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Entrevista a Gervasio Rodríguez

"Uno de los ladrones de nuestro tiempo es decir a todo que sí"

"Si alguien entra en el despacho se tardan 15 o 20 minutos en volver a concentrarse en lo que se hacía", advierte el economista

Gervasio Rodríguez. LA PROVINCIA / DLP

¿Perdemos mucho el tiempo o es que dedicamos más a las relaciones sociales?

Perdemos bastante el tiempo, un tiempo que no se recupera. Nos volvemos locos por querer hacer muchas cosas, y muchas no se hacen bien. Y las cosas hay que hacerlas bien, hay que ser efectivos. Las redes sociales y los medios de comunicación se llevan hoy en día muchas horas de nuestra vida y lo que planteo en mis charlas es algo muy sencillo: ¿cómo quieres ser a los 60 años? O, si vas al cielo, y te preguntan sobre los últimos días de tu vida, ¿qué querrías decir? Yo, por ejemplo, lo tengo claro, educar a mi hijo. Es decir, lo que debes tener muy claro es saber lo que quieres en tu vida y, después, crear hábitos para ser efectivo y ponerte plazos. Y, a partir de ahí, apartar de tu vida todo lo que no quieras como dejar de ver la televisión si el programa no te aporta nada para el objetivo que te has marcado.

Quizás el problema estriba en que no sabemos determinar esos objetivos.

No es muy difícil. Hay que empezar con algo claro. Si quieres llegar a viejo tendrás que dejar de fumar, ¿no? Y si eres un viva la vida es muy probable que no llegues a ello.

Se dice que los españoles perdemos el tiempo en el trabajo, ¿es así o es un mito?

Es verdad. Hay culturas como la alemana, la holandesa, la inglesa, donde son más organizados; los españoles son más holgazanes. Los alemanes dicen que a las nueve de la mañana hay una reunión y que termina a las diez y, a las nueve está todo el mundo, y, a las diez, acaba. En España eso no ocurre. Es una cuestión cultural, desde chicos les han enseñado a ser efectivos.

¿En qué deriva a nivel emocional perder el tiempo?

Perder el tiempo no es una cuestión de reloj, sino de vida. Como decía Galileo lo que te queda de vida es el tiempo que te queda por vivir, no lo que has vivido ya. Lo que hay que hacer es aprovecharlo.

Las redes sociales nos quitan muchas horas, ¿cómo gestionar esto sin salirse de ellas?

Las nuevas tecnologías nos hacen perder mucho tiempo, miramos al móvil unas 200 veces al día de media, nos preocupamos si no nos entra ningún correo, luego perdemos tiempo respondiendo y, lo peor, conduciendo y atendiendo el móvil. Son hábitos malos si no tienen que ver con los objetivos marcados. Yo, por ejemplo, no contesto a ningún wasap hasta por la noche porque si es algo urgente sé que me llamarán.

¿Cómo podemos organizar nuestro tiempo?

Es muy sencillo. Primero, marcarse unos objetivos, tener unas metas, y priorizarlos. En segundo lugar, separar lo urgente y lo que es importante de esos objetivos. Y, a partir de ahí, intentar que todo sea no urgente, porque las urgencias te hacen perder el tiempo. Una mala planificación te hace estresarte y perder el sentido de lo que estás haciendo. Si fueras capaz de planificar, ese estrés pasaría de largo. Y, el siguiente paso sería crear hábitos saludables, efectivos. Eliminar los killers [asesinos] de la productividad, todo lo que nos impide llegar a esos objetivos que nos marcamos. Como, por ejemplo, atender los wasaps, los correos a primera hora, en vez de al final del trabajo; acudir a reuniones que no nos sirven para nada en vez de ir con un orden del día y cumplir el horario marcado a rajatabla; ver un programa en la televisión que no nos aporta nada en vez de coger un libro. Todas estas cosas nos impiden estar con la familia, con los amigos. También eliminar a los ladrones de tiempo, esas personas que entran en nuestro despacho y se sientan a charlar. Hay estadísticas que señalan que se tarda entre 15 y 20 minutos en volver a concentrarse en lo que uno estaba haciendo; pues, sencillamente, cerremos la puerta o pongamos un cartel de no molestar. Otro ladrón de nuestro tiempo es decir a todo que sí. Caso del amigo que nos viene y nos pregunta si queremos ir al cine, y le decimos que sí. Hay que preguntarse si estamos cumpliendo nuestro objetivo o el de otra persona. Yo recomiendo habituarse a decir "sí, pero". Es decir, vivir nuestra vida y no la de otros.

¿Primero nosotros y después los demás?

Sí. Eso no es egoísmo, sino vivir tu vida; el egoísta es el otro. Hay que pensar en el hoy.

¿Cuánto tiempo se tarda en crear esos hábitos y ponerlos en funcionamiento?

Los puedes crear desde ya y, en 21 días, cambiará tu vida.

¿Se recae como ocurre con el tabaco?

No se puede eliminar un hábito sin coger otro. El entrenador del Barcelona, Johan Cruyff, por ejemplo, para dejar de fumar chupaba chupa-chups. El cerebro está continuamente engañándonos, no piensa por sí solo, y reacciona según a lo que asocia, al hábito que le hemos marcado como cuando después de un café se fuma. Lo que hay que hacer es ir borrando de ese disco duro los malos hábitos y ponerle unos nuevos. Y, en 21 días, ya lo haces mecánicamente. Hay que proactuar según uno quiera y no como los demás quieran.

¿Es posible instalar esos hábitos en el trabajo?

Sí, vas educando a la gente y, al final, terminan convenciéndose. Puede que no guste el cartel de no molestar, pero en diez días lo aceptarán porque están facilitándote el trabajo. Y a la gente le gusta apoyar y ayudar a los demás.

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