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Entrevista a Omara Portuondo

"Escuché una canción de Olga Cerpa y me dije: ¿quién es esta chica?"

"Hay gente que está perdida, tiene alguna enfermedad, no recuerda nada de su vida, ni a sus familiares, pero igual, si recuerda una melodía", reflexiona la cantante cubana de son y boleros

"Escuché una canción de Olga Cerpa y me dije: ¿quién es esta chica?"

¿Cómo será el espectáculo que presenta con Olga Cerpa? ¿Qué canciones podrá escuchar el público?

Será algo muy bueno, vamos a pasarla bien, a pasarla en grande. Podrán escuchar canciones típicas de mi cancionero, junto a Olga, como Ausencia, también He perdido contigo o Blancas azucenas. También habrá algunas en solitario, Mariposita de primavera o 20 años, esas me dan mucho gusto de hacerlas porque las canté con Compay Segundo hace muchos años.

¿Qué similitudes encuentra entre Canarias y Cuba?

Todo, el clima, Cuba también es una isla, un cocodrilo, el mar, la gente. La música, de aquí fueron allá muchos isleños, los primeros, por la parte central, llevaron las guitarras y esas cosas, trajeron un tipo que ustedes no tienen, que es el tres. También llevaron la décima, fueron ustedes los que irrumpieron allá en la isla.

¿Le crea satisfacción venir a esta tierra?

Sí, claro, casi me recuerda a casa. Por supuesto, esto es como allí, tenemos muchas cosas en común. Yo estuve aquí hace años en cantidad. Había un coro grande, y me acuerdo del director, un hombre alto que cantó conmigo, no recuerdo su nombre, pero me marcó.

¿Cómo tomó la proposición de Olga Cerpa de realizar un dueto en Gran Canaria y Tenerife en estas fechas?

Una satisfacción muy grande, imagínense, hacía un buen tiempo que no venía aquí a Canarias, muchos años, y siempre es un placer estar en esta tierra. Con una gente maravillosa.

¿La conocía antes de este encuentro?

No, es la primera vez que nos vemos. Aquella vez que vine, estaban pasando el spot de su canción Pequeño fado en televisión y pregunté a mi alrededor ¿quién es esta chica? y ahí surge la idea de cantar con ella. Por desgracia no pudo ser por sus circunstancias. Pero ahí quedaron las ganas, y ya ve, la Tierra va dando vueltas hasta que volvemos a caer en el mismo sitio, como ahora.

¿Por qué la música? ¿Qué significa para usted?

Lo es todo. Hay un personaje que se llama Paquito de Rivera, un saxofonista grandioso, que me hizo una grabación, un disco. Me dijo que si había que hacerme un tema, me soltó lo siguiente [cantando] la música es en mí, la música es en mí, cielo, tierra, mar y sol, alegría y... razón. Soy igual a esa canción, esa es la realidad. Alegría y razón, lo es todo. Paquito de Rivera hizo ese temita y es cierto, igual que para usted su razón es ser escritor.

Participó en el cabaré Tropicana en su juventud. ¿Cómo ha sido su vida en torno al mundo del baile?

Ah, pero ¿quiere decir que ya no puedo participar en uno? [risas] Antes de entrar en esa etapa, en el cabaré Tropicana, yo bailaba de niña, en la escuela, en los coros. Rumba y tantos otros estilos, es la naturaleza prodigiosa, la que me han dado, igual que otros tienen sus propias virtudes. Me habría gustado aprender ballet, me encantaba, pero en aquella época, con este color [mientras, pellizcándose la piel del brazo] no podías. Aquello era de rusos, decían. Me habría gustado, sí. Me gustaban mucho todas las actuaciones de ballet, esas cositas. Hoy por suerte cualquiera puede hacerlo, ves a las niñas levantar las piernas, es algo extraordinario.

¿Qué quedará del son cubano en el futuro? ¿Ve bien a las nuevas generaciones?

Bueno, todos tenemos que irnos, adiós palomita, dicen. ¿Cree que yo soy el son? Eso es lo más sublime para el alma [cantando]. Claro que seguirá. Siempre surgen en todas partes. Allá hay un programa en televisión que le dicen Bailando en Cuba, y siempre salen nuevos artistas. Los boleros o la rumba siempre estarán ahí, la rumba es patrimonio nacional, ¿sabe usted?

A lo largo de su carrera la han llamado la novia del filin o la diva del Buenavista Social Club. ¿ Ese tipo de títulos o nombres se suben a la cabeza?

Bueno, ahora me llamarán la viuda de algo, seguro. Pero no, eso no se me sube a ningún lado, ¿sabe lo que le digo? Son cosas superfluas. Yo solo sé que me llamo Omara, eso me lo pusieron mis padres. La música es algo que te da la naturaleza, esa condición innata. Como a los escritores, a los pintores, todos tienen sus elementos fundamentales. Me habría gustado pintar pero nunca se me dio. La verdad, yo quisiera preguntarle a un médico si, mientras está operando, si canta también, en su mente aunque sea, porque la música sirve para todo.

Entonces, ¿ve a la música en cualquier momento y lugar de su vida?

La música es importante para la vida. Sabe, hay gente que está perdida, tiene alguna enfermedad, no recuerda nada de su vida, ni a sus familiares, pero igual, si recuerda una melodía, es algo maravilloso lo que te da.

En general, ¿cómo se encuentra de salud?

Bien, no tengo nada en especial. Incluso, igual me encuentro mejor que usted, porque le veo muy flaco [risas].

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