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Lanzarota se muda a Las Torres

El taller de reparación de vehículos deja Guanarteme, donde ha funcionado casi 40 años

Lanzarota se muda a Las Torres

Cuando José Rodríguez Robaina instaló su primer taller de mecánica en Guanarteme hace ya 37 años, a su alrededor sólo había casas terreras. Tanto tiempo ha pasado desde entonces que a este lanzaroteño nacido en Teguise le ha costado un poco mudarse a Las Torres, donde desde el pasado lunes funciona su nuevo taller de vehículos de alta gama, equipado con los últimos avances. "Cuando llegué a Guanarteme había cuatro casitas viejas nada más. Era la zona donde estaban todos los talleres. No existía ni el centro comercial Las Arenas. Era un barrio de las afueras y hoy se ha vuelto una zona de alto standing. Es una parte de mi vida y echo de menos los grandes vecinos que tenía y asomarme a la playa", asegura este empresario que explica que la seña de identidad de su negocio es la "seriedad, honradez y profesionalidad".

La nueva nave, cuya luminosidad y amplitud contrasta con el antiguo taller de Guanarteme, tiene unos 1.000 metros cuadrados, a los que hay que añadir otras 1.200 metros cuadrados de aparcamiento y unas oficinas. Robaina no quiere desvelar el dinero que ha invertido en montar su nuevo taller, pero señala orgulloso que ha sido fruto de muchas horas de trabajo. "En 1996 compré este solar de Las Torres con mis pequeños ahorros y lo he ido equipando poco a poco. Como si fuera una hucha, he ido invirtiendo aquí todos los años, poquito a poco, soportando la crisis que tuvimos, con la idea de hacer un taller con las mejores condiciones tanto para el cliente como para el trabajador", señala Pepe Rodríguez, como le llaman sus clientes, que se encargó él mismo de instalar en el techo una cúpula translucida, por la que la claridad se cuela hasta el último rincón. Más de veinte años ha tardado este profesional en montar este nuevo taller en una zona industrial, como él quería, sin problemas para aparcar los coches. También se ha encargado él mismo de acondicionar y elaborar la decoración de la sala de espera, con sillones de vehículos, tapacubos pintados en el techo o jardineras realizadas con otras partes de automóviles. Rodríguez llegó muy joven a Gran Canaria. Vino a estudiar, pero reconoce que lo que sabe de mecánica lo ha aprendido trabajando. Con apenas 16 años, ya era mecánico de BMW y a los 24 se marchó a Suecia y a Alemania donde realizó cursos con vehículos de alta gama. Cuando decidió crear su propia empresa, ya era un mecánico reconocido, por lo que muchos de sus clientes le siguieron a Guanarteme. En los años 90 del siglo pasado, en los mejores tiempos de su empresa, emitía hasta 3. 500 órdenes de trabajo al año. Ahora, que las cosas están peor, tiene unas 2.500 órdenes al año.

Rodríguez y sus seis empleados, la mayoría de los cuales llevan más de veinte años con él, ponen a punto cualquier tipo de vehículo, pero su especialidad son los coches de gama alta.

La crisis le afectó, como a todos, y asegura que aunque lo pasó "un poco apretado" hizo "esfuerzos por no despedir a nadie. Notaron la crisis en que a lo mejor en vez de cobrar a final de mes, lo hacían el día 5 o 6. Nunca despedí a nadie porque la base de esta empresa son los empleados. Todos llegaron aquí con 17, 20 o 22 años y unos llevan 20 o 35 años. Se han casado, han tenido sus hijos y siguen aquí y son una parte de mi familia porque vivo con ellos 220 días al año". Ha sido veinte años presidente de la Asociación de Talleres Reparadores de Vehículos (Atare) de Las Palmas y pertenece a la junta directiva de Femepa.

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