La Provincia - Diario de Las Palmas

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Fiestas Fundacionales Hijo predilecto

"Un cronista no es un hombre del pasado, sino del tiempo en el que vive"

"No tengo motivos para quejarme, me he llevado bien con todos los gobiernos municipales", asegura Juan José Laforet, cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria

Juan José Laforet, en la Real Sociedad de Amigos del País. TONY HERNÁNDEZ

¿Es la primera vez que se otorga esta distinción a un cronista oficial de la ciudad?

No, ya a Luis García de Vegueta se le otorgó el título de hijo predilecto en vida. Son muchos los cronistas que tienen esta distinción.

¿Pero en activo?

Sí, el título de cronista se concede como un honor y una distinción. Es a título vitalicio, siempre estás en activo, aunque debería tener una reglamentación. Al no haber una normativa específica cada ayuntamiento, acorde con la ley sobre el régimen de las corporaciones locales, tiene plena autonomía para decidir cómo los nombra. Algunos exigen que el cronista tenga un título universitario; otros nombran a quien quieren. Ni lo critico ni lo aplaudo porque soy muy respetuoso con las normas y con la autonomía municipal, pero creo que debería haber un nombramiento por un tiempo determinado y renovar el cargo, si se quiere. Incluso se podría crear la figura del cronista honorario. Algo debería de haber para que ser cronista fuera un cargo y haya una exigencia sobre su actividad porque al ser un reconocimiento no se le puede exigir nada. En Barcelona, por ejemplo, tiene una retribución por escribir una crónica diaria; es el único caso.

¿Contento por la distinción?

Es un orgullo porque siempre he pensado que todo lo que uno pueda hacer por Las Palmas, en general, y por la ciudad, en particular, es poco. Desde muy joven siempre me he involucrado en la ciudad. Con 19 años, en el año 78, ya participé en las fiestas fundacionales. Y que te reconozcan esa aportación es un gran orgullo.

¿Cuánto tiempo lleva como cronista?

Diez años hace justo ahora, aunque anteriormente fui cronista adjunto de Luis García de Vegueta durante dos o tres a propuesta de él. Cuando falleció fue casi natural el que le sucediera. En mi formación le debo mucho a Néstor Álamo, a cuyo despa- cho en la calle de La Peregrina iba desde los 14, 15 años. No sólo me ayudó a formarme en historia y tradiciones canarias, en una época en la que en los colegios no se estudiaba eso, sino que me enseñó a amar Gran Canaria y a esta capital. Me mandaba al Museo Canario a por libros y documentos determinados para que me los leyera y, algo fundamental, a que la paga que me daba mi padre la invirtiera en libros. Esos libros me acercaron al conocimiento de Canarias y me marcaron mis investigaciones.

¿Qué balance hace de sus diez años de cronista de la ciudad?

Han sido intensos, aunque no voy a juzgar si buenos o malos. He tenido la oportunidad de colaborar con muchas personas, tanto autoridades públicas de la ciudad y de la Isla; a las que agradezco la atención que me han prestado, a la sociedad civil; a quien agradezco su apoyo. Muy especialmente a la Real Sociedad Económica; el Real Club Victoria; Asoclub y la Fundación Universitaria de Las Palmas, con los que he trabajado. Han sido diez años muy duros para todos, para la ciudad, pero a pesar de todo la urbe avanza más rápidamente de lo que pensamos. Creo que para bien pese a los tiempos difíciles. Esa es la reflexión que hago porque al cronista le queda cada vez menos papeles que jugar. La crónica diaria ya la dan los medios de comunicación y ya hay en la Isla un excelente plantel de historiadores gracias a la facultad. ¿Qué papel nos queda? Pues creo que sobre esa crónica diaria dar perspectiva de lo que ha pasado, de cómo ha evolucionado la ciudad y la sociedad.

Como cronista tiene que acudir muchas veces al pasado, ¿entiende mejor por ello lo que ocurre en el presente?

Creo que sí. Es una deformación para mi mirar al pasado sobre cualquier cosa que acontece. Con los tristes acontecimientos de Londres, y otros que han ocurrido, siempre me viene a la memoria las palabras de Domingo Doreste Frailesco a principios del XX sobre la guerra de los boers : Si ésta es la humanidad que va a tener el siglo XX poco futuro va a tener; o algo así, horrorizado por aquello. Pues poco pudo ver dado los acontecimientos de hoy. Indudablemente no hay nada nuevo bajo el sol. La ciudad ha pasado por momentos muy duros a lo largo de su historia y siempre ha seguido avanzando. No me asusto por esos avances, me asustaría si la sociedad se detuviera.

¿En qué momento diría que se encuentra la urbe?

Está en un momento de tránsito, aunque enormemente activa de cara al futuro. No me refiero solo a la actividad de los estamentos políticos, institucionales, sino a la sociedad civil, que está teniendo un gran protagonismo, una gran fuerza, de emprendeduría, que va a ser fundamental. Y eso se respeta por parte de los políticos; sino se hiciera malo.

¿Se ha llevado bien con todos los gobiernos municipales?

No tengo motivos para quejarme. Puede haber proyectos que no se han entendido; lo mismo que reivindicaciones como, por ejemplo, el que se rescate el molino más antiguo que queda en la Isla, que es el del Batán y que se está desmoronando, pero a todos no puedes gustar. Ahora parece que la Batería de San Juan va a tener un proyecto, pero lo veo muy lento. En La Coruña se ha hecho un gran parque público de ocio y recreo con una batería más moderna, y lo mismo podía ocurrir con la de aquí.

¿Devora los periódicos para seguir el acontecer diario?

Se lo digo a mis alumnos de medios de comunicación, lo que hay que tener cuidado es que la información no le devore hoy a uno. El periodismo exige hoy a un ciudadano culto, capaz de manejar la información. Hoy en día hay que ser lector de varias publicaciones. Yo leo todos los días la prensa impresa en Gran Canaria, la de Tenerife también. Y la nacional de forma selectiva porque no tengo tiempo. Y como cronista voy seleccionando aquellos temas que a mi me parece que son trascendentes para la ciudad dentro de los próximos años, porque son los que van a definir la época actual. Y no todo lo que selecciono, anoto, lo uso. Hay muchas cosas que están en un archivo para que el que venga detrás las utilice.

¿También sigue las redes?

Con sumo cuidado. Hay que discernir sobre lo que vemos y seleccionar. Pero empiezo a encontrar en facebook y en twitter el ser y sentir de la gente de a pie. Esas opiniones son para mí de interés.

¿Quién le gustaría que fuera su sucesor?

Una persona que sea referente de la sociedad en la que vive. Un cronista no es un historiador, ni un símbolo del pasado, sino del tiempo en que vive. Yo creo que lo he intentado.

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