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Deseos para la igualdad

El IES Pablo Montesino celebra una fiesta para cerrar un proyecto europeo con el que han fomentado el empoderamiento de la mujer

Que las palabras se conviertan en acciones. Ese fue el mensaje con el que la comunidad educativa del IES Pablo Montesino cerró ayer dos años de trabajo de colaboración con el centro italiano Tommaso D'Oria y el Liceo francés Maurice Janetti para inculcar a los jóvenes de Secundaria la igualdad de género en nuestra sociedad. Bajo el paraguas europeo de Erasmus +, los tres centros han desarrollado un proyecto educativo, con el título Mujeres de mi familia, con el que dar visibilidad a las mujeres y hacer recapacitar a los jóvenes sobre la violencia de género, las desigualdades de sexo y el empoderamiento de las féminas; y cuya acción más visible es un cartel con fotografías de varias mujeres, de diferentes edades de los tres países, en el exterior del instituto con el que reflejar que las féminas también son protagonistas de la historia de este mundo.

El patio del centro escolar se convirtió ayer por unas horas en un escenario para este fin de fiesta sobre el que los alumnos participantes en el proyecto -cuarto de la ESO-, profesores, directiva y autoridades municipales y regionales invitadas al acto expresaron sus mejores deseos para un mundo más igualitario. Pero también para indicar lo que ha supuesto esta experiencia educativa, ya que algunos alumnos y profesores han tenido la oportunidad de convivir durante unas semanas en los otros centros.

En este sentido, ayer se encontraban en el instituto estudiantes y los coordinadores del proyecto del Tommaso D'Oria y el Liceo Maurice Janetti. Todos ellos fueron protagonistas de la fiesta, en la que también tuvieron tiempo de demostrar lo que habían aprendido de español ya que hicieron público su agradecimiento en castellano.

El instituto Pablo Montesino, situado al final de Escaleritas y junto a La Feria, como coordinador del proyecto, fue el encargado del cerrar los dos años de trabajo. Los alumnos del proyecto protagonizaron bailes y canciones, que fueron seguidos por una concurrencia compuesta por alumnos de otros cursos, el claustro de profesores al completo, padres, personal laboral del centro y algunas de las protagonistas del mural fotográfico.

El director del centro, Manuel Henríquez Martorrell, dejó bien claro durante su discurso que la función del instituto no es solo educar, sino formar también a ciudadanos. Una tarea que ha sido y "es nuestra prioridad", resaltó, mientras dio una colleja a los alumnos para advertir que estos "no solo tienen derechos, sino también deberes" por eso de formar parte de una comunidad.

El profesor, Juan Francisco Alemán, uno de los docentes que ha participado en el proyecto junto a sus compañeros Laura Socorro, Eulalia González y Carmen Rodríguez, y que el próximo curso no estará en el centro tras más de 20 años de docencia, aprovechó la ocasión para expresar al público las dificultades con las que los maestros trabajan hoy en día en la escuela y las trabas que se les pone desde la administración educativa para desempeñar a veces su tarea. Una tarea que, como dijo casi a punto de que se le soltaran las lágrimas, tiene que ver también con "un compromiso social".

La consejera de Igualdad del Cabildo de Gran Canaria, María Jesús Nebot, una de las autoridades invitadas al acto, manifestó, por su parte, que esperaba que los jóvenes hubieran comprendido que la Historia no se puede entender sin la mujer. Y deseo que para ser felices en este mundo todos tienen que tener la oportunidad de "realizarse y ser respetados".

La concejala de Igualdad del Ayuntamiento de la capital, Dina Mújica, añadió que iniciativas como la del IES Pablo Montesino van a hacer que la sociedad "se más justa, equitativa e igualitaria" en un futuro. Mientras que su compañero de gobierno, el concejal de Recursos Humanos, Mario Regidor, animó a los chicos a viajar durante y después de su formación porque "el mejor antídoto contra la discriminación es conocer nuestro entorno y el de otros países cercanos".

Tras los discursos, fue el turno de los alumnos que han trabajado en el proyecto Mujeres de mi familia, que cantaron en castellano, francés e italiano una canción compuesta por ellos mismos contra la discriminación, para, posteriormente, colgar simbólicamente en un árbol mensajes con buenos deseos a favor de la igualdad entre sexos, contra la violencia de género y la autoestima y empoderamiento de la mujer. Mensajes sobre los que habrá que seguir insistiendo para que a ningún otro joven maestro de ceremonias, en el fragor del acto, solicite un aplauso para "nuestra guapa profesora".

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