"No nos cansemos; aunque llegue el desaliento por el poco fruto o la ingratitud; aunque los enemigos nos calumnien, no nos cansemos", pidió ayer el obispo de Canarias Francisco Cases a los sacerdotes y cientos de "discípulos" de Jesús que llenaban la catedral de Santa Ana en la Misa Crismal del Martes Santo. Cases, acompañado por unos 160 sacerdotes de la diócesis, dedicó una de sus homilías programáticas del año litúrgico, a recomendar, en especial a los presbíteros, una "continua conversión y una formación permanente", y utilizó palabras del santo Manuel González para alentar a todos. "Me consuela lo que soy con vosotros, y me atemoriza lo que soy para vosotros", dijo Cases en una cita de San Agustín para destacar su unión y compromiso con el clero diocesano, el presente y el ausente, y pidió "una seria reflexión sobre lo que significa hoy ser discípulos de Jesús". A partir de un documento de San Juan Pablo II, Pastores dabo vobis, el obispo repasó la hoja de ruta de la reforma emprendida por el papa Francisco y pidió a los sacerdotes, "aunque también vale para todos los fieles: rechazo de la mundanidad, cercanía a todos; huida del individualismo, pertenencia a los demás; sencillez y austeridad de vida; hábito de discernimiento ante la voluntad de Dios; y alegría, siempre alegría".