"Un libro para niños de 0 a 100 años", cuenta Pablo Checa, coautor de la obra infantil Descubre y colorea la ciudad de Galdós junto a su padre, Plácido Checa. Un libro con el que pretenden difundir la historia de la ciudad galdosiana a los más pequeños de la casa. De una manera lúdica quieren poner en valor al "probablemente, el canario más universal", el escritor Benito Pérez Galdós.
El libro intenta enseñar a los niños, con nubes humanizadas y un Galdós jovencito, los escenarios de Las Palmas de Gran Canaria en los que el escritor pasó sus primeros años de vida. Desde la iglesia de San Francisco, donde se bautizó a los dos días de nacer; hasta el extinto Puente de Palo, del que Galdós llega a decir "el puente ese me marea, y al pasarlo me parece que voy embarcado con su meneo y sus cadenas". En definitiva, la ciudad del siglo XIX resumida en una serie de ilustraciones para colorear.
El 10 de mayo de 1943 nació el novelista en la calle Cano del barrio de Triana. Tras pasar su infancia y juventud en la capital grancanaria, marchó con 19 años a Madrid para estudiar leyes. Nunca volvería a vivir en las islas, pero, según cuentan los Checa, siempre sintió apego por las islas. "Queremos desterrar la idea de que renegaba de su tierra; Galdós acudía a tertulias de canarios en Madrid y defendió los intereses de las islas cuando fue diputado", cuenta Checa padre.
Corre la década de los cincuenta del s. XIX, Galdós, aficionado al dibujo, realiza una caricatura de su profesor, Agustín Millares, en la Plaza de San Agustín, que enseña a sus compañeros. Como esta, miles serán las anécdotas que guardan los muros de Triana y Vegueta, la ciudad antigua, sobre la vidade este ilustre hijo. Algunas han sido reproducidas en este libro.
El Colegio de San Agustín fue la primera institución laica de primaria y secundaria que existió en la capital grancanaria. "En la ilustración, el joven Galdós lleva el verdadero uniforme del colegio", cuenta Plácido. No obstante, para conseguir el título de Bachiller, los jóvenes tendrían que viajar hasta el Instituto Provincial de La Laguna, en Tenerife. Un periplo que realizó el escritor en 1862 y gracias al cual pudo continuar su formación en la capital española. La ciudad donde desarrollaría su extensa obra literaria, convirtiéndose en un maestro del movimiento realista.
"Mucha gente me ha preguntado por qué tenemos aquí un museo de Galdós, si era de Madrid, el desconocimiento es abismal", lamenta Pablo Checa. Cierto es que el denominado Madrid Galdosiano cuenta con la fama otorgada por las exhaustivas descripciones que Don Benito usó en sus novelas. A pesar de esto, Canarias también llegó a estar presente en su bibliografía, aunque fuera algo testimonial.
El cuento Necrología de un prototipo (1866) versa sobre un posible monstruo en el interior de la Catedral de Santa Ana. Los rasgos de un audaz felino cubren la fachada neoclásica de la catedral de Canarias en la ilustración del libro de los Checa. "En aquella época estaban construyendo el órgano actual de la catedral, entonces Galdós hizo este cuento inspirándose en El Jorobado de Notre Dame de Víctor Hugo", cuenta Plácido Checa.
Si la cosa va de monstruos y seres del más allá, habrá que pararse en el capítulo dedicado al Teatro Cairasco, actual Gabinete Literario. El dibujo es una representación de un original del mismo Pérez Galdós, caricaturizando al decano de las letras canarias. "Allí pasó su juventud aprendiendo a dibujar y a realizar caricaturas; en el dibujo se puede ver al espectro del poeta Cairasco de Figueroa intentando salir por las ventanas del edificio", cuenta Checa padre.
"Queremos que descubran la ciudad que hubo, que hagan una lectura de la capital, de esa ciudad del s. XIX que vivió el escritor", continúa Plácido. La espadaña de la iglesia de San Francisco de Asís es otro de los protagonistas en la vida del literato y en las ilustraciones para pintar. Allí fue bautizado Galdós, en una época en la que el conjunto eclesiástico conservaba la entrada a la huerta y la capilla de la Orden Tercera. Hoy, el contrafuerte del campanario, restaurado hace unos años, cuenta con la frase siguiente: "Su son lo distinguiría entre cien que tocasen en un tiempo". Se trata de una de las pocas alusiones que hizo el literato al rememorar su infancia en Canarias.
Todos los dibujos han sido creados por la ilustradora Carla Fernández Díaz. Estrecha colaboradora del proyecto, se encuentra preparando nuevas ideas para los próximos libros que publiquen los Checa con la editorial Canarias eBook. Su diseños harán que los niños puedan conocer su ciudad pintando y pasándoselo bien.
Padre e hijo Checa son unos auténticos expertos galdosianos. Plácido lleva desde la década de los noventa implicado en la materia. Este profesor de lengua y literatura castellana empezó de una forma muy modesta. "Comencé con las rutas galdosianas con mis alumnos de Bachiller, incluso mi hijo venía conmigo en aquel entonces", cuenta este catedrático. Será en 2010 cuando se le una su hijo Pablo para definir una serie de rutas y abrirlas a un público muy diverso. "En lo que llevamos de curso escolar hemos guiado a unos 2.000 alumnos por la Ciudad de Galdós", cuenta Pablo.
Ambos se preguntan cómo es posible el desconocimiento que sigue existiendo de la figura del novelista entre los ciudadanos. "Muchos siguen pensando, con vehemencia, que era de Madrid", dice Pablo, "¿Por qué se ha tardado tanto en unificar la ciudad a la figura de Galdós? Aquí nació, estudió y se crió, vivió su vida hasta casi los 20 años", continúa.
Presidiendo la Asociación Cultural Ciudad Galdós, están consiguiendo, paso a paso, difundir la vida del escritor en la capital grancanaria. El año pasado lograron traer a personas desde San Juan de Dios y Proyecto Hombre. "No hacemos recorridos turísticos, nuestras rutas son culturales, queremos identificar esta ciudad como la ciudad de Galdós, como Lisboa es la de Pessoa y Florencia es la de Dante y Petrarca", declara Plácido Checa.
El Cabildo Insular ya ha mostrado su interés para difundir este libro, Descubre y colorea la ciudad de Galdós, en los Centros de Día para la tercera edad de toda la isla. "Ellos no vivieron en la época de Galdós, pero muchos si recuerdan el Muelle de San Telmo o el Puente de Palo", cuenta Checa padre. Al fin y al cabo, pintar estas divertidas ilustraciones puede ser una interesante actividad para ejercitar la memoria entre los mayores.
Por el momento, esta es la segunda publicación del dúo galdosiano, "y estamos preparando la tercera". Una obra que será anunciada próximamente. En el libro de ilustraciones han colaborado tanto la Biblioteca Pública del Estado, como la Casa Museo de Pérez Galdós. Precisamente, la casa familiar del literato acogerá la presentación de este divertido cuaderno.
