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Lucha contra el radicalismo El barrio vuelve a la normalidad

"Nunca pensé que pasaría en San Juan"

"Educar para la paz es complicado en los tiempos que corren", asegura Encarna Morín Los vecinos siguen impactados por el despliegue policial para detener al presunto yihadista

La detención del presunto yihadista llevada a cabo el pasado martes (arriba) ha suscitado el debate en las calles del barrio de San Juan. Al lado, de pie, Teresa Hernández, mientras habla con Marina Moliner, Sherezade Rodríguez y Nayra Martín, sentadas de izquierda a derecha en el banco. Sobre estas líneas, Leocadio Trujillo (de rojo) conversa también sobre el tema con Faustino Rivero (en medio) y Paco Reyes.

"Uno ve esas cosas en la televisión y no piensa que va a pasar aquí, en San Juan", comenta Nayra Martín en el corrillo formado por varias madres del citado barrio que esperan a que sus pequeños salgan del colegio. La zona está tranquila, nada que ver con ajetreo y el "espectáculo" que se vivió apenas algo más de 24 horas antes cuando la Guardia Civil se llevó detenido al presunto yihadista que vivía junto a su familia a escasos metros de donde ellas se encuentran, y sin embargo, algunas siguen con el susto en el cuerpo. Yo no traje a mi hija, la trajo mi marido, pero si llego a saber lo que pasaba no la hubiese dejado", apunta Teresa Hernández. Y es que la del martes fue una mañana larga para ellas, que paralizaron sus quehaceres y se pegaron al televisor para ver si tenían que salir corriendo a por sus niños.

La preocupación que vivieron Martín, Hernández y Marina Moliner Montesinos se debe a que el centro escolar en el que estudia su prole, el CEIP Alcorac Henríquez, se encuentra justo enfrente del pequeño callejón que hace dos días fue tomado por agentes armados de la Guardia Civil para arrestar al marroquí de 30 años al que llevaban tiempo investigado por un delito de "enaltecimiento del terrorismo" a través de las redes sociales. "Los chiquillos se quedaron impactados, porque la verdad es que jamás habíamos visto un despliegue policial así", explica Nayra Martín. Tanto es así que alguno llegó a casa diciendo que habían visto a "la policía con el rifle y el pasamontañas en el colegio".

La realidad es que no fue así, como aclara la directora del Alcorac Henríquez, Encarnación Morín de León, quien relata con calma cómo se vivió la jornada anterior en el enclave educativo que ella dirige desde hace años. "Sobre las siete y media de la mañana, me avisó la señora del comedor de que el jefe de la Guardia Civil quería saber si les dábamos permiso para utilizar los aseos y yo le dije que sin problema se les podía dejar pasar a los baños que hay abajo, los que utilizan los profesores". Y así fue como durante las más de cuatro horas que duró el registro que se saldó con la detención del sospechoso y la confiscación de tres cajas llenas de algunas de sus pertenencias, varios agentes circularon por los pasillos del cole con destino a los servicios. "Ninguno entró armado que yo sepa", apunta Morín de León. Pero lo cierto es que su presencia atrajo la novelería de los más pequeños que, de repente, tenían más ganas de la cuenta de ir también al aseo "para ver lo que estaba pasando fuera".

La directora del colegio también reconoce que no se ha visto tanto movimiento de los cuerpos de seguridad nunca en el barrio. "Algunos vecinos con los que he estado hablando esta mañana [la de ayer] se quejaban de que se ha llamado muchas veces a la policía por temas de droga y nunca han intervenido así", cuenta. Según asegura, el desconcierto que generó amanecer con una situación como la que se vivió el martes se tradujo en una mayor alteración de los alumnos.

"Sé que la Guardia Civil hizo su trabajo como tenía que hacerlo, pero creo que cuando este tipo de acciones se llevan a cabo en un entorno escolar hay que ser cautos y tener cuidado con las movilizaciones externas cuando los testigos son niños". Entre otras cosas porque la imaginación de los pequeños no tiene límites. "Alguno fue diciendo que habían estado con bombas", comenta Morín, a quien sobre todo le preocupa el sentimiento que puede despertar en los menores el hecho de que se hable de terrorismo islámico a tan solo unos metros de donde concilian su vida escolar.

"Ahora mismo, con tanto acceso a la información como tienen los chiquillos a las redes sociales, es muy fácil hablar a la ligera sobre un tema tan delicado como este", afirma. Su voz suena con cierta preocupación. Y es que los niños se pueden ver expuestos a comentarios racistas y xenófobos que no ayudan "a educar para la paz". Esto, en los tiempos que corren, "se ha convertido en algo muy difícil", cuenta con melancolía. No obstante, desde el CEIP Alcorac Henríquez están dispuestos a hacer todo lo que esté en sus manos para ello. De hecho, de cara al próximo 30 de enero, Día Escolar de la No Violencia y la Paz, tienen pensado realizar unas jornadas de convivencia con el alumnado y las familias para contrarrestar lo que han vivido esta semana. "Lo de ayer [por el martes] fue un auténtico espectáculo y un linchamiento hacia una mujer que tiene dos niños pequeños que estaban asustados, eso también hay que pensarlo", denuncia en alusión a los insultos y amenazas que sufrió la mujer del detenido.

Un hecho con el que tampoco están de acuerdo otros vecinos del barrio como Paco Reyes Hernández, Juan Rebenaque o Leocadio Trujillo López, que ayer protagonizaron un debate en plena calle sobre lo sucedido. "Que alguien sea un delincuente no quiere decir que lo sea también su padre, su hermano o su mujer. Por eso el peso de la justicia tiene que caer sobre quien lo hace y no se puede estigmatizar a la familia", rebate Trujillo a otro de los presentes que prefiere no dar su nombre y que insiste fervientemente en que "todos los moros son malas personas". El rechazo ante esta postura es unánime por el resto de los contertulios que aluden a su propia experiencia para garantizar que dentro de la comunidad musulmana hay gente buena y gente mala como en todas partes. "No se puede generalizar solo porque haya radicales con los que, por supuesto, no estoy de acuerdo", arguye Leocadio quien asevera que no tiene problema en que haya personas que practiquen el islam en el barrio de San Juan. "Su religión no es la que les dice que maten", sentencia.

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