes que pregunta por uno de los modelos. Cada uno es distinto y en ellos, la manipuladora de materiales reciclados vela por la conservación del Medio Ambiente empleando en su confección todo tipo de objetos como estores, telas de saco, muestrarios, cables de teléfono y hasta cinturones de seguridad para confeccionar los accesorios en su taller de Escaleritas.

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