La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Babón echa el cierre tras 50 años

El dueño asegura que "las nuevas tecnologías y la digitalización" son las causantes de la clausura del negocio, que nació en Guinea Ecuatorial en la década de los 30

Tras más de 50 años en Las Palmas de Gran Canaria, la papelería Babón cierra. Así lo confirmó ayer su propietario, Evaristo Babón Pérez, después de que la empresa publicase hace unos días un comunicado a través de las redes sociales. El dueño comentó que "las nuevas tecnologías, la digitalización y las ventas online" han sido las causantes del triste desenlace del negocio que comenzó su padre en África en la década de los 30. Asimismo, el empresario explicó que todavía no saben la fecha en la que clausurarán definitivamente el establecimiento que todavía mantiene abiertas sus puertas en el número 32 de la calle Galicia ya que en este momento "se encuentra en concurso de acreedores". Actualmente el local también se encuentra en venta.

La presencia de Babón en la Isla se remonta a finales de los 60 cuando la familia se trasladó al Archipiélago desde Guinea Ecuatorial. Allí, en lo que en aquel momento era conocido como Santa Isabel de Fernando Poo, actual Malabo, su progenitor, Evaristo Babón Fogue, arrancó allá por los años 30 el negocio que más tarde se convertiría en todo un referente en la capital grancanaria. "En aquel momento era territorio español", arguyó quien llegó junto a sus padres a Canarias tras la independencia del país africano (el 12 de octubre de 1968). "Vinimos aquí porque el clima era lo más parecido al lugar en el que habíamos vivido".

Una vez instalados, Babón Fogue retomó su empresa bautizada con su apellido en la Calle Viera y Clavijo donde montó una papelería e imprenta que, aunque no llegó de nuevas a la ciudad donde ya había otros establecimientos similares, tuvo una buena acogida. Si bien la dicha de la nueva tienda les duró poco ya que el edificio entero sufrió un incendio que destruyó todo. No obstante, la familia Babón resurgió de las cenizas cual Ave Fénix con otro establecimiento en Tomás Morales. "Allí trabajábamos los tres, mi padre, mi madre y yo junto a otros dos empleados", rememoró el actual propietario.

Bastaron tres años para que pudieran comprar el local que desde entonces tienen en la calle Galicia. La empresa no tardó en crecer hasta el punto de que se abrieron otras dos tiendas en la misma manzana, concretamente en Juan Manuel Durán. Una de ellas lo hizo especializada en material de Bellas Artes, la otra como una copistería. De este modo, Babón se consolidó en Las Palmas de Gran Canaria como "un referente en el sector de las artes gráficas, papelería técnica, material escolar y bellas artes", como ellos mismos aseguran en el escrito con el que se despiden de una clientela a la que Evaristo Babón agradece "los comentarios de afecto" de afecto que han recibido desde que colgaron el cartel de "se vende" en el local.

Y es que según aseguró el empresario, siempre han presumido de "tener todo los que los clientes necesitaban, aunque fuese lo más vanguardista". De ahí que en sus estanterías se pudiesen encontrar desde cartulinas, libros de texto o simples bolígrafos, a material más específico de arquitectura o topografía, entre otras muchas cosas que llegaban en su mayoría de Península. "Nuestra preocupación principal siempre ha sido el servicio y nosotros nos hemos ido adaptando a la demanda, porque las papelerías han evolucionado desde los artículos más comunes hasta los que están relacionados con la informática". Además, pusieron en marcha una página web donde ofertan sus productos, así como un servicio de entrega a domicilio para las oficinas.

Aún así, no han conseguido reflotar el negocio. Primero fue la crisis económica mundial, que se llevó de la ciudad a muchos de los clientes que trasladaron sus sedes a Madrid. El resto, lo hizo la era digital y la apertura de grandes almacenes. "Las nuevas tecnologías han hecho que las cifras de venta pro artículos unitarios sean ridículas. Ahora todo está digitalizado y ha eso hay que sumarle las ventas online", aseveró. De ahí que tuvieran que reducir costes a base de una disminución de la plantilla que en el mejor momento del negocio llegó a rozar el medio centenar de trabajadores. "He tenido muy buenos colaboradores todos estos años", aseguró en la oficina desde la que todavía gestiona el local de la calle Galicia que todavía sigue en venta ya que no han recibido "ninguna oferta interesante".

En ese mismo establecimiento se integró hace dos años todo lo referente a las Bellas Artes ya que esa fue la primera tienda que clausuró Babón. De manera que con el inminente cierre de la matriz, tan solo la copistería será la que se mantenga activa ya que funciona de manera independiente en las manos de una de las hija del dueño, Celsa Babón, que continuará al frente de Babón Plus y con el legado que inició su abuelo en Guinea Ecuatorial y donde su abuela, Carmen Pérez, trabajó hasta el día de su muerte, según recordó su progenitor quien lleva al frente de la papelería desde que tenía apenas unos 25 años.

Ahora, con 72, aspira a salir del concurso de acreedores en el que se encuentran y vender el establecimiento en el que todavía están los estantes llenos de materiales de todo tipo que se ofertan con descuentos. "Todavía no estamos de liquidación", explicó quien opina que las papelerías han pasado a ser "negocios obsoletos", relegados a un segundo plano por otro tipo de comercios de mayor tamaño donde ahora la gente acude para adquirir artículos. Por eso, aseveró que se planteará la vida una vez consiga finiquitar la empresa que siempre formará parte de la historia de la capital grancanaria que la familia Babón eligió como su hogar por la similitud climática que tenía con el que durante décadas los había sido en tierra africana.

Compartir el artículo

stats