"Trabajo con el acrílico porque es más rápido y más cómodo para este tipo de concursos", comentaba Itahisa González, mientras pintaba su lienzo, inspirado en las carnestolendas capitalinas. Con ella, otras 149 personas participaron en la edición número 22 del Concurso de Pintura Rápida de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en las ramblas de Mesa y López.

El premio Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria fue para Francisco Javier Cabrera Capineti. Al acto acudieron el concejal del Distrito Centro, José Eduardo Ramírez, acompañado de los empresarios que sponsorizan ocho de los diez premios que ha otorgado el certamen. En el jurado se ha contado con la presencia de críticos y artistas profesionales, entre ellos, Alejandro Vitaubet, director del Centro de Arte La Regenta. Los artistas tuvieron que completar sus obras en un corto espacio de cinco horas.

Algunos de los aspirantes han repetido en numerosas ocasiones, Paco Navarro es uno de esos incondicionales del certamen que ha acudido a todas las ediciones. "Soy el más antiguo aquí probablemente, me encanta la pintura, imparto clases y tengo mi propia tienda", explicaba el veterano. En 2007 consiguió alzarse con el primer premio. Mientras, trabajaba, en un amplio lienzo, una gran panorámica de la playa de Las Canteras vista desde La Isleta.

En este caso, Navarro se ha decantado por el óleo, otra de las técnicas pictóricas más utilizadas en el certamen. "Ojo, óleo a espátula, deja un acabado mucho más definido, da relieve y fuerza, puesto que deja más material en los detalles", señalaba el creador.

Itahisa González también se decantó por una escena centrada en la capital. "Como este año se hizo aquí la Cabaldrag quise un poco plasmar el Carnaval sobre este escenario, soy muy carnavalera claro", comentaba la joven González, mientras comía una hamburguesa para reponer fuerzas antes de finalizar los últimos retoques de sus comparseros pintados al acrílico.

Miriam Godoy, fue fiel a la tendencia del acrílico. En la pasada edición utilizó la técnica del pastel y el directo le jugó una mala pasada. "Vino un niño y manchó con el dedo una línea negra sobre la pintura, eso ya no se podía arreglar", comentaba Godoy apenada. Frente a la adversidad, la pintora se encontraba como en su hogar. "Voy descalza porque así estoy más cómoda, me siento como en casa y me inspiro mejor, con más frescura", señalaba la mujer.

Los bodegones florales, los retratos desgarradores y escenas urbanas de Las Palmas de Gran Canaria son algunas de las temáticas que más se repitieron entre el centenar y medio de participantes. Muchos curiosos, foráneos incluidos, se acercaron a las ramblas de Mesa y López para observar de cerca el arduo trabajo de estos artistas. Eso sí, siempre con la amenaza de una tímida lluvia rondando sobre sus cabezas.