El concejal de Turismo del Ayuntamienteo de Las Palmas de Gran Canaria, Pedro Quevedo, subrayó ayer que, en este momento, el hotel Santa Catalina, un establecimiento de cinco estrellas de propiedad municipal, posee "magníficas vistas a una escombrera" debido a que desde sus balcones se observan las deterioradas instalaciones del Pueblo Canario y, en especial, sus tejados y cubiertas.

Superficies irregulares con desperfectos variados que se quisieron tapar alguna vez con trozos de planchas de distintos materiales que han acabado dañados a su vez, puertas y ventanas visiblemente afectadas por la oxidación o carcomidas a causa de la falta de mantenimiento, así como basura y suciedad notorias, conforman ese paisaje. Así han podido comprobarlo Quevedo, la concejal de Cultura, Encarna Galván, y miembros del consejo de administración del Hotel Santa Catalina en una visita a un entorno cuya situación han criticado los partidos de la oposición en el Ayuntamiento, achacándola a que no se haya renovado la concesión del bodegón allí existente en el presente mandato.

Planteamiento este que ha rechazado el responsable de Turismo, al argumentar que el actual gobierno municipal, que integran PSOE, LPGC Puede y Nueva Canarias, ha apostado precisamente por renovar "con una actuación integral" el lugar y no por simplemente tramitar una nueva concesión de la gestión del bodegón del Pueblo Canario desentendiéndose de su estado.

Algo que ha opinado que ha hecho, por ejemplo, el PP, que ha criticado que no haya todavía una nueva concesión del bodegón pero que gobernó con mayoría absoluta el Ayuntamiento en el mandato anterior y se desentendió del estado de sus instalaciones, porque en ellas "hay cosas que son expresión no del paso del tiempo, sino del abandono". E incluso "de una especie de ensañamiento con el abandono de las cosas", ha apostillado.

Y, preguntado sobre los planes del Ayuntamiento para cambiar el estado actual de ese entorno, el concejal ha expuesto que primero se prevé acometer una rehabilitación de sus cubiertas que se proyecta iniciar lo antes posible con la idea de que esté culminada en octubre y luego seguir reformando el resto del lugar, incluido el propio bodegón.

En resumen, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria proyecta reformar el entorno del Pueblo Canario invirtiendo unos 2,5 millones de euros con idea de que a principios de 2018 vuelva a funcionar.