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Sin viento a Canadá

Los barcos que compiten en la regata a Quebec demoran su llegada por la 'calma chicha'

La decena de veleros que participan en la regata por el 150 aniversario de Canadá han comenzado a arribar este fin de semana a la capital grancanaria. La falta de viento motivó que los tres primeros llegaran dispersos entre el sábado y el domingo y que los demás se retrasaran. No falló el buque escuela portugués Sagres, que ayer abrió su cubierta en el muelle Santa Catalina para seducir al público isleños con su encanto antiguo.

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la Autoridad Portuaria prepararon un festejo para la ocasión y el capitán del Sagres, Antonio Gonçalves, explicó la importancia del buque escuela para formar a los futuros marinos lusos, así como las peculiaridades de un barco que fue capturado a los nazis por EEUU en la Segunda Guerra Mundial, vendido a Brasil por 5.000 dólares simbólicos y comprado en 1962 por Portugal.

Un pedazo de historia flotante a la que ahora se han asomado cientos de isleños, como Rosi Hernández y Manolo de León, un matrimonio feliz entre cabos, cañones y el ingenio de cadenas gigantes que tiene el Sagres para echar el ancla de forma manual. De León, que es amante de la navegación, toma nota de estos mecanismos y la cabeza de su mujer vuela a otras regiones. "Esto es como estar en Piratas del Caribe", replica Hernández al asimilar las explicaciones marineras de su esposo.

La asociación cinematográfica no podría ser más oportuna porque Rosi Hernández se agarra de un cabo a otro, cruza la cubierta de madera y se refugia en uno de los cañones apostados en el costado derecho del velero, como si quisiera encañonar al cielo azul y éste bajara sus brazos indefenso, como regañado por la intensidad del sol que ayer llenó de luz toda la capital grancanaria.

Escala técnica

Lo único que echa en falta el matrimonio es algo de viento para ver a los barcos desplegar el velamen en las entradas y salidas a puerto de estos días, donde harán escalada técnica de 48 horas antes de poner rumbo a Quebec para conmemorar el 150 aniversario de Canadá. En la regata, que está organizada por Sail Trainig International, participan grandes veleros de Clase A como el Belem (Francia), Nadezhda (Rusia) y Wylde Swan (Holanda); los clase B Atyla (España) y los británicos Blue Clipper y Jolie Brise (Reino Unido); el clase C Vahine (Letonia); y los clase D Peter von Danzig (Alemania), Rona II (Reino Unido) y Vahine (Finlandia). La mayoría harán una parada técnica en el Muelle Deportivo y reanudarán la ruta hacia Canadá entre hoy y el miércoles.

La prueba comenzó hace varias semanas en Royal Greenwich (Reino Unido), con paradas en el puerto Portugués de Sines y ahora en Las Palmas, que aspira a celebrar una regata similar en 2019, con motivo del 500 aniversario de Magallanes, reveló ayer el director de la Rendez-Vous 2017 Tall Ships Regatta, Paul Bishop. Representantes del Ayuntamiento y de la Autoridad Portuaria confirmaron que existe la propuesta para festejar la efeméride en colaboración con Portugal.

Y aunque no hubo brisa para soltar velas, la "novelería" de madrugar para conocer los secretos del Sagres valió la pena para el matrimonio. "Es un espectáculo precioso", añade Rosi Hernández, que demanda más iniciativas como ésta para aprovechar lo "bonito que son nuestros muelles", agrega. Su marido, que la escucha, asiente con la cabeza y sigue con la inspección a cubierta, donde destaca un puente de mando a la altura del más temido Barba Roja. Es, quizá, una de las partes más espectaculares por los tres grandes timones que relucen en bruñida madera.

Ramón Toubes y su familia también madrugaron para ver el buque escuela. Toubes, que es magistrado en la capital grancanaria, se extravió durante un buen rato en los versos de uno de sus poetas favoritos, Fernando Pessoa, por aquello de "oh, mar salado, ¿cuánta de tu sal son lágrima de Portugal?". Su mujer y sus hijos, igual de fascinados por la magia que desprenden los tres mástiles del barco, rescataron a tiempo al juez de las garras de la nostalgia.

En ese momento, a media mañana, las familias apuraban sus visitas y el trajín se incrementaba en otra parte importante del buque: la cocina. Allí, rodeado de plátanos canarios para la ocasión, estaba Lázaro Rodríguez, que es mitad gallego, mitad portugués. Estaba preparando arroz con perca de río para el almuerzo y un estofado para la cena. Entre las manos tenía una batidora de tamaño industrial parar dar de comer a la tripulación, que la integran 120 marineros, y en el hilo musical sonaba Born to be wild, la mítica canción de la película Easy Rider.

La mirada del cocinero Rodríguez parecía atrapada entre los vientos rebeldes de esa canción y la soledad de la vida en el mar, aunque luego explicó que había salido a conocer la ciudad y andaba cansado por la falta de sueño. Otros marineros como Nelson Almeida y Joao Nunes parecían más cargados de energía. Ambos aprovecharan el buen tiempo para salir en bicicleta y subir al pico de Bandama, comentan mientras terminan de ponerse los escarpines y salen del barco con sus máquinas de carreras. Otros, la mayoría, llaman a sus familias para combatir la morriña.

A unos metros del muelle, con la mejor de las perspectivas, está Mari Carmen Pascual, que se ha venido con grupo de bocetistas urbanos para pintar al Sagres en vivo y en directo. Más allá, en la plaza del intercambiador, las máquinas municipales de limpieza lanzan agua a presión para eliminar el aceite que han dejado los coches por el Rally Islas Canarias.

Es casi mediodía y todavía huele a goma quemada en el parque Santa Catalina, donde se oye el eco de la batucada y de las parrandas que ha movilizado el Ayuntamiento para recibir al Sagres. El concejal de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, acompañado del director comercial de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Juan Francisco Martín, dieron la bienvenida al capitán del navío y a su tripulación, entre cuyos miembros se encuentran 50 civiles de la asociación Aprovela que embarcaron en la ciudad portuguesa de Sines.

El edil ensalzó la situación estratégica de la ciudad como escala para los barcos que quieren cruzar el Atlántico, especialmente en 2017, un año en el que la capital recibirá un total de cuatro regatas internacionales: La Rendez-Vous Tall Ships; la Regata de Los Alisios-Discoveries Race, a principios de septiembre; la Minitransat, en octubre y la ARC, en noviembre.

Y es que tanto el capitán del Sagres, Antonio Miguel Gonçalves, como el director de la regata Rendez-Vous 2017 Tall Ships, Paul Bishop, destacaron el histórico papel de Las Palmas de Gran Canaria como escala de los grandes viajes transatlánticos.

La ciudad, por el momento, cuelga una nueva medalla en su casillero de regatas. Los barcos de la Rendez-Vous Tall Ships que ya se encuentran en el Muelle Deportivo son el Rona II (Reino Unido), el Vahine (Finlandia) y el Wylde Swan (Holanda). Hoy se espera el atraque del Jolie Brise y el Blue Clipper (Reino Unido), el Atyla (España) y el Belem (Francia). El Sagres, que en esta ocasión no participa en la prueba, parte a las 10.00 horas en dirección a Cabo Verde para luego poner rumbo a las Bermudas y a Brasil.

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