Los estibadores salieron con caras largas de la reunión mantenida ayer con la patronal y el Ministerio de Fomento. "Nos sentimos engañados", afirmó Miguel Rodríguez, portavoz del colectivo. El objetivo de los portuarios era conseguir un consenso con el que presentar una alternativa al Decreto Ley que prepara el Gobierno para acatar la sentencia del Tribunal de Luxemburgo, que exige liberalizar la contratación de los empleados de las terminales portuarias de España. En cambio, se encontraron con un Íñigo de la Serna -titular de la cartera ministerial- firme y con las cosas claras: no había posibilidad de dar vuelta atrás a la modificación de la Ley de Puertos que prepara para evitar más sanciones de Bruselas, que ascienden por ahora a 21 millones. Los trabajadores anunciaron que la huelga, programada para las horas impares de los días 20, 22 y 24 de febrero, sigue adelante, pero ponen la pelota en el tejado de Fomento: "Si no se lleva el decreto ley al Consejo de Ministros del viernes y anuncian una mesa de diálogo de verdad", retirarán los paros, adelantó Rodríguez. El ministro ya aseveró ayer que no habrá más mesas de negociación.

Ya lo había advertido De la Serna antes de entrar a la reunión: el Gobierno está "atado de pies y manos" en este conflicto. El ministro hacía referencia a las imposiciones de la Comisión Europea y aseguraba que la legislación redactada estaba al "límite" de lo que Bruselas permitía, "flexibilizando al máximo las posturas a favor de los trabajadores". E hizo referencia al registro de trabajadores que hasta ayer exigían los estibadores, con el que quieren asegurar que los actuales empleados se integren en ellas y que quienes entren tras la reforma tengan un mínimo de formación. De esta dijo que la Unión Europea no la iba a permitir.

Sorpresa en Fomento

El ministro volvió a hacer llegar estas obligaciones durante la negociación. Los estibadores, que llevaban bajo el brazo los acuerdos firmados en los últimos días con 48 empresas de la estiba, entre ellas las principales terminales del país; las acataron en parte y anunciaron que estaban dispuestos a retirar esa línea roja, como se ha denominado a la bolsa de trabajadores. Pero ni con esas consiguieron acercar posturas. Incluso el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, les acusó de presentar el mismo documento que elaboraron el 24 de julio de 2015. Fomento calificó de "sorpresa" esta decisión, ya que, según Gómez-Pomar, la Comisión Europa la había rechazado "expresamente" y por escrito.

Rodríguez respondió con que tiene que ser el Tribunal de Luxemburgo el que decida si es via-ble o no. "No sé qué pinta aquí la Comisión Europea", indicó, para añadir que "el Gobierno tiene que trasladar su propuesta al Tribunal para justificar que ha atendido a sus peticiones". "Esto es una regulación de empleo encubierta descarada, escondiéndose detrás de la Comisión Europea para seguir adelante", volvió a repetir, como en días anteriores, el representante de los estibadores.

"Vamos a seguir buscando vías de solución", anunció el presidente de la Asociación Sindical de Estibadores Portuarios (ASEP), quien precisó que si el Gobierno no lleva al Consejo de Ministros del viernes el decreto ley de la reforma del sector y les garantiza una negociación "de verdad", los sindicatos están dispuestos a desconvocar la huelga de la próxima semana. Y es que Rodríguez dijo sentirse "decepcionado" tras la reunión celebrada ayer, a la que habían sido convocados por el propio Gobierno para acercar posturas. "Hemos estado negociando con gente sin palabra, que nos ha engañado con el único objetivo de apoyar la propuesta del ministro", declaró, en referencia a la patronal Anesco.

Los empresarios, además, acusaron a los trabajadores de realizar actos vandálicos y llevar a cabo una huelga encubierta. Antolín Goya, coordinador general de la Coordinadora, mostró su malestar por estas afirmaciones, que, en su opinión, es "una técnica muy antigua" para menospreciar y dar una mala imagen del colectivo.

Así las cosas, los estibadores se centran ahora en lograr más apoyos dentro del Congreso pa- ra que la nueva normativa no salga adelante después de su aprobación en el Consejo de Minis-tros. La cúpula sindical se reunió ayer con los parlamentarios de Ciudadanos y hoy tiene previsto hacer lo propio con diputados de Podemos.