"Tiene un corazón enorme", asegura Antonio García López de su hijo Antonio Luis García Vera de quien se niega a hablar en pasado a pesar de que hace seis años que nadie le ha vuelto a ver. La última vez que lo hicieron fue la mañana del 10 de marzo de 2011 cuando acudió a cobrar su tercer mes de paro junto a su madre a quien le entregó parte del dinero y, posteriormente, invitó a desayunar. "Después estuvieron mirando varias tiendas porque le quería comprar un móvil a su hija pequeña, pero no se llevaron nada". Fue al mediodía cuando García Vera., de 39 años, le dijo a su padre que iba a ir a buscar el teléfono a una tienda que apenas estaba a cien metros de la casa. A partir de ahí no volvieron a saber nada más de él. Una situación dolorosa que también han vivido más de una treintena de familias de la Isla, muchas de las cuales estuvieron ayer presentes en la manifestación que cada año se celebra en Guanarteme para recordar a Antonio Quesada y Ana María Artiles, a quienes se les perdió la pista en el barrio el 6 de marzo de 2012.

Ninguno de los familiares de los desaparecidos caminó solo contra el olvido. Provistos de pancartas, carteles y camisetas con las caras de los seres queridos a los que tienen las esperanza de volver a ver, recorrieron la zona arropados, como ya es tradición, por un centenar de moteros de distintos clubes llegados desde diferentes puntos del Archipiélago. La batucada Los piratas del Caribe fue la encargada de abrir y guiar la comitiva en la que también está presente Rosa Elena García Ramos, cuyo hermano Carmelo, desapareció con 33 años hace ya 12 en la playa de Las Arenas de Andén Verde, en La Aldea de San Nicolás, a donde fue a "mariscar" con unos amigos. "Ninguno nos avisó y no fue hasta un mes más tarde cuando, al no volver, fui a denunciar a la policía". Desde entonces, nada.

También formaron parte de la concentración José Suárez y Herminia Santana, abuelos de Yéremi Vargas a quien se le perdió el rastro con tan solo siete años el mismo día que a Antonio Luis García, el 10 de marzo, hace ya una década. Es la tercera vez que participan en el encuentro y lo hacen, aseguró Suárez, para "hacer presión y que todo el mundo participe" en este tipo de iniciativas. "Todos queremos que aparezcan nuestros seres queridos", aseveró quien confiesa que la manera de sobrellevar un dolor de tal magnitud es inexplicable. "Sabes cómo te acuestas, pero no cómo te vas a levantar", apuntó. De ahí que todas sus confianzas estén puestas "en la Fiscalía" para resolver el caso en el que el principal sospechoso de haber hecho desaparecer al niño es Antonio Ojeda, conocido como El Rubio.

Los recuerdos marcaron también el ritmo del camino en el que muchos vecinos de la zona salieron de sus casas al paso de los manifestantes. Uno de los momentos más emotivos tuvo lugar durante el minuto de silencio que se guardó en la churrería de la calle Castillejos en la que fueron vistos por última vez Artiles y Quesada. El otro, fue al final del trayecto, cuando la murga Los Chismosos, de Santa María de Guía, se subió al escenario de la plaza del Pilar para interpretar el tema que le compusieron a los desaparecidos más jóvenes, el pequeño Yéremi y Sara Morales. "Ha sido precioso", comentó al respecto Pepi González, presidenta de la Asociación de Vecinos de Guanarteme quien ha organizado durante estos años el acto cuyo testigo pasó ayer a Sosdesaparecidos.

Antonio García, el coordinador en la provincia del colectivo, informó sobre el encuentro que han tenido con el Ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, a quien han solicitado un cambio de protocolo de actuación inferior a las 48 horas, más recursos humanos y técnicos, una unidad especializada y una base de datos con los desaparecidos y los retos humanos sin identificar. Y es que Las Palmas, con 14 personas en paradero desconocido de alto riesgo (se cree que están muertos) es la segunda provincia después de Barcelona, donde hay 46.