La Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria ha denunciado ante la Fiscalía el accidente del ferri que se empotró contra el dique de La Esfinge (Nelson Mandela) por si el vertido de gasoil pudiera ser constitutivo de un delito contra el medio ambiente. El barco de la naviera Armas rompió unas tuberías que causaron el derrame.

La denuncia no va dirigida contra Armas ni nadie en particular, sino que hace una exposición general de los hechos y los relaciona con la mancha de gasoil que se extendió por la costa. El choque se produjo el viernes por la noche, ha dejado inutilizable parte del muelle y al día siguiente motivó el cierre temporal de ocho playas: San Cristóbal, La Laja, La Garita, Hoya del Pozo, Melenara, Salinetas, Tufia y Ojos de Garza.

El gasoil que avanzaba por el litoral hacia el Sur no salió del barco, sino de las tuberías que la petrolera Oryx tiene en la parte del dique destrozada por el Volcán de Tamasite. El ferri se quedó a la deriva por un fallo eléctrico y chocó contra el muelle tras zarpar rumbo a Tenerife. La denuncia tiene muy pocas posibilidades de prosperar por la vía penal porque el vertido no está relacionado con una actuación negligente, sino que es consecuencia de la rotura fortuita de las tuberías, explican fuentes del ministerio público. En cualquier caso, el atestado policial será remitido a la Fiscalía de Medio Ambiente para que estudie si procede o no incoar diligencias de investigación.

La mancha de gasoil, que llegó a tener 3 kilómetros de largo y 1,5 de ancho, se encuentra prácticamente evaporada. Las fuentes consultadas explican que se trata de un caso totalmente distinto al del Oleg Naydenov, un pesquero ruso que se hundió a 14 millas del sur de la Isla, tras incendiarse y sacarlo del Puerto de La Luz por el riesgo potencial para la ciudad. En este caso si se abrieron diligencias para investigar al capitán del pesquero y a Capitanía Marítima, pero finalmente se archivaron al descartarse la responsabilidad penal de los investigados.

Oryx perdió unos 60.000 litros de combustible y las playas se abrieron el domingo sin que sufrieron ningún daño, pues se cerraron por precaución, igual que ocurrió con la desaladora de Jinámar. La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim), que depende el Ministerio de Medio Ambiente, ha abierto un expediente para conocer las causas del siniestro. El ferry se encuentra en astilleros para una completa revisión y reparación, al tiempo que la Autoridad Portuaria ha estimado en un dos millones de euros el arreglo del dique. Esa parte del muelle ha quedado inservible en los días de mala mar.

Las autoridades, en cualquier caso, mantienen activado el Pemulpa, un plan de emergencias que supone la movilización de la Policía Local, Bomberos, Protección Civil, Aguas, Emalsa, Bienestar Social y la Unidad Técnica de Seguridad y Emergencia para actuar en el caso de que fuera necesario. Esta situación de prealerta por riesgo de contaminación marina implica que se mantenga la constitución del Centro Coordinador de Emergencias en la sede del Cemelpa, que sigue la evolución de las tareas de limpieza y eliminación del combustible, ahora centradas cerca de la colisión.