Todo apunta a que Domingo Martín Suárez Jiménez será condenado a los 18 años de cárcel reclamados por el fiscal Pedro Gimeno. Un jurado popular declaró ayer a este vecino del Secadero culpable por cortarle la cabeza a su madre con un hacha de leñador en la casa de la capital grancanaria donde ambos vivían.

El tribunal popular que ha juzgado esta semana en la Audiencia de Las Palmas a Domingo Suárez rechaza las atenuantes de la responsabilidad penal por trastorno mental planteadas por la defensa y ratifica en su integridad la acusación formulada por el ministerio público, que solicita 18 años de cárcel como autor de un delito de asesinato, con la única atenuante de confesar el parricidio y la agravante de parentesco.

El veredicto del jurado, que fue dictado por unanimidad de sus nueve miembros, aboca a la presidente del tribunal, la magistrada Eugenia Cabello, a imponer un castigo similar al reclamado por la Fiscalía de Las Palmas. La pena prevista para el delito de asesinato oscila entre los 15 y los 20 años de prisión. Esa, por tanto, es la horquilla en la que se moverá la juez para fijar los años de cárcel en la sentencia, que se emitirá en los próximos días. La defensa había planteado una condena por homicidio, pero el jurado ha considerado probado que Suárez no mató a su madre, de 86 años, para liberarla del sufrimiento del alzhéimer, sino que planificó el crimen con antelación. Seis meses antes se compró un hacha y se puso a practicar con meloneras y sandías. También hizo pruebas con ansiolíticos para dormirla, tanto el día antes de cometer el asesinato como esa misma mañana del 26 de junio de 2014. La planificación, así como la gran cantidad de hachazos que infligió a su madre hasta decapitarla, descartan por completo el delito de homicidio.

La defensa expuso al jurado que el acusado cometió el parricidio perturbado por un trastorno antisocial de la personalidad y por la disforia de género (se siente mujer en un cuerpo de hombre) que sufre, pero el jurado rechaza que esas patologías alterasen sus facultades mentales. Se basan en las conclusiones de los forenses. De ahí que el veredicto no recoja la atenuante por trastorno mental alegada por la defensa para intentar lograr una pena inferior a los 15 años. Ahí estaba la clave porque Suárez confesó al entregarse.