El Puerto recomendará a Naviera Armas y a Fred Olsen que instalen escáneres para revisar el equipaje de los pasajeros, al igual que se realiza en los aeropuertos. Así lo confirmó el presidente de la Autoridad Portuaria, Luis Ibarra, que aclaró que este aviso nada tiene que ver con los últimos atentados terroristas sino que llega desde el Ministerio de Interior que ya ha indicado al ente que las líneas regulares de pasajeros deben contar con estas instalaciones. Ibarra apuntó que se aprovechará la próxima construcción de las terminales que ambas compañía proyectan en La Luz para solicitar la instalación de este sistema, que incrementará la seguridad en las líneas regulares.
El presidente aseguró que hasta la fecha la imposición de esta medida se hacía prácticamente imposible debido a la dispersión de los buques de Armas por todo el recinto portuario. Sin embargo, a partir del próximo año, con la apertura de su nueva estación que se ubicará en el muelle de La Esfinge, se facilitará el uso de estos aparatos ya que centralizará todas sus operaciones en la dársena exterior. Desde la propia compañía se informó de que su futuro edificio ya contempla este sistema.
Algo parecido ocurre con Fred Olsen, que durante este año tiene previsto comenzar las ejecución de la reforma del antiguo edificio de Fransari, que se convertirá en una terminal de viajeros. La naviera aún no ha confirmado si procederá a la instalación de estas máquinas provistas de rayos x en este inmueble.
El Puerto aprovechará esta coyuntura para recomendar a ambas navieras que adecuen las instalaciones al plan de protección que regula la seguridad en los puertos. El dirigente portuario explicó que las propias compañías tendrán que hacer frente al coste de esta maquinaria al encontrarse en terminales privadas a diferencia de los cruceros, que utilizan un edificio público por lo que es la Autoridad Portuario quien se hace cargo de los costes de este servicio. Estos barcos para turistas ya utilizan escáneres para inspeccionar las maletas de los turistas que viajan en aquellas líneas que utilizan la ciudad como puerto base.
"Ya nos han indicado que el objetivo es tener las mismas condiciones, o aproximadas, de seguridad que tiene un aeropuerto", apostilló Ibarra, en referencia a los arcos y escáneres que se utilizan en los aeródromos para poder acceder a la zona de embarque. Y apostilló que si bien no es una obligación, Ibarra entiende que a medio plazo estos controles serán de obligado cumplimento en los puertos.
La medida no afecta a todos los pasajeros. La Autoridad Portuaria aún tendrá que decidir cómo inspeccionar las maletas introducidas en los vehículos de pasajeros que embarcan en los buques ro-ro. En este sentido, otros puertos nacionales mantienen la tradicional revisión a través de los perros adiestrados de los diferentes cuerpos de seguridad con competencia en los recintos.
El Puerto de La Luz utiliza estas revisiones discrecionales para revisar tanto los automóviles como a los pasajeros que levanten alguna sospecha. Estas actuaciones la realizan la Policía Nacional y la Guardia Civil durante la salida y la llegada de los ferris para pasajeros que conectan la capital grancanaria con el resto de Islas, Huelva y Cádiz.
En el resto de actividades, Ibarra apostilló que existe un control estricto como por ejemplo con las mercancías, donde pasan por varios filtros antes de que las mercancías lleguen a las diferentes terminales. En este sentido, el Servicio de Vigilancia Aduanera y la Guardia Civil cuentan con un gran escáner que permite visualizar la carga que trasladan determinados contenedores para así dar con mercancías ilícitas.
A ello se une los controles de entrada al recinto portuario, que se intensifican durante los fines de semana cuando se Policía Portuaria y la Guardia Civil dan el alto a todos los vehículos en la garita situada en la plaza de Belén María. Durante el último año también se ha intensificado la seguridad en la entrada desde la avenida de los Consignatarios, que cuenta con unas barreras automáticas y guardias muertos para aminorar la velocidad de los automóviles, así como un control de gálibo para impedir el uso por parte de determinados vehículos de transporte.
