La Fundación CajaCanarias, propietaria de la casa más antigua de la calle Mayor de Triana, ha iniciado la obras de rehabilitación de la fachada del inmueble, cuyo origen se remonta al siglo XVI. El Ayuntamiento ha requerido a la fundación a que rehabilite el frontis del inmueble, catalogado como edificio protegido, tras producirse una caída de cascotes. En la finca, situada en la calle Triana, número 2, esquina con Lentini, número 6, vivió durante el siglo XVII Clara Eugenia de Austria, nieta de Don Juan de Austria y biznieta de Carlos I de España, donde regentó un negocio de vinos.

La constructora Neohaus In&Out S. L. inició el pasado lunes las obras, que se prolongarán durante dos meses.

La fundación de la antigua caja tinerfeña adquirió la casona a principios de este siglo -antes de que se produjera la fusión de Caja Canarias, primero con Banca Cívica y posteriormente con CaixaBank- con el propósito de instalar en ella la sede cultural de la entidad en la capital grancanaria, pero el proyecto quedó aparcado y se mantiene congelado, según aseguraron ayer fuentes de la entidad, que ha mantenido la propiedad del inmueble de dos plantas. Su rehabilitación requerirá una inversión importante que la entidad no tiene previsto llevar a cabo por el momento, señalaron las mismas fuentes. El edificio se mantiene como parte del patrimonio de la fundación, por estar adscrito a actividad cultural, al igual que la Fundación Cristino de Vera o el espacio cultural de La Laguna, entre otros.

Deshabitada desde hace varias décadas tiene un gran valor histórico, porque en la finca vivió durante la primera mitad del siglo XVII, Clara Eugenia de Austria, nieta de don Juan de Austria y biznieta de Carlos V, que regentó un negocio de comercio de vinos. Calzados Lozano fue el último negocio que se desarrolló en la casona hasta su cierre a finales del siglo pasado.

Según relata Miguel Rodríguez Díaz de Quintana, Clara Eugenia llegó a la capital grancanaria en 1629 con su marido, el genovés Pedro Pablo Rey. La nieta de don Juan de Austria se volvió a casar, tras enviudar siete años más tarde, con Manuel Morales Vázquez, que se dedicó a la comercialización de vinos en la lonja instalada en la planta baja de la casona.

En el catálogo del Plan Especial de Protección de Triana y Vegueta, el inmueble aparece con un grado de protección ambiental y explica que se trata de un ejemplo de arquitectura urbana e histórica anterior a 1800. Destaca la "singularidad paisajística" de la "solución en esquina" y sostiene que es "una de las piezas singulares de mayor antigüedad que se integra en el conjunto urbano de interés a lo largo de la calle Mayor de Triana".

La información de la ficha de protección añade que el inmueble tiene "una composición propia de las construcciones domésticas residenciales del siglo XVIII". Resalta también la "relevancia de los huecos de disposición irregular" y la "presencia de un arco gótico conopial en la venta de una esquina. Una hilera de gárgolas remata la composición en la línea de la cornisa. En el interior de la planta baja se puede contemplar un arco de piedra arenisca". Pese a su valor histórico y arquitectónico, una parte de la casa fue reformada en 2005 para hacer una discoteca y una cervecería, una actuación que provocó gran polémica, lo que obligó al consistorio a precintar la obra.

Reforma

El Ayuntamiento, que concedió la licencia al propietario el 18 de septiembre de 2003 para rehabilitar la casa y darle uso comercial, terminó ordenando el precinto de las obras en mayo de 2005, tras las reiteradas denuncias de la Asociación en Defensa del Patrimonio de Canarias (Depaca) y la entonces portavoz de Coalición Canaria-Compromiso por Las Palmas, Nardy Barrios.

En aquel momento, la casa estaba catalogada como un edificio de interés histórico tipológico. Según denunció en su día, el presidente de Depaca, Rafael Guerra, la reforma modificó el volumen, la altura y otros elementos arquitectónicos y se varió el trazado de los dos patios, que fueron suprimidos, pese a que su grado de protección lo prohibía. Y así se ha mantenido desde entonces. El nuevo Plan Especial de Protección permite la construcción de una planta más sobre la azotea, "vinculado al uso cultural" que tiene el inmueble, que reduzca "el impacto producido por las medianeras de las casas colindantes, una de las cuales tiene cinco plantas. Este nuevo volumen, señala la ficha, "tendrá una altura máxima de 7,5 metros sobre la cubierta existente y deberá estar retranqueado un mínimo de tres metros, con respecto a la alineación oficial de las calles Triana y Lentini. Los materiales y volumetría de este elemento añadido no distorsionarán la percepción del inmueble protegido ni la conservación tipológica del mismo".