Si ayer hubiera querido retrotraerse a su Día de Reyes más infantil solo hubiera tenido que darse una vuelta por el parque municipal Juan Pablo II para comprobar que los juguetes tradicionales siguen teniendo tanto gancho en el siglo XXI como el último juego de la Play. Solo había que ver la cara sonriente de Carla Rivas Santana, con sus patinetes, y la de sus hermanas mellizas Marta y Paula, paseando con sus muñecas en carrito de bebé con bolso incorporado, o a la tímida Adriana, columpiando a su muñeca aún sin nombre. Son algunos de los protagonistas del día más mágico del año.

Los sueños se habían cumplido. Así lo afirmaba la jovencita Carla, de 10 años, equipada para lanzarse a la pista de asfalto con sus patinetes blancos pese a estarle aún un tanto grandes. También sus hermanas Marta y Paula, de 7 años, que con sus carros de bebé se recorrieron gran parte del parque, a donde acudieron a disfrutar de una de las mañanas más alegres de sus cortas vidas con su madre Patricia y su abuela Carmen Gloria.

Paula, la más dicharachera, comentaba que su muñeca tenía varias funciones, incluida la de orinar, mientras que la de Marta lloraba. "Mamá nos tienes que comprar los pañales; a mi nada más que me vino uno", apuntaba Paula al comentarle la dedicación de tener a un bebé. No era el único regalo que habían traído sus Majestades de Oriente y aún les quedaba el de "la casa del novio de mi madre; que siempre nos trae".

También motorizada había llegado al parque una sonriente Paula Socorro Bonilla, de 11 años, con sus papás Aurora y José Luis. Con un monociclo eléctrico de dos ruedas de color rosa, igual que su sudadera; también de estreno, hacia equilibrios con gran soltura después de haber quitado "el palo de principiante". Desde las ocho de la mañana llevaba en pie para descubrir que los Magos habían cumplido sus sueños, aún la queda el de ser maestra.

El pequeño Sebastián Corrales Pavas, de 5 años, ya le había pegado alguna refriega al recién estrenado patinete. Este año, Melchor, Gaspar y Baltasar habían traído algo muy especial de regalo: a su primera segunda Valeria Candia Rubio, de 3 años, que había venido desde Madrid a visitarlo por Reyes. Los primos, de origen colombiano, se conocían por fotos, pero no habían tenido la oportunidad de disfrutar de un rato de juegos. Lo contaba Henry, su papá, frente a su mujer Yolanda y su prima Janeth, madre de Valeria.

La pequeña cargaba feliz con unos patinetes de Hello Kitty con casco incorporado y un súper héroe de los vengadores del primo. También le habían traído una heladera pese a que se iba a la playa "a comer un helado".

La máquina de hacer helados también había sido una sorpresa para la dulce Adriana Egea, que con 3 años, balanceaba a su nueva amiga, una muñeca aún sin nombre, en uno de los columpios del parque, mientras sus padres Pedro y Angharad la vigilaban de reojo. Los Magos también portado "la hamburguesa de ping y pong", una bicicleta, aunque se habían olvidado de "la cocinita de Barbie". "Yo la quería mucho", puntualizaba la pequeña, que aseguraba que no había podido parar a otro niño porque "él no quiere eso; quiere una pelota de fútbol".