A veces no hay que ir demasiado lejos para conocer historias de vida que nos ayudan a reflexionar sobre nuestro presente más inmediato. Es lo que han hecho los alumnos de cuarto de la ESO del instituto Pablo Montesino para debatir y recapacitar sobre la violencia de género, las desigualdades entre sexos y el empoderamiento de la mujer. Y para ello recurrieron a las féminas que tienen más cercanas como son profesoras, madres, abuelas, compañeras de clase y dirigentes de organizaciones como la Asociación de Mujeres Zuleima y la Fundación Vicente Ferrer. Sus historias, grabadas en vídeo, forman parte de Mujeres de mi familia, un proyecto educativo europeo que se ha visibilizado en un gran mural en el centro con los retratos de las protagonistas.

El instituto Pablo Montesino es el centro coordinador de este proyecto, en el que también participan otros dos de Italia y Francia -Tommaso D'Oria y Liceo Maurice Janetti, respectivamente-. La iniciativa comenzó el pasado año con los alumnos de tercero de la ESO con diversas actividades y que han tenido continuidad este año con el mismo grupo. En el proyecto se ha implicado a todo el centro.

El objetivo último del trabajo, que han compartido con los chicos de Francia y de Italia, ha sido reflexionar sobre el papel y el trato de la mujer en nuestra sociedad. Pero también ha servido a los chicos para conocer más de cerca a algunas de las mujeres que forman parte de sus vidas. Nueve de las 29 protagonistas del mural son canarias.

Es el caso de Judith Hernández Espinosa, estudiante de primero de Bachillerato que dio a conocer a sus compañeros su transexualidad. La joven, que tiene 19 años, reconoce que la experiencia le ha servido para hablar de lo que es el "transgénero" y para aclarar las dudas que sus compañeros tenían al respecto. "Muchos no lo sabían y algunos se asombraron, pero la experiencia ha sido muy buena. Creo que he dado luz a un colectivo que es pequeño y que se conoce muy poco", apuntaba ayer una dicharachera Judith, que aún no tiene muy claro su futuro pero que está segura de haber ayudado con su historia a "conocer más a fondo la transexualidad" a las nuevas generaciones y a romper estereotipos.

Agustín González Iribar, estudiante de 4º de la ESO, por su parte, enraló a su abuela materna Margarita para que se dejara entrevistar. "La elegí porque pensé que por su edad y experiencia en la vida tendría cosas que contar", contaba este joven que quiere ser médico. Y así fue. Margarita les relató cómo fue su vida y cómo vivían las mujeres en el Franquismo. La iniciativa le encantó a la abuela y Agustín se sorprendió de que "se lo tomara tan en serio" la entrevista además de conocer nuevos aspectos de su vida.

La complicidad entre abuela-nieto fue para Yael Mora Palma, una de las entrevistadoras, una sorpresa. La estudiante, que quiere ser policía local, afirmaba que conocer a Margarita supuso descubrir otra cara del tímido Agustín. "No me esperaba que fuera tan abierto con su abuela".