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Entrevista a Mikel Otxotorena Fernández

"Todos somos machistas, desconfío de quien afirme que no lo es"

"Rompo una lanza en favor de los jóvenes, no creo que sean más machistas que sus mayores", explica el sociólogo de la asociación On:Giz Elkartea

Mikel Otxotorena, durante la primera jornada de Analizamos la masculinidad sexista. JOSÉ CARLOS GUERRA

Trabaja usted en el ámbito de la igualdad. ¿Cuál es la labor de la Asociación On:Giz Elkartea a la que pertenece?

Milito en el ámbito de la igualdad entre mujeres y hombres, pero intentando trabajar sobretodo con ellos para involucrarlos en este entorno. Actualmente resido en Suiza, donde trabajo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), además de ser miembro fundador de la asociación On:Giz Elkartea, con quienes realizo talleres como este. Se trata de una asociación para la igualdad que nació en 2007 en Guipúzcoa para trabajar en la erradicación de las desigualdades entre hombres y mujeres, haciendo especial hincapié en la implicación de ellos. En todos nuestros talleres nos hacemos la sencilla pregunta de ¿qué es ser hombre?

¿Usted se considera machista?

Claro, además, desconfío, en el buen sentido de la palabra, cuando alguien se me presenta y me dice que no es machista. Pienso que para conseguir una sociedad igualitaria vamos a tardar mucho tiempo, yo no lo voy a ver y eso que soy optimista. Quizá mi grado de machismo no sea equiparable al de otros, pero eso no me libra de serlo. De la misma manera que en ciertas situaciones mi racismo va a aflorar en algún momento, al igual que mi homofobia; soy fruto de la socialización que he recibido.

¿Qué conductas sexistas encuentra en la sociedad actual?

¿Tengo que darte la lista? [bromea] Todas las relacionadas con la violencia, pero vista desde un punto de vista muy amplio. Desde un anuncio de publicidad hasta el comentario de un periodista en una tertulia. Si tuviéramos que especificar, habría que hablar de las diferencias salariales, la exclusión de la mujer en el deporte, en la cultura. Hay un número ingente de actividades a las que estamos tan habituados, que vemos como cotidianas y naturales, y ni siquiera las consideramos como conductas sexistas; por ejemplo, los piropos.

¿Son los piropos una conducta machista?

Bueno, es un debate muy controvertido. Unas dicen que lo es y otras que no. Todo depende de a quién se lo digas, cómo lo perciba. Pero, mi reflexión es ¿de dónde me nace a mí decirle a alguien, que no conozco, lo guapa que es o cómo le queda el pantalón?

¿Cómo ve a la juventud de hoy día? ¿Hay una evolución positiva en temas de igualdad?

Últimamente existe ese discurso de "estamos yendo para atrás". Yo planteo lo siguiente: no será que hoy se visibilizan más las situaciones de desigualdad, pero eso no quiere decir que se den más, solo que ahora están sobre la mesa. No creo que se den más, solo que la sociedad se va adaptando a los nuevos tiempos. Y el mejor ejemplo lo pongo con los móviles. Las nuevas tecnologías han cambiado los métodos, pero el control ya existía, no creo que se haya agudizado. Por eso yo rompo una lanza en favor de los jóvenes, no creo que sean más machistas, solo que utilizan otro tipo de métodos que antes no existían.

Participa en unas jornadas con el título de Analizamos la masculinidad sexista. ¿Cuánto tiempo lleva realizando este tipo de talleres?

Más o menos desde 2006. Mi experiencia se ha centrado en talleres en España y Centroamérica, donde normalmente trabajamos el machismo en los hombres. En dos semanas me tienes en Guatemala.

¿Qué diferencias encuentra entre la sociedad española y las centroamericanas?

Se suele afirmar que ambas sociedades son muy diferentes. En temas de género se ven en cosas superficiales, aunque son importantes, lo que es la raíz sobre lo que genera desigualdades entre mujeres y hombres, es la misma. No hay apenas diferencias, la forma de entender que es ser un hombre suele ser la misma, salvo ciertos matices. Somos más iguales de lo que pensamos.

¿Encuentra algún cambio desde que comenzó con este tipo de talleres?

Podemos ver alguno, pero son mínimos. Es cierto que ahora si encontramos un cambio en cuanto al posicionamiento de cara a las agresiones sexuales. Antes no podías ver hombres en manifestaciones contra la violencia de género. Luego, encontramos diferencias en el entorno de los medios de comunicación.

¿Es la primera vez que acude a Las Palmas de Gran Canaria con esta iniciativa?

Sí, es mi primera vez en Canarias. Ya en noviembre lo intentamos, pero ahora lo conseguimos. También están llamándonos desde Tenerife para realizar allí estos talleres, creas o no, hay demanda.

¿Qué metodología usa en sus jornadas normalmente?

Usamos prácticas individuales o en grupos pequeños. Son dinámicas muy participativas, en las que cada asistente expone sus experiencias personales sobre sus relaciones de pareja, familiares, amistades. Otra veces explicamos un poco de teoría; tiramos mucho de material audiovisual, por ejemplo, de anuncios de televisión.

¿Existe algún prototipo de mujer que se interese por este tipo de jornadas?

No hay un prototipo, vienen de todas las edades, identidades sexuales, distintos niveles socioeconómicos. No existe un perfil, es un abanico, un reflejo de lo que son.

¿Y de hombre?

En su caso tampoco, es verdad que tienen algo en común, generalmente, el interés por estas cuestiones; saben que hay un problema que se debe afrontar.

¿Qué término puede ser más correcto violencia de género, machista, sexista?

Depende de como queremos centrar el tema y de los casos. Violencia machista hace una referencia totalmente a la violencia contra la mujer. En cambio, si hablamos del término sexista podemos incluir los casos de violencia dentro de las parejas LGTBI.

En el programa sobre estas jornadas se incluye como tema a tratar la realidad LGTBI. ¿Qué relación existe entre este colectivo y el feminismo?

Son temas que se engloban dentro de una misma pregunta: ¿Qué es ser un hombre o qué es ser una mujer? Estos dos movimientos son los que empezaron a cuestionar los patrones de hombre o mujer, por lo que están íntimamente entrelazados.

¿Se ha molestado alguna mujer en sus charlas por ser un hombre quien habla sobre machismo?

Sí, y me parece lógico. Al final yo entiendo que se les encienda una alarma si es un hombre quien les va a hablar de igualdad o feminismo. Eso sí, una vez avanzadas las charlas ven que soy un aliado más, no un infiltrado.

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