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"Somos ya 'pío pío' cien por cien"

Máximo y Dante cerraron su negocio en Bolonia hace cuatro años y medio y abrieron una cafetería en Vegueta

Dante y Máximo llegaron a Las Palmas de Gran Canaria hace unos cuatro años y medio. Estos amigos regentaban un negocio de hostelería en la ciudad de Imola, en Bolonia, pero no estaban contentos con la vida que llevaban y decidieron darle un giro. Se vinieron a Canarias y abrieron la cafetería Tamada, en la calle Calvo Sotelo, en Vegueta, muy cerca del Mercado. No se han arrepentido, aseguran y se declaran encantados de haberse venido. Máximo incluso se ha casado con una canaria y su madre, Doménica Fornaciari, también se ha trasladado y se ha convertido en el alma de la cafetería con su voz cantarina.

Doménica se muestra entusiasmada con esta ciudad, en la que no para de ir a la ópera, al teatro, al cine a conciertos. "Y además está la playa", exclama su hijo mientras recuerda que en Bolonia están ahora a -13 grados.

Máximo y Dante se expresan en un más que digno español y aseguran que están totalmente integrados en el país. Una gran foto de la Catedral de Santa Ana preside el local, en el que también destaca una banderola de la Unión Deportiva. "Somos ya 'píopío' cien por cien", resalta Máximo muerto de risa, mientras afirma estar al tanto de les andanzas del equipo amarillo. "Aquí ganamos menos dinero, pero vivimos más tranquilos. Esta ciudad es lo mejor de Canarias porque se vive bien y tiene mucha actividad cultural. Se puede hacer todo como en Italia; allí vives más estresado y no hay tanta seguridad como aquí. Allí a una chica no se le ocurre caminar sola después de las doce de la noche. A mí esto me recuerda Italia hace 30 años", explican estos italianos, que reconocen que eligieron esta isla para vivir más tranquilos.

"Nos vinimos para hacer un cambio de vida. Lo conocíamos porque habíamos estado de turistas y como se vive aquí no se vive en ningún lado. Yo no vine a hacerme rico. Sabía a lo que venía y estoy bien. Aquí la gente es más acogedora. En Italia va cada uno a lo suyo. Después de estos años aquí, a mí me gusta más estar con canarios que con italianos", exclama Máximo, que se apresura a aclarar que eso no significa que reniegue de su país, al que adora. Para estos italianos, lo fundamental a la hora de integrarse en una país extranjero es respetar las costumbres de la tierra.

"Yo me enfado con muchos italianos que vienen por la forma en que se comportan y porque deben respetar a la gente de aquí. Nosotros nos encontramos muy bien aquí. Ahora vivo mucho mejor y con menos dinero", subraya.

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