La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una formación con alma

La Fundación Canaria Maín de las Hijas de María Auxiliadora ofrece talleres certificados para jóvenes en riesgo de exclusión social

Aprendices de personal de mantenimiento.

Una de las primeras cosas que hizo Sor Ana Mari Cabrera cuando recaló en Las Palmas de Gran Canaria hace unos meses fue sustituir el antiguo cartel que había en la fachada de la Fundación Canaria Maín por uno enorme. "El que había antes era muy pequeño y apenas se veía", explica la monja salesiana satisfecha con el resultado de su sencillo gesto. Y es que desde su llegada a la organización sin ánimo de lucro en agosto, el objetivo ha sido dar a conocer el trabajo que se realiza entre aquellas cuatro paredes donde desde hace más de una década se lucha contra la exclusión social de los colectivos más jóvenes con la formación, la información y el acompañamiento como únicas armas.

Los orígenes de esta entidad se remontan a la propia llegada de las Hijas de María Auxiliadora a la ciudad en 1994. "Las hermanas se instalaron en El Polvorín y enseguida se dieron cuenta de las necesidades que había en el barrio donde mucha gente joven abandonaba sus estudios y optaban por la vía fácil para ganarse la vida. Había que cambiar eso y la idea era hacerlo desde la educación". Fue así como en 2005 abrió sus puertas el Centro Maín (Cemaín) en la entrada de Almatriche donde desde entonces han encontrado la oportunidad de estudiar y aprender un oficio numerosas personas procedentes, sobre todo, de los citados barrios, así como de Hoya Andrea, Jinámar o el Polígono Cruz de Piedra.

Convertida a día de hoy en la Fundación Canaria Maín, por sus aulas han pasado cientos de jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y 30 años que, en la mayoría de los casos, han logrado una certificación profesional homologada por el Servicio Canario de Empleo (SCE), con quien la organización tiene convenios de colaboración. De hecho, es la unidad dependiente del Gobierno de Canarias quien deriva a los futuros estudiantes al centro, quienes podrán acceder a él tras pasar una entrevista conjunta que realizan ambas entidades. "Muchos pasan por aquí antes para informarse y nosotros los enviamos al Servicio Canario de Empleo ya que el acceso es a través de ellos", explica Sor Ana Mari.

Actualmente, en el centro de las Hijas de María Auxiliadora se ofertan un Proyecto Itinerario Integrado de Inserción Laboral (Piiil) de estética y otro de hostelería. Asimismo, cuentan con un Programa de Formación en Alternancia con el Empleo (PFAE) de Garantía Juvenil de Camareros y Camareras y otro de textil, así como un PFAE Sociosanitario. Estos talleres se imparten de diciembre a diciembre en grupos reducidos de 15 personas que se reparten en dos turnos, de mañana y tarde. En uno de ellos estudia desde finales del año pasado Aitor Saubricio Moreno.

El joven de 22 años acudió a Maín para formarse en el mundo de la hostelería en el que ya había trabajado alguna vez. "He sido camarero antes, pero me faltaban muchos conocimientos y necesitaba mejorar porque es a lo que me quiero dedicar", asegura. Natural del Polígono Cruz de Piedra, Saubricio comenzó en diciembre su formación en el PFAE Garantía Juvenil Camarero- Camarera de Operaciones Básicas de Restauración y Bar que dirige por las tardes Isabel Quintana. Una experiencia de la que destaca todo lo que está aprendiendo, desde los distintos tipos de servicios y montajes de mesa hasta los detalles como la presentación de las servilletas. Pero también resalta la oportunidad de formar parte de "una familia" en un lugar donde asevera haber crecido profesionalmente, pero también a nivel personal.

"Aquí también he aprendido cosas importantes de la realidad de la vida", confiesa Aitor Saubricio, quien al acabar su etapa formativa realizará unas prácticas con una de las empresas que también colaboran con la fundación y que le servirán para demostrar su valía y, con suerte, conseguir un puesto de trabajo. Y es que este es el objetivo final del proyecto en el que actualmente trabajan 41 profesionales entre dirección, administración, técnicos especialistas en cada cualificación, docentes, pedagogos, piscopedagogos, informáticos, psicólogos y trabajadores sociales.

El fin máximo es que los chicos que pasan por la fundación consigan un empleo o, en su defecto, las herramientas básica para poder acceder a ciclos de Formación Profesional o, incluso, la universidad. El año pasado, sin ir más lejos, siete jóvenes entraron a formar parte del mercado laboral después de acabar su formación en el centro de Almatriche desde el que también se promueven otros talleres transversales de mantenimiento y jardinería que, aunque no tienen certificación profesional, sirven para aprender un oficio alternativo.

Además, Maín cuenta con una finca en Telde, El Bailadero, donde se desarrollan actividades culturales y cuenta con una pequeña sede en El Polvorín donde promueven proyectos socioeducativos dirigido a menores. Y a todos ellos, tengan más o menos de 18 años, las hermanas y los distintos profesionales les acompañan hasta el final. Porque como dice Sor Ana Mari en la evaluación de principio de curso, la de ellos, es una "fundación con alma".

Compartir el artículo

stats