El Juzgado de Instrucción número 2 de Las Palmas de Gran Canaria ha procesado a 24 integrantes de una organización criminal por utilizar el Puerto de la Luz para importar cocaína desde Brasil en buques mercantes, previo acuerdo con los cárteles colombianos de la droga. Entre los encausados hay tres trabajadores de Operaciones Portuarias Canarias SA (Opcsa), empresa líder en el sector de la estiba que gestiona la principal terminal de carga y descarga en el Puerto de Las Palmas.
Iván Francisco N. S., conocido como el Pelao, Sergio Carlos A. P., llamado el Cagón o el Majorero y Carlos Pardo D. M., alias Charly, jugaban un papel "imprescindible" para el éxito de la operación, pues eran los responsables de controlar toda la "logística portuaria" para localizar el contenedor donde iba la cocaína y sacarla luego del recinto sin levantar sospechas, explica el magistrado Rafael Passaro en el auto de procesamiento.
El juez instructor se apoya en las escuchas telefónicas, los seguimientos policiales y las pruebas recabadas en los registros hechos en Arinaga, Gáldar, Valsequillo, Telde, Las Palmas de Gran Canaria y la isla de Tenerife para llevar a juicio a los 24 investigados por un delito de tráfico de drogas en cantidad de notoria importancia y grave daño a la salud. También les atribuye pertenencia o dirección y coordinación de organización criminal, según el rol desempeñado por cada uno en la supuesta banda. Se trata de delitos que podrían acarrear penas superiores a los 20 años de cárcel, aunque es la Fiscalía de Las Palmas la que deberá concretar ahora las penas en la acusación para ir a juicio.
Los Grupos I y IV de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional, bajo la dirección de Passaro, relacionaron dos tramas de traficantes isleños que hasta ese momento eran investigadas en paralelo. Ambas, en 2015, condujeron a los agentes hasta Aridane Santiago M. G., su padre Modesto Santiago M. P. y Francisco Javier F. P., más conocido como Fran el Pisahuevos o Papá. Los tres eran "responsables de la logística" para introducir los alijos mediante la utilización de buques mercantes que cubren las rutas comerciales con Brasil, recoge el auto judicial, que establece fianzas de doce millones para los presuntos jefes y de nueve millones para sus subordinados.
Gancho ciego
El método que utilizaban es el del gancho ciego. La droga, sin el conocimiento de la consignataria, era cargada en Brasil entre la mercancía legal del barco. Iba acompañada de un duplicado del precinto del contenedor, con la finalidad de que fuera localizado en Las Palmas por los estibadores, éstos sacaran la mercancía del Puerto y cerraran luego el contenedor con el segundo precinto.
Antes de poner en marcha todo este operativo, Fran, acompañado de dos subordinados que le suministraban protección, viajó a Colombia, con escala en Cuba, para cerrar el trato con Don Carlos, el "capo del cartel" que le suministraba la droga. También están documentados viajes y conversación de Modesto, el padre de Aridane, que es el otro jefe canario de la organización. Aridane, Diego Iván S. G. y Edwuin Alberto A. T. están en busca y captura al no poder haber sido detenidos hasta el momento por la Policía. Los dos últimos fueron los que se desplazaron a Colombia para dar protección a Fran y negociar, entre enero y febrero de 2015, los envíos de la cocaína.
El primero de los golpes salió mal debido a un error logístico. El contenedor acabó en el Puerto de Valencia y la droga esparcida en el mar al no poder llevarla a tierra por culpa del mal tiempo. Los Servicios de Vigilancia Aduanera se incautaron de centenares de fardos flotando en el agua. Esto ocurrió a mitad de marzo de 2015.
Tras el fiasco de ese primer intento, detalla el auto judicial, se reanudaron las negociaciones en Brasil y Colombia para cerrar un segundo envío. Esta vez si llegó al Puerto de Luz, el 12 de junio de 2015, pero la Udyco intervino los 200 kilos de coca que iban en el interior del contenedor y practicó los principales arrestos, entre ellos los tres estibadores.
La mercancía llegó en el barco Luna Maerks, de la naviera MSC. Según el juez, Iván Francisco, el Pelao, era el que supuestamente dirigía a los otros dos portuarios, repartía las comisiones y se encargaba de transportar la droga tras sacarla de La Luz. Los agentes hallaron en su casa 100 gramos de coca escondidos en la campana de la cocina. Por debajo de él estaba Sergio, el Majorero, cuyo cometido era facilitar el listado de barcos procedentes de Sudamérica que operaban con Opcsa, así como intervenir directamente en el vaciado del contenedor. Esta información, de gran valor, era llevaba luego por Modesto a Brasil para organizar desde allí los envíos y reducir los contratiempos.
El tercer estibador, Charly, también colaboraba en el suministro de información, pues facilitaba datos con la previsión de la llegada del barco, el manifiesto de su carga y la localización del contenedor, todo ello con la antelación suficiente para planificar el operativo antes de que el buque llegara al Puerto de Las Palmas.
Inicialmente el magistrado investigó a más trabajadores, entre ellos vigilantes de seguridad por hacer la vista gorda en el Puerto, pero finalmente los ha excluido del procedimiento al tener una participación menor y no existir suficiente prueba de cargo.
La cantidad de droga intervenida, entre el alijo del contenedor y los registros en las viviendas, ronda los 400 kilos. Asimismo, en las dos casas de Fran, una situada en Arinaga y otra en la capital grancanaria, los agentes se hicieron con más de un millón de euros en efectivo y desarticularon laboratorios para cortar la droga. Hay abiertas otras investigaciones por blanqueo de capitales.
Además de las personas citadas, están procesados Jhon D. V., Jesús Manuel S. G., Yerry Abraham A. C., Isidro S. S., Marco Antonio D. S., Alejando Samuel S. S., Rayco R. S., Manuel Jesús Q. G., Óscar Alberto L. P., María Yaneth H. M., María Laura Q. P., Luis Gustavo G. C., Eduardo S. M., José Adrián M. R. , José Luis M. M., Francisco Javier F. P. y Mario H. M.
