El fiscal Pedro Gimeno y el abogado Gustavo Adolfo Santana mantuvieron ayer sus peticiones de ocho y diez años de cárcel para el militar que mató a un hombre en el parque Doramas de Las Palmas de Gran Canaria el 28 de noviembre de 2015. El letrado del soldado, Francisco Espino, insistió en que Ruymán Sánchez sólo se defendió de una agresión previa por rechazar un intercambio sexual en una zona peligrosa de la ciudad, aunque los testimonios prestados por la Policía Local apuntan a la desproporción de la agresión.

Ruymán Sánchez huyó del parque Doramas con el coche de la víctima, condujo de forma temeraria por Paseo de Chil y chocó al cambiar bruscamente de dirección para subir por la Avenida de Escaleritas. Luego siguió a pie por una ladera y fue interceptado por los agentes en una de las rotondas de La Minilla próximas al Negrín, a donde asegura que iba para curarse una brecha en la cabeza fruto de la pelea. En esos momentos se produjo su confesión espontáneo de los hechos. "Lo maté, lo maté", dijo a uno de los policías. "Lo tiré por la barandilla y salté encima de pie sobre su pecho y la cabeza", comentó a otro agente. "Le lancé una piedra", añadió otro policía. "El maricón me tocó", relató a otro agente, con una entonación "violenta", como indicando el motivo que originó la pelea.

En la segunda sesión del juicio que se celebrada en la Sección Segunda de la Audiencia de Las Palmas testificaron ayer seis agentes municipales, así como dos funcionarios de la Policía Científica, peritos y la viuda del fallecido, que describió a Raúl Fernando Cano como un buen padre sin "malos vicios". La pareja colombiana, con dos hijos menores, llevaba 15 años afincada en la capital grancanaria.

La viuda explicó que su marido se dedicaba a su bazar y a su familia, que no era una persona conflictiva y que aquella mañana la llevó como siempre al hotel donde trabaja como camarera de piso, antes de acudir al locutorio que regentaba en la calle Carvajal. El fiscal reclama 130.000 euros de indemnización y la acusación 150.000 euros, un dinero que la mujer necesita para garantizar el futuro de sus hijos menores: sólo tiene un sueldo como camarera de piso.

El acusado, además de revelar a los policías que había tenido una pelea y que creía que había matado a un hombre, pidió a los agentes que fueran al parque Doramas a socorrerlo. Presentaba síntomas de haber consumido drogas y alcohol, con halitosis y la voz pastosa. Decía que el fallecido le había propuesto sexo, a lo que respondió que "lo dejara en paz", según les relató uno de los agentes locales.

Un funcionario que participó en la detención también acompañó al militar al centro de salud para que le curaran la herida de la cabeza. Asegura que estaba bastante nervioso e insistió en la proposición sexual como origen de la disputa. "El maricón me tocó", dijo al tiempo que explicaba el desarrollo de la pelea. Ese mismo policía ha explicado que, cuando lo localizaron en la zona de La Minilla, el acusado no trató de huir.

En su declaración ante el tribunal el procesado ha explicado que no intentaba huir, sino dirigirse al hospital Doctor Negrín para que le curaran la herida de la cabeza. Uno de los policías ha corroborado que aparentemente se dirigía hacia el centro sanitario.

Los dos amigos soldados con los que el acusado estuvo de fiesta desde el día anterior aseguran que bebieron bastante y consumido cocaína, incluso uno de ellos ha indicado que "tenía la cabeza fuera de su sitio". Por el día celebraron la fiesta de la patrona de Artillería en el cuartel y por la noche siguieron de fiesta en una discoteca.

Ambos han descrito al acusado como un hombre "no agresivo" y apreciado por "todos sus compañeros". Lo mismo ha manifestado el hermano del acusado, al que llamó ese día por teléfono "desesperado" para contarle que había tenido una pelea y que había resultado herido y que se dirigía al hospital Negrín.

Según el fiscal, por causas que se desconocen, en la zona alta del parque Doramas se produjo un violento forcejeo entre el acusado y la víctima, durante el cual, el procesado acabó con la vida del fallecido, al que después le quitó las llaves de su coche para huir a gran velocidad, hasta que se estrelló contra un parterre de paseo de Chil en la confluencia con la avenida de Escaleritas.

El juicio termina hoy con los informes finales de las acusaciones y de la defensa y el derecho a la última palabra del acusado ante el jurado popular que enjuicia los hechos en la Sección Segunda de la Audiencia de Las Palmas.