El Consejo de Gobierno celebrado ayer acordó aprobar el Decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Monumento, a la Casa del Niño, edificio situado en el barrio de Zárate, en Las Palmas de Gran Canaria, y cuya recuperación se ha puesto en marcha gracias a la movilización de un Comité Popular.

La aprobación, que sigue a la que ya concedió el Cabildo de Gran Canaria, viene precedida del informe favorable del Consejo de Patrimonio Histórico de Canarias, dependiente de la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes, el cual fue emitido el 24 de marzo de 2017.

Se trata de un importante edificio de Miguel Martín-Fernández de la Torre (1894-1979) que corresponde a criterios estilísticos encuadrables en la corriente racionalista de la que este arquitecto es uno de sus más representativos. Su trabajo durante los años treinta colocan a las Islas en la vanguardia de la arquitectura europea. El inmueble fue encargado por la Delegación Provincial de Auxilio Social para la casa cuna; un proyecto que fue desarrollado entre 1938 y 1945, fundándose para ello el Patronato de la Casa del Niño, en 1939; Patronato que sigue siendo el titular de la instalación y en el que se encuentran representados los propietarios iniciales del inmueble, el Estado, el Gobierno autónomo, el Cabildo de Gran Canaria, el Ayuntamiento capitalino y el Obispado.

Se planificó como gran equipamiento social ante la situación de precariedad y necesidad en la que se encontraban muchos niños huérfanos y abandonados en su época, coincidente con la Guerra Civil, destinándose a la acogida, atención y educación infantil. En el edificio resaltan estructuras tubulares y volumétricas, configurándolo como uno de los exponentes máximos de la arquitectura racionalista en Gran Canaria y, a partir de esta declaración como Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento, quedará totalmente protegido de posibles cambios estructurales.

El complejo ha estado abandonado durante años y se ha producido un importante deterioro de sus instalaciones. Un grupo de vecinos y colectivos se ha movilizado para conseguir que se convierta en un gran centro social para el Cono Sur.

La protección del edificio no impide que se acondiciones para atender las necesidades del entorno, según responsables del Comité Ciudadano. Dentro del proyecto, que incluye un auditorio, se prevé el alojamiento de familiares de los enfermos de otras islas ingresados en los hospitales cercanos.